En el tercer trimestre del año la desocupación bajó 1,4 puntos porcentuales -pasó de 7,1% en 2022 a 5,7% en 2023- y alcanzó el valor más bajo desde que el Indec retomó la medición a comienzos del 2016.
Lo más llamativo es que la mejora se da en medio de un escenario de retracción económica, tal como lo demostró el propio Indec en su último estudio de Producto Interno Bruto (PIB), donde informó una baja del nivel de actividad del 0,8% durante el tercer trimestre del año.
Al mismo tiempo, se advierte una caída casi continua del poder adquisitivo de los salarios y un aumento de la informalidad laboral, aunque se trata de factores hablan más de la “calidad” del empleo que de la “cantidad”.
Qué dicen los números
Como se mencionó, la desocupación bajó al 5,7%, pero el informe de Mercado de Trabajo del Indec ofrece otros datos interesantes para analizar. Por un lado, se debe destacar que creció 0,6 puntos la tasa de actividad (llegó al 48,2%). Se trata del índice que mide qué porcentaje de la población se encuentra económicamente activa, ya sea trabajando o buscando empleo.
Al mismo tiempo, mejoró 1,3 puntos la tasa de empleo a nivel nacional, lo que significa que hay más personas trabajando en este momento.
En conjunto, los números indican que durante el último año ingresaron más personas al mercado laboral y la mayoría consiguió trabajo. Además, una parte de las personas que se encontraban en situación de desempleo, encontraron también una oportunidad dentro del mundo laboral.
Es importante aclarar que los datos reflejan la situación de todo el mercado, no sólo del sector formal. Por lo tanto es factible que al menos una parte de los nuevos puestos de trabajo se encuentren en la informalidad. De hecho, el Indec aclarar que en el último año el total se asalariado creció de 9,4 a 10 millones de personas y advierte que de los 600 mil empleos creados, al menos 100 mil no tienen descuento jubilatorio (están en negro). Los otros 500 mil, por supuesto, se dieron en el marco de la formalidad.
Ahora bien, si se dejan al margen los índices y se analizan los resultados en cantidad de personas, se observa que en el último año unos 170 mil argentinos dejaron de ser desempleados. Aún así, todavía hay 814 mil personas en el país que están buscando trabajo activamente y no pueden encontrarlo. Se trata de un número que equivale o supera la población total de varias provincias del país.
Escenario desigual
Aunque los indicadores muestran una mejora del mercado laboral a nivel nacional, la realidad es que no todas las provincias siguen la misma tendencia. Por el contrario, hay algunas que tuvieron fuertes aumentos del desempleo en el último año.
De acuerdo con los datos publicados por el Indec, de los 31 aglomerados urbanos relevados, 12 tuvieron un escenario adverso en materia de empleo. La de peor desempeño en el último año fue Ushuaia, que tuvo un incremento de 2,9 puntos en su índice de desempleo (pasó de 5% a 7,9%). Se destacó también el caso de Comodoro Rivadavia (+2,8 puntos de desocupación), Gran La Plata (+1,5 puntos) y Gran San Juan (+1,4 puntos).
Por el contrario, hubo jurisdicciones que se destacaron por lograr una baja del desempleo por encima de la media. La de mejor desempeño en ese sentido fue Gran Santa Fe, que tenía un índice de desocupación de 8,6% en el tercer trimestre de 2022 y bajó al 3,3% en el mismo período de este año. Mejoraron mucho también Río Gallegos (-5 puntos de desempleo), Gran Catamarca (-3,4 puntos), Bahía Blanca (-3,2 puntos) y Salta (-2,6 puntos), entre otras.