La devaluación del dólar oficial anunciada por el ministro de Economía, Luis Caputo, que llevó el tipo de cambio de $400,5 a $800 generó un problema para miles de pymes importadoras, que calcularon sus costos de acuerdo a una cotización (posible) mucho más baja.
En concreto, el ministro anunció que el tipo de cambio oficial va a pasar a $800, a lo que se sumará un aumento provisorio del impuesto PAIS a los importadores con una alícuota de 17,5%. Esto llevaría al dólar importador a $940.
El conflicto pasa por las miles de empresas que compraron insumos al exterior mediante el Sistema de Importaciones de la República Argentina (SIRA), a través de un esquema que genera una diferencia de hasta 90 días entre el momento en el que una empresa compra un insumo en el exterior y el día en que lo paga, o mejor dicho, el día en el que obtiene los dólares para pagarla.
Si bien Caputo anunció que la SIRAs tienen los días contados -serán reemplazadas por un sistema estadístico y de información que no requerirá de la aprobación de licencias- hay incontables casos de firmas que se encuentran en el “limbo” entre el sistema viejo y el nuevo. No se trata de un problema menor. De acuerdo a los datos publicados por el Indec, el sector importador de bienes debe más de USD 44.000 millones.
Dentro de tanta incertidumbre, muchas empresas tomaron cartas en el asunto para anticiparse a un posible escenario adverso. En su momento, el economista Carlos Melconian había mencionado, sin demasiado detalle, que dentro de la bimonetariedad habría un tratamiento diferente para el flujo de las importaciones futuras, que volvería a funcionar sin restricciones bajo el nuevo esquema cambiario, mientras que el stock acumulado durante la actual administración quedaría a pagar a un tipo de cambio que sería materia de negociación.
Para protegerse, muchos importadores acudieron a la estrategia de invertir el dinero con el que pagarían las importaciones en instrumentos atados a la evolución del dólar oficial (dólar linked). Estos instrumentos fueron altamente demandados antes de las elecciones generales y del balotaje, ante la incipiente amenaza de una devaluación.
Claro que no todas las pymes acudieron a la misma estrategia y no todas pueden mantener su dinero quieto, en un escenario de interrupciones en las cadenas de pagos y pérdida de rentabilidad.
Incertidumbre empresaria
Los directamente afectados por la devaluación, los importadores, no cuentan con mayor información que la que dio Caputo en conferencia de prensa. Fabián Castillo, secretario de Relaciones Institucionales de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) y presidente de la Federación de Comercio e Industria de la Ciudad de Buenos Aires (Fecoba), aseguró que la incertidumbre de los empresarios es total.
“Los asociados a las entidades me exigen detalles acerca de las SIRAs y a lo que va a pasar con los pagos, pero lo cierto es que no tenemos más información que la que dio Caputo. De hecho, desde Fecoba pedimos una reunión urgente con las autoridades para conocer la letra chica y poner nuestros problemas sobre la mesa. Las pymes no van a aguantar si pagan a más de $1.000 por las importaciones”, apuntó.
Castillo pidió además que Nación analice la situación particular de cada sector. “Además de los problemas generales, hay rubros que no pueden operar con normalidad por falta de materias primas”, lamentó.
Se mostró de acuerdo Daniel Rosato, presidente de Industriales Pymes Argentinos (IPA). “No hay más información que la que dijo el ministro. Hay detalles que no están claros”, declaró.
“Hay desconcierto porque no sabemos si los bancos nos van a dejar comprar dólares. No sabemos realmente si los cambios se van a aplicar desde mañana (por hoy) o habrá una transición en el medio”, agregó.
Por lo que pudo saber Infobae, el Gobierno nacional consideraría las SIRA pasadas como parte del stock y continuaría con los pagos diferidos al menos por un tiempo. Además, los importadores tendrían que pagar sus viejas compras con el nuevo dólar oficial (más el impuesto para importadores) o bien al valor del Contado con Liquidación (CCL), aunque nada de esto está confirmado.
El impacto en precios
La otra cara que tiene el aumento del tipo de cambio para importadores, es el impacto en precios. Esto, porque mientras más alto sea el dólar que tienen que pagar las empresas para traer insumos, más caros se venden sus productos en el mercado interno. No obstante, Daniel Rosato explicó que el mercado ya se anticipó a la devaluación, por lo que ya venía trabajando con un dólar bastante más alto que el oficial. “Los importadores vendían dentro del mercado interno con un dólar de $700, $800 o $1.000, por lo que de alguna manera, el impacto inflacionario ya se produjo”, argumentó.