Cómo sería la quita de subsidios que planea el Gobierno para las tarifas de luz y gas

La Secretaría de Energía delinea un esquema en el que habrá un tope de consumo subsidiado para los sectores de menores ingresos

El Gobierno comenzó a avanzar en los pasos previos a las audiencias públicas para decidir aumentos de luz y gas. EFE/JUAN CARLOS HIDALGO/Archivo

El Gobierno comenzó en los últimos días a preparar el terreno para avanzar en la quita de subsidios a las tarifas energía, con el objetivo de reducir a cero su peso en las cuentas fiscales en un plazo de tres años. Un punto clave en el ajuste fiscal que propone el ministro de Economía, Luis Caputo, que producirá desde 2024 aumentos en las boletas de luz y gas que reciben los usuarios, las cuales mantienen un importante retraso frente a la inflación al igual que los salarios.

El plan en el que trabaja el secretario de Energía, Eduardo Rodríguez Chirillo, contempla un cambio en el criterio de la asistencia: se focalizará en los sectores de menores ingresos con un tope de consumo subsidiado por mes, que dependerá de la capacidad de pago, mientras que por el excedente pagarán tarifa plena. Los subsidios serán destinados solo a una parte de la demanda. Otro punto importante del nuevo esquema será la recalibración de los contratos con las empresas del sector para que menores costos se reflejan en tarifas más bajas.

En una entrevista televisiva, Caputo comentó que del ajuste de 0,7 puntos del PBI en subsidios que plantea su hoja de ruta para 2024, en pos de llegar al superávit fiscal primario, 0,5 puntos son de energía y 0,2 puntos corresponden a transporte, tarifa que también sufrirá aumentos. Ese paquete representa un cuarto del ajuste de 2,9 puntos del PBI que quieren realizar el año que viene. “Lo vamos a corregir a razón de un tercio por año, son cerca de 2 puntos del PBI”, explicó el ministro.

En cuanto a la energía, actualmente la segmentación contempla tres universos de usuarios: los N1 (ingresos altos) que pagan tarifa plena, N2 ( ingresos bajos) y N3 (ingresos medios). “En vez de subsidiar la oferta, se va a buscar subsidiar la demanda. Se le va a decir a la gente cuántos KWH por mes tienen subsidiados y van a pagar tarifa plena por lo que se excedan”, dijo Caputo. En concreto, la intención del Gobierno es definir escalas entre los N2 y N3 con determinados límites de consumo dentro del que contarán con asistencia. Para el caso de la electricidad N3 el tope es de 400 KWH mensuales, aunque la idea es que ese umbral sea de al menos la mitad que el actual y que el universo alcanzado también sea menor.

Eduardo Rodríguez Chirillo es el encargado de aplicar la quita de subsidios a la energía.

La segunda pata del plan que lleva adelante el equipo de Chirillo es recalibrar la ecuación económica financiera de los contratos para bajar el costo de las empresas. La visión en La Libertad Avanza es que ese alivio podría traducirse en tarifas que parten desde niveles más bajos. De todos modos, la premisa máxima es la de “precios libres”, algo que se observó la semana pasada con el mercado de los combustibles.

Reducir la cuenta de los subsidios es fundamental para el ancla fiscal que quiere consolidar Caputo, por lo que una demora en el proceso generará costos puede ser un problema para el Gobierno. De hecho, en los primeros días de gestión se dieron pasos claves para avanzar hacia los aumentos de las tarifas.

Por caso, este viernes el Ente Nacional Regulador del Gas (Enargas) convocó para el próximo 8 de enero a una audiencia pública para definir nuevos aumentos en las tarifas de gas y aplicar hacia adelante un índice de actualización mensual para las boletas. Las subas llegarán a partir de febrero o directamente en marzo.

Además, este lunes se decretó a través del Boletín Oficial la emergencia energética con el objetivo de comenzar el proceso de adecuación de las tarifas de luz y gas. La norma instruye a la Secretaría de Energía “para que elabore, ponga en vigencia e implemente un programa de acciones necesarias e indispensables con relación a los segmentos comprendidos en la emergencia declarada, con el fin de establecer los mecanismos para la sanción de precios en condiciones de competencia y libre acceso, mantener en términos reales los niveles de ingresos y cubrir las necesidades de inversión, para garantizar la prestación continua de los servicios públicos de transporte y distribución de energía eléctrica y gas natural en condiciones técnicas y económicas adecuadas para los prestadores y los usuarios de todas las categorías”.

La consultora Equilibra anticipó que en los próximos meses podrían ser necesarios nuevos incrementos para que las boletas acompañen la fluctuación de los costos. “Dado que prevemos una acelera ción del crawling peg del dólar oficial en línea con el inicio de la cosecha gruesa, y otra probable devaluación del tipo de cambio durante la primavera para terminar de unificar el mercado de cambios, los costos de producción de la energía subirían con fuerza y las tarifas deberán pegar otro salto para compensarlos. No queda claro que la sociedad vaya a tolerar las subas en un escenario en el que los ingresos llegarían muy golpeados”, advirtieron.

Las estimaciones, en base a una serie de supuestos, sobre cuánto aumentarían las facturas de gas residencial

La consultora Economía y Energía realizó una proyección de incrementos en las tarifas de energía contemplando: que los N1 no tendrán subsidio, los N3 pagan el costo pleno de abastecimiento, los N2 pagarán el 20% de ese costo, una recomposición del valor agregado de distribución y el impacto de la última devaluación.

Para los consumidores Nivel 1, la factura promedio de electricidad pasará de $10.467 a $23.569, un aumento del 125%; para el Nivel 3 pasará de $5.518 a $23.569 (337%) y para el Nivel 2 pasará de $3.970 a $9.082 (129% de suba). Para el gas, en tanto, las facturas promedio pasarían de $4.558 a $13.867 para los N1 (204%); de $3.197 a $13.867 para los N2 (336%) y de $1.862 a $4.865 para los hogares N3, de ingresos más bajos (168 por ciento).