Mientras que el equipo económico avanza con la definición de más medidas y la puesta en marcha, normativas mediante, de las que anunció el martes, las empresas analizan con lupa cada detalle y comienzan a contabilizar los efectos que tendrán en los balances por sus deudas en dólares y en la continuidad de sus negocios. Aunque el sector privado coincide, en líneas generales, con el plan de ajuste propuesto, advierten que deben cambiar algunas decisiones para evitar mayores daños a los necesarios y espera que, tras un primer semestre crítico, la actividad luego comience a repuntar.
Por un lado, la devaluación del 50% pega de lleno en todos los empresarios que importan y que, ante la falta de divisas y los problemas para pagar al exterior, fueron acumulando pasivos en dólares. “Tenemos que asumir la devaluación por lo que ya compramos y vendimos, pero no pagamos, y a su vez el aumento del impuesto PAIS. Eso me va a traducir en una pérdida en el balance. Yo tendría que haber pagado la mercadería hace cuatro meses y ahora la voy a tener que pagar más cara”, dijo a Infobae un industrial, dueño de una empresa mediana a grande y miembro de la UIA.
Claro que son pocos los empresarios que no se cubrieron frente a una expectativa de devaluación, que era cantada. Colocaron los pesos en títulos ajustables por el dólar oficial -dólar linked- y, de ese modo, minimizaron riesgos. De todos modos, si quisieran venderlos, deberían luego hacerse de los dólares para pagar parte o todo el stock de deuda. Debería ir al contado con liqui y en esa operación ya tendría una pérdida -si bien bajó la brecha, mientras que el oficial quedó en $800, el ccl se vendía ayer a poco más de $1.000. ¿Podrán hacerlo y luego acceder al Mulc? Hoy eso es inviable. “Yo lo único que pretendo es poder pagarle algo al proveedor en diciembre para que me siga embarcando mercadería y poder seguir operando. Otra alternativa es que nos dejen usar dólares propios para girar al exterior”, dijo el empresario de la central fabril.
Con respecto al impuesto PAIS, para la importación de bienes subió 10 puntos porcentuales, de 7,5% a 17,5%. De este aumento, que llevó el dólar de $800 a $940, las firmas no podían cubrirse. Afecta más a las empresas que tienen un alto componente importado en la elaboración de sus productos o a aquellos sectores, como el autopartismo, por ejemplo, que tiene escaso margen para que las terminales les reconozcan este mayor costo. ““Hay sectores que son formadores de precios y que cuando no podían pagar al exterior incorporaron al precio ese riesgo. El autopartismo no puede hacer eso; la terminal reconoce solo el tipo de cambio oficial según sus condiciones”, manifestaron desde la Asociación de Fábricas de Argentinas de Componentes (AFAC).
Otra fuente de la cadena automotriz manifestó que el sector autopartista contabilizará tres pérdidas: la generada por la suba del tipo de cambio -algunos se cubrieron parcialmente-; la de la suba del impuesto PAIS y la derivada del bono voluntario dólar linked que el Banco Central quiere entregar a los importadores para que se cubran, pero que cotizará muy por debajo de la paridad. Por lo tanto, si el empresario quisiera vender esos bonos y hacerse de los dólares, obtendría menos de los necesarios para cubrir esa deuda. “¿Qué rentabilidad tiene que tener una firma para poder absorber esas tres pérdidas? Suma mucha plata que en el caso de las autopartistas no tienen forma de absorberlo porque no tienen margen”, señaló.
Por otro lado, el BCRA dispuso ayer una norma en la que definió cómo serán los pagos de las importaciones a partir de este miércoles. Salvo algunos casos como combustibles y energía, que tendrán el acceso inmediato a las divisas; la salud, que podrá pagar a los 30 días de nacionalizada la mercadería; o los autos, cuyo plazo será de 180 días; para la gran mayoría de los bienes se definió el siguiente esquema: podrán pagar 25% a los 30 días; 25% a los 60 días; otro 25% a los 90 y el último porcentaje a los 120 días desde el registro del ingreso aduanero.
“La expectativa de una mejora marcada en los saldos de balanza comercial en los próximos años permitirá llevar a cabo un proceso desregulatorio que culmine en la eliminación total de las restricciones cambiarias. Sin embargo, debido al estado de situación actual de las reservas internacionales y el stock de deudas comerciales impagas a la fecha, resulta prudente encarar un proceso de normalización de carácter gradual y ordenado”, explicó el Directorio del BCRA en un comunicado emitido luego de su primer reunión, ayer por la tarde.
Los industriales analizan la pérdida de competitividad que se genera para un sector que deberá importar a un dólar de $940 y tiene exportar a un tipo de cambio más bajo debido a la retención del 15%
Si bien algunas empresas, especialmente las grandes multinacionales, no tendrían mayores inconvenientes en pedirle a sus proveedores que aguanten un mes más -con la convicción de que hay un nuevo gobierno que cumplirá con lo que promete-, en otros casos no podrán hacerlo y tendrán que encontrar la manera de hacer algún pago -con dólares propios o recurriendo al dólar financiero- para retomar el vínculo comercial. “Si no se le encuentra una vuelta para que se pueda ir pagando algo en diciembre, en febrero vamos a estar complicados”, afirmaron en otra empresa. En otra agregaron: “Este cronograma que pusieron te da un promedio de 75 días de plazo de pago. ¿Cómo hacés para que el proveedor te empiece a mandar mercadería de nuevo? Va a ser muy difícil poder arrancar la producción en breve de manera normal”.
En la UIA están gestionando un encuentro con el secretario de Comercio e Industria, Pablo Lavigne. Lo que se está analizando en la entidad, además de las cuestiones mencionadas, es la pérdida de competitividad que se genera para una industria que deberá importar a un dólar de $940 y tiene exportar a un tipo de cambio más bajo debido a la retención del 15%. “Hay cosas que se sabía que eran inexorables y cosas que nos hubiera gustado que registren; sobre esas vamos a tratar de incidir para minimizar los riesgos”, agregaron en la institución. Las terminales automotrices, de hecho, importan una gran cantidad de piezas para fabricar los autos que luego venden al exterior. Es uno de los sectores preocupado por esta disparidad.
En la entidad que preside Daniel Funes de Rioja esperan que la brecha cambiaria se mantenga en los niveles actuales -este miércoles cerró en 22%- y que, de esa forma, los empresarios encontrarán alguna forma de pagar su deuda. “Si se estabiliza la brecha y el BCRA puede acumular reservas, se van a ir encontrando soluciones a los problemas. El partido se juega si la macro encuentra un rumbo”, dijo una fuente de la UIA, quien remarcó, sobre el nivel de actividad, que “si la cosecha gruesa es buena y se consiguen dólares, la inflación podría empezar a bajar y luego repuntaría la economía. Las empresas hicieron caja en estos últimos meses, les fue bien, por lo que algunos meses resisten”, agregó.