“Vamos a estar durante unos meses peor que antes particularmente en términos de inflación”, dijo sin tapujos el ministro de Economía, Luis Caputo, en un pasaje de sus primeras palabras públicas como número uno del Palacio de Hacienda. La presentación del “Paquete de Urgencia Económica” no defraudó a las expectativas, en términos de la dureza y la profundidad del ajuste de las cuentas fiscales -tanto por el lado de los gastos como por el de los ingresos- y de corrección de precios relativos. El impacto en inflación va a ser importante, muy por encima de lo que se vio en los ya de por sí altos datos de la segunda mitad de 2023.
En los comercios orientados a los clientes minoristas las palabras de Caputo sonaron fuertes y claras. De hecho, no era necesario siquiera explicarlas. La serie de medidas anunciada fue leída como punto de partida de una reacomodamiento de precios que va a hacer caer fuertemente al consumo porque va a superar con creces la capacidad de los ingresos de las familias para afrontarlos.
Esta mañana, entre empresarios de grandes superficies y bocas de proximidad, circulaban los primeros números estimativos. Están basados en las listas de precios que, esperaban, llegaran en los días posteriores al anuncio de Caputo y, sobre todo, a la devaluación de más de 50% del peso que finalmente llevó el dólar oficial a los $820 por unidad. Esa variable, y el aumento de impuesto PAIS para importaciones, son las claves que en forma más directa se pueden trasladar a los precios vigentes hasta ayer para hacer una estimación inicial de cuál va a ser el golpe que van a recibir los precios.
El relevamiento se focalizaba sobre 30 precios de la canasta básica y de consumo masivo, primeras marcas. Y las primeras aproximaciones arrojaban un promedio de subas del 98,7% para esos bienes. Precios que se duplicarían, en el muy corto plazo.
Entre los bienes que más sentirán el golpe se destacan algunos de los que ya experimentaban problemas por faltantes y trabas a las importaciones en los últimos meses del Gobierno de Alberto Fernández. Dentro del relevamiento, entonces, sobresale la variación esperada del kilo de banana, que para los cálculos de los comerciantes rozará el 210 por ciento.
Le sigue, en variación esperada, también el precio del atún, que se prevé salte casi 178 por ciento. También el precio del café molido que, esperan, saltará 165% en las gondolas.
“Sin ninguna duda esto tendrá un traslado a precios contenidos” (Di Pace)
Se trata de los productos que con más fuerza sentirían el golpe. Pero forman parte de una lista en la que los productos que, se prevé, se mantendrían más estables las variaciones no bajan del 36%, como se cree que va a subir la lechuga criolla en las verdulerías. La mediana de los aumentos, así, rozaría el 93% si estas expectativas se cumplen.
Caputo no intentó suavizar este efecto esperable de las medidas.
“Estamos heredando lo que llamamos una inflación reprimida que ya se está destapando y que es consecuencia del rezago de la política monetaria ultra expansiva (...) de estos últimos 4 años y de los controles de precios que a la larga nunca funcionan, lo ven todos en las góndolas del supermercado cualquiera que haya ido al supermercado en las últimas dos semanas habrá visto como varios precios han aumentado casi 100%”, dijo en su discurso grabado de ayer.
“Lo digo así porque, como dice el Presidente, es preferible decir una verdad incómoda que una mentira confortable”, agregó.
Los números recién están empezando a hacerse. La mayoría no salen de borradores, aunque en los comercios ya están preparándose para lla llegada de nuevas listas de precios. Y los analistas, mientras tanto, palpitan aumentos iniciales que redundarán en un retroceso importante del consumo en el mediano plazo a medida que los presupuestos familiares simplemente no alcancen.
“La economía estaba descontando esta medida a un dólar $700 y fue superior. Pero de los precios, muy poco se forma al dólar oficial los que tenían libre acceso al MULC, otros lo hacían a un dólar intermedio entre oficial y paralelo y otros lo fueron formando al paralelo. Es decir se fue descontando la medida en diferentes traducciones en los precios de los bienes y servicios”, consideró Damián Di Pace, titular de la consultora Focus Market.
“De ahora en más el sistema de precios va a depender de la caída de la demanda del peso y de la formación de precios por aumentos de costos que implicará la suba del tipo de cambio oficial y la corrección de tarifas de servicios más aquellos que influyen en su formación”, continuó el especialista en comercio retail.
“Sin ninguna duda esto tendrá un traslado a precios contenidos. Es muy importante que luego de la reducción de la brecha el mercado lea una confianza que no le va a otorgar el Paquete de Urgencia sino un plan económico integral que aún no se anunció. Es fundamental para que luego la brecha cambiaria no se amplie en el tiempo nuevamente”conluyó Di Pace.