Las medidas anunciadas entre el Ministro de Economía, Luís Caputo, y el Banco Central en la noche del martes, tienen directo impacto en el mercado automotor argentino. La devaluación del peso por un lado, pero el aumento del impuesto PAIS del 7% al 17,5% por el otro, deberían ir directamente a los costos de producción.
La gran pregunta es qué harán las automotrices con los precios de los autos 0km, porque difícilmente alguno aplique un aumento del 100%, pero deberían acompañar al menos a la inflación y al incremento del impuesto a la importación. Siempre es importante tener en cuenta que los vehículos fabricados en Argentina tienen un componente importado de entre 60 y 80 por ciento. Esas importaciones, más allá de ser a un dólar de $800, tendrán ese impuesto PAIS agregado, lo que lo llevará a unos $940 por unidad. Es decir que serán mucho más costosas para la producción local.
“Nosotros estamos vendiendo sólo lo que teníamos facturado, no tenemos listas de precios actualizada y entendemos que eso ocurrirá en estos días”, dicen desde un concesionario de Stellantis, que casualmente es la única fábrica que no había publicado sus precios de diciembre y que ahora estima hacerlo para finales de esta semana.
“Los autos van a subir, sin dudas, y el mercado se va a achicar un poco. Todavía hay que ver como juegan algunas variables como el dólar libre y su comportamiento, porque eso todavía va a incidir en el precio. Si la brecha llega a ser más o menos importante, el mercado va a seguir tirando de esa variable. Ahora empieza a jugar la caída de la rentabilidad y la política que cada fabricante quiera tener de porcentaje de participación del mercado. Hay que ver quién sale a la cancha a mantener precios y quién sale a la calle a cuidar su caja. Margen tienen, te lo aseguro.”, dijo un empresario del sector que mira el escenario desde afuera por no pertenecer a ninguna terminal.
“Los autos ya estaban muy caros. No sería extraño que pasen unos días y veamos que no aumentan más de esos 10 puntos de actualización del impuesto PAIS. Quizás esto es lo que hacía falta para sincerar los precios. Tenemos los autos más caros del mundo. No me sorprendería que incluso aparezcan bonificaciones si ven que bajan demasiado las ventas. Porque la gente va a tener menos plata y las financiaciones están imposibles de tomar por las tasas”, dice la misma fuente.
En paralelo con las dos medidas mencionadas, el nuevo paquete del gobierno también agregó una retención a las exportaciones del 15%, lo que pone en desventaja competitiva a la industria nacional frente a otros mercados.
Hace un par de semanas, Gustavo Salinas, Presidente de Toyota Argentina le dijo a Infobae que “vendemos a 23 países donde no tenemos ninguna protección, ninguna subvención; de hecho, tenemos retención a la exportación en un punto, y competimos en desigualdad negativa frente a otros mercados, como Tailandia por ejemplo. Hay que ser competitivos porque nadie va a pagarte más cuando tiene otra opción”.
La retención a la que hacía mención el máximo ejecutivo de Toyota en el país es la del 7,5% a la exportaciones que está vigente, pero que tenía una condición que incentivaba el crecimiento, y que era la de un tope luego del cual, el diferencial positivo paga arancel cero. Eso ahora cambia y todas las exportaciones pagarán el 15 por ciento.
“Estamos muy preocupados porque esto es un golpe muy fuerte para la producción. Aumentan los costos por la devaluación y por el incremental de 10 puntos del impuesto PAIS, pero también tenemos que aumentar un 15% el precio de exportación, con lo cual corremos riesgo de perder mercados por perder precio competitivo. Son medidas que no alientan la producción como esperábamos”, dijeron esta mañana desde una terminal automotriz que, como todas, está trabajando en números finos y aguardando más precisiones como qué sucederá con la deuda tomada en el exterior y todavía impaga.
“Esperamos que la deuda que tenemos no nos la computen al dólar de $800 porque sería duplicarla. No pagamos porque el gobierno no nos daba los dólares, no fue porque no hayamos querido hacerlo. Sería una locura que nos la liquiden con el nuevo valor de la divisa”, alertaron desde otra marca.
Esta preocupación quizás tenga que ver con algo que deslizó Cristiano Rattazzi, expresidente de Fiat Auto Argentina, en una entrevista con Radio Mitre donde señaló que “el stock de plata que vos anticipaste y pensabas pagar a $370 no existe más, lo vas a tener que pagar a $800. Muchos anticiparon con plata propia, otros con préstamos, pero de esto no se salvaba nadie y lo sabían todos”.
En realidad, lo que dice Rattazzi es lo que se corresponde con la teoría. Al menos así lo ven algunos analistas. “Cuando uno solicitaba una SIRA, esa SIRA decía una fecha determinada de pago y una cantidad de dólares oficiales. Uno ya sabía, jugaba con la variable de que se trataba de dólares oficiales al momento que dispones de la fecha de pago. Así que lo que sería una locura es que lo quieran pagar a $360, porque el dólar oficial vale $800″, explicó un importante actor del sector automotor.
Es aquí es donde hay una interpretación distinta del modo al que funcionaba la industria automotriz argentina hasta el momento. “Estaba sobreprotegida y se aprovecharon de poder importar a un dólar barato pero vender a valor del dólar libre. Si vendían sus autos a dólar oficial, eran los autos más caros del mundo, jamás podrían costar 25.000 o 30.000 dólares como constaban. Entonces la cuenta se hacía con dólar libre, y entonces, ese mismo auto costaba unos razonables 12.000 o 13.000 dólares. Eso confirma que importaban a dólar barato pero vendían a dólar caro. Hicieron negocio todos estos años de dos dólares con una brecha insostenible”, explicó el mismo empresario.
Falta saber qué sucederá con el Impuesto a los autos de lujo, que se renovó el 1 de diciembre y terminará el 29 de febrero de 2024. Este impuesto aplica un 20% de arancel a los autos que cuestan más de 14,7 millones de pesos y uno del 35% a lo que cuestan más de 27,2 millones. Pero si las automotrices aplicaran un aumento mínimo del 40% automáticamente quedarían todos los modelos dentro de la escala 1, con lo que pasarían a pagar ese 20% adicional. La otra opción es “topearlos” como vinieron haciéndolo este año, en cuyo caso la diferencia pasaría a pagarse como un sobreprecio. Pero como ahora no hay más SIRA, si quieren traer autos lo podrán hacer libremente y la excusa de la entrega inmediata que usaban muchos concesionarios para justificar el sobreprecio no se podría aplicar.