Los mercados recibieron con entusiasmo el paquete de medidas, pero el plan fiscal despierta dudas

Los dólares financieros respondieron mejor a lo esperado y se derrumbó la brecha cambiaria al 21%. Ayudó la demanda de pesos típica de fin año. Ahora la mirada de los inversores estarán puestas en si realmente es cumplible la promesa de eliminar el déficit

Guardar
Caputo y el gobierno deben convencer sobre la eficacia del diseño e implementación del plan fiscal 
EFE/David Fernández
Caputo y el gobierno deben convencer sobre la eficacia del diseño e implementación del plan fiscal EFE/David Fernández

Tal como lo viene describiendo el propio Javier Milei de manera reiterada, la “madre de todas las batallas” que debe enfrentar la economía argentina pasa por el frente fiscal.

Los reiterados resultados negativos y elevados de las cuentas públicas están detrás de la elevada inflación, la caída de los salarios y el aumento de la pobreza. Sin embargo, los primeros bosquejos del plan para alcanzar el equilibrio fiscal no lograron por ahora despejar las dudas: ¿alcanza o no para erradicar de una vez el déficit?

El Presidente salió a dar explicaciones el viernes, respondiendo algunas críticas que se hicieron a la presentación del ministerio de Economía. Según él mismo describió, “el 60% del ajuste lo pagará la casta y 40% la gente”. Y agregó que la suba de impuestos será temporal, hasta que la crisis se haya controlado.

La búsqueda del equilibrio fiscal se lograría a costa de un fuerte impacto en los bolsillos. En el paquete hay baja de subsidios, es decir incremento de tarifas, se reimplanta plenamente el impuesto a las Ganancias para los empleados, derogarían la movilidad de las jubilaciones y además aumentan gravámenes a importaciones y exportaciones.

Los recortes de Ministerios y Secretarías, la disminución de la flota de autos y choferes o la venta aviones de YPF son medidas bienvenidas y apuntan a privilegios de la “casta política”. Pero resultan totalmente insuficientes para acercarse al equilibrio fiscal.

Mal antecedente

La magnitud del ajuste buscado, más de 5% del PBI en un solo año, es prácticamente inédita en la Argentina. El único antecedente sería el Plan Austral de 1985, pero el resultado posterior es preocupante: el equilibrio fiscal duró un suspiro y cuatro años después la economía entró en hiperinflación, provocando la salida anticipada de Raúl Alfonsín.

Un informe de la consultora Equilibra resaltó que 1,4 puntos de los 5,1 que se buscan reducir dependen de la aprobación legislativa. “¿Logrará el Ejecutivo pasar leyes sensibles como una modificación de la ley de movilidad jubilatoria?”, se pregunta.

El propio ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo, había mostrado sus dudas vinculadas al uso de promesas de equilibrio fiscal como ancla para bajar las expectativas de inflación. “No decimos que no puede funcionar, sino que puede no funcionar”, habían explicado en un paper de mayo su ahora ex consultora Anker.

Según la consultora Equilibra, 1,4 puntos del 5,1% del PBI de déficit que se busca reducir necesita aprobación legislativa

(Foto: Charly Diaz Azcue - Comunicación Senado)
Según la consultora Equilibra, 1,4 puntos del 5,1% del PBI de déficit que se busca reducir necesita aprobación legislativa (Foto: Charly Diaz Azcue - Comunicación Senado)

Mientras tanto, las primeras medidas del equipo económico apuntaron a un sinceramiento cambiario, pero manteniendo controles. La suba del tipo de cambio oficial superó las expectativas al fijarse en 800 pesos, estableciendo además un ajuste de solo 2% mensual. De esta forma buscan acelerar las liquidaciones de los exportadores, que estarían recibiendo el mejor tipo de cambio de los últimos años. El Banco Central compró más de USD 750 millones en apenas tres días, pero contando con la ayuda de un mercado de importaciones totalmente frenado.

La caída de la brecha cambiaria fue la mejor noticia para el arranque del gobierno de Javier Milei. Pero no todo pasa por las expectativas. También influye que en esta época del año aumenta fuerte la demanda de pesos por medio aguinaldo, sueldos y vacaciones. En febrero cae la demanda de dinero y para ese momento debería estar ordenado el frente financiero

Al mismo tiempo, se redujo la tasa de pasivos remunerados del Central para atacar la bomba de las Leliq. Se trata de una decisión delicada. Los bancos empezarán a reducir más temprano que tarde las tasas que le pagan a los ahorristas, justo en el momento de mayor inflación. El peligro, por supuesto, es que se desencadene una salida de depósitos que presione sobre el dólar.

Reacción óptima

La reacción del mercado cambiario fue óptima. Los dólares financieros cayeron y la brecha cambiaria cayó estrepitosamente de más del 150% al 21 por ciento. Pero no conviene sacar conclusiones apresuradas. En esta época del año crece la demanda de pesos de parte de las empresas por pago del medio aguinaldo, sueldos y vacaciones. “Todos nuestros clientes son vendedores, porque se dolarizaron todo lo que pudieron en la etapa electoral y ahora no les queda otra que salir a vender”, explicaron desde una de las sociedades de Bolsa locales más grandes del mercado porteño.

El propio presidente del Central, Santiago Bausili, reconoció que se trata de un esquema de emergencia y que podría cambiar en cualquier momento. En realidad, difícilmente se pueda sostener más de 60%, teniendo en cuenta que la inflación acumulada entre diciembre y enero se ubicaría en torno al 60 por ciento. Esto significa que el “colchón” generado por la generosa devaluación de esta semana podría desaparecer relativamente rápido. El ajuste cambiario de Massa en agosto, que fue de “solo” 22%, se había evaporado en apenas dos meses.

El Banco Central reconoció que el actual es un esquema de emergencia
16/09/2020. REUTERS/Agustin Marcarian/
El Banco Central reconoció que el actual es un esquema de emergencia 16/09/2020. REUTERS/Agustin Marcarian/

Por eso, las miradas ya apuntan a lo que podría suceder dentro de 60 días. ¿Habrá margen para avanzar con otro salto cambiario o por el contrario se volverá a atrasar el dólar oficial? Según Fernando Marull, el ritmo de “crawl”, o ajuste del tipo de cambio oficial, será de 2% solo hasta el 31 de diciembre. Y a partir de enero ajustará a un ritmo similar a la tasa de interés, es decir entre 9% y 10% mensual, claramente por debajo de la inflación.

Según algunas versiones, el ajuste cambiario de 2% solo se extendería hasta fin de año para luego igualar el ajuste mensual del tipo de cambio oficial con la tasa de interés. Pero una de las grandes cuestiones que da vuelta es si hay margen para unificar los distintos tipos de cambio en los próximos noventa días

Existe otra posibilidad, que entusiasma a Caputo pero que por ahora ni se menciona: acelerar los tiempos de la unificación de los tipos de cambio. La marcha de los últimos días sugiere que existe una posibilidad de avanzar incluso antes de lo previsto. Pero para eso es imprescindible que el plan fiscal avance no sólo en su aplicación sino que también tenga el visto bueno legislativo. De lo contrario, arreciarán las dudas sobre la verdadera chance de llevar adelante el ajuste prometido.

Salir del cepo

La salida del cepo cambiario es uno de los objetivos ya planteados por la nueva administración y el límite para lograrlo sería fines del primer semestre. Para ese momento el BCRA debería acumular un importante volumen de reservas producto de la cosecha gruesa. El Gobierno está negociando con el FMI para obtener desembolsos atrasados y se viene la visita de funcionarios del Tesoro americano esta semana para obtener el respaldo político necesario. El Central también adelantó que está negociando con varios bancos internacionales para obtener financiamiento que permita atravesar mejor la emergencia, aunque sin datos concretos.

El “mal trago” que anunció Milei ya arrancó, con una inflación que se acerca al 30% mensual y una caída de la actividad económica superior al 5%. Pasar el verano de la mejor manera posible es fundamental para el flamante Presidente, que luego imagina una recuperación a partir de los dólares de la cosecha y desaceleración marcada de precios

El “mal trago” anunciado por Milei en su discurso inaugural ya está sucediendo y se profundizará en el corto plazo. La inflación de diciembre se ubicaría en niveles cercanos al 27% y enero no bajaría del 25%.

La economía sufrirá una fuerte caída en el primer trimestre del orden del 5% interanual, según ya descuentas analistas y bancos internacionales. La estanflación se agudizará, afectando salarios y nivel de empleo como no sucedía hace años. Será el enorme desafío de corto plazo que enfrentará Milei, además seguramente enmarcado por la conflictividad social. Será una prueba que marcará no solo el temple del nuevo Presidente sino también la capacidad para hacer reformas y consolidar un nuevo orden económico.

Guardar