En el marco del proceso de “saneamiento” del balance del Banco Central, tal como lo definió el presidente Javier Milei, la novedad del día es la emisión del bono para los importadores que ya había anunciado pero que ya tiene fecha de primera licitación a partir de la semana próxima. Se trata del denominado Bono para la Reconstrucción de Argentina Libre (Bopreal), del que habrá tres versiones con vencimientos que van del año y medio (mayor de 2025) hasta casi los 4 años (octubre de 2027).
El equipo económico que encabeza Luis Caputo tiene altas expectativas sobre la cotización del título: creen, o al menos así lo afirman, que podrá alcanzar una paridad en torno al 80%, muy por encima de los títulos de deuda que, si bien mejoraron su cotización, siguen bien por debajo del 40% del valor nominal.
En concreto, el diseño del bono, sobre cuyas características existían dudas hasta el jueves a última y llevaban a relativizar en el mercado la visión optimista de de Caputo sobre su performance en el mercado secundario, se conoció finalmente este viernes por la mañana. El dato más relevante es que, con limitaciones, el título servirá para pagar impuestos, una idea inspirada en la que implementó en agosto de 2001 el entonces ministro de Economía, Domingo Cavallo. En ese momento, el contexto era distinto y también el objetivo; se buscaba apuntalar la demanda de los títulos públicos para bajar la tasa de interés.
Ahora Caputo apunta a resolver mediante este mecanismo el pasivo acumulado por los importados ante la falta de acceso al mercado oficial de cambios, comúnmente conocida como deuda comercial.
Esa deuda comercial, vale aclarar, no es técnicamente deuda del Banco Central aunque sí es su obligación entregar los dólares a los importadores -a cambio de pesos- para que puedan a su vez cancelar el pago de importaciones o el financiamiento con el exterior.
Claro que el incentivo otorgado que permite la cancelación de impuestos con ese bono induce a cierta confusión. De ahí que el economista Gabriel Caamaño, aclaró el punto: “La deuda no era con AFIP, ni le debían a los importadores. Los importadores tienen deudas con el exterior y el acceso a las divisas posdatado. El BCRA no le da el acceso a las divisas, entonces vende dólares a plazo con un bono en dólares. Para mejorar la paridad, permite pagar impuestos” con ese título, explicó.
Pero no será esa la única aplicación. En un contexto en el que la remuneración de los pesos es fuertemente negativa, el bono podría ofrecer según analistas, refugio a aquellas empresas receptoras de amplios volúmenes diarios de pesos, como los supermercados. “No es descabellada la expectativa oficial de una paridad de 80%, el riesgo Banco Central es mucho menor que el del Tesoro”, apuntó el operador Salvador Vitelli, quien remarcó que es un instrumento que servirá también para el retail como cobertura, lo que aumentaría su demanda en el mercado secundario y, por ende, su precio.
Según se informó oficialmente, en base al flujo proyectado de balanza comercial para los próximos años, se escalonaron los compromisos futuros del BCRA distribuyendo la entrega de divisas por medio de un bono a corto plazo (Serie 2 con vencimiento junio 2025), un bono a mediano plazo (Serie 3 con vencimiento mayo 2026) y un tercer bono al plazo máximo establecido en la Comunicación “A” 7918 (Serie 1 con vencimiento octubre 2027). Estos compromisos futuros, a su vez, tienen en consideración la necesidad de disponer de divisas en el marco de la normalización del flujo de importaciones de bienes y servicios.
La primera de las licitaciones serán el 27 y 28 de diciembre, por un monto de USD 750 millones correspondiente al bono de más largo plazo, en tanto que durante todo el próximo mes se efectuarán 2 licitaciones por semana.