El Gobierno enfrentará hoy múltiples pruebas de fuego en simultáneo: mientras el presidente se apresta para enviar un mensaje grabado por cadena nacional explicando el paquete de medidas para desregular la economía al mismo tiempo que en las calles crecerá la tensión con la protesta contra el ajuste, el ministro de Economía, Luis Caputo, tendrá su propio bautismo de fuego en el mercado. Será por la tarde cuando cierre la recepción de ofertas para la colocación de bonos del Tesoro, instrumentos a los que el funcionario, en coordinación con el titular del Banco Central, Santiago Bausili, busca orientar la enorme masa de dinero que en algún momento integró el stock de Leliq, ahora transformado en Pases a 1 día.
La operación es el primer llamado a licitación de la nueva administración para la que el trío Caputo, Bausili y Pablo Quirno, secretario de Finanzas, desplegaron un operativo previo. El primer paso consistió en bajar la tasa de los Pases a 100% mientras que las de la Leliq se mantuvo en 133%, lo que se supuso forzaría a la liquidez en Pases migrar (en rigor, volver) a las letras de la autoridad monetaria. Sin embargo, en la última licitación del BCRA, aunque se presentaron ofertas que quintuplicaron el monto a vencer, el Banco Central sólo renovó el total del vencimiento.
Tras esa decisión, el lunes la autoridad monetaria avanzó en tres medidas complementarias: bajó la tasa de política monetaria a 100% anual para el remanente de Leliq e informó su decisión de dejar de emitirlas. Al mismo tiempo, amplió los límites de tenencia de deuda pública para los bancos, incentivándolos a invertir en los títulos a emitir hoy en detrimento de la deuda del BCRA. La zanahoria para lograr el objetivo, previsiblemente, será el rendimiento ofrecido. Ante las pérdidas en términos reales que implica la nueva tasa de referencia, en terreno muy negativo (9% mensual comparado con un nivel de inflación en un piso de 25% para este mes), se asume que el Tesoro ofrecerá rendimientos algo más competitivos, aunque también en terreno negativo.
La incógnita instalada ayer en el mercado era qué tan agresiva será, en definitiva, la estrategia de licuación de pesos diseñada por Caputo. La expectativa inicial apuntaba a una tasa de interés de 15% aunque con el correr de las horas fue disminuyendo y, en promedio, operadores y analistas prevén que rondará 12% anual. Según comunicó el lunes el Ministerio de Economía, ofrecerá una letra del Tesoro a tasa fija a 30 días, instrumento con el que se apunta a canalizar el flujo de capital que busca salir de los pasivos remunerados del Banco Central.
Es decir que con las nuevas Letras del Tesoro Nacional a Descuento (LEDES) con vencimiento el 18 de enero de 2024, se inicia formalmente el camino al desarme de la bola de Leliq.
También se ofrecerán instrumentos más a largo plazo: dos bonos ajustados por CER (BONCER). El primero, será un Bono del Tesoro Nacional en Pesos y ajustado por CER 4,25% con vencimiento a febrero de 2025 (T2X5 – reapertura); y el segundo, más largo aún pero con una sobretasa CER menor, el Bono del Tesoro Nacional en Pesos con ajuste por Cer 2% con vencimiento el 9 de noviembre de 2026 (BONCER 2026 2,00%, TX26 - reapertura). Con estas características, el inversor que prefiera un refugio respecto de la inflación deberá aceptar plazos más largos mientras quienes apuesten por las LEDES soportarán una licuación menor a la de los Pases pero igualmente marcada.