Tanto en su discurso ante la Plaza del Congreso como el más breve que ensayó desde los balcones de la Casa Rosada, Javier Milei repitió una frase de Alberto Benegas Lynch (h), a quién considera un “prócer” del liberalismo argentino, casi equiparable a Juan Bautista Alberdi, que convirtió en una suerte de mantra o rezo libertario.
“El liberalismo es el respeto irrestricto del proyecto de vida del prójimo, basado en el principio de no agresión, en defensa del derecho a la vida, a la libertad y a la propiedad, cuyas instituciones fundamentales son la propiedad privada, los mercados libres de intervención estatal, la libre competencia, la división del trabajo y la cooperación social”, dijo Milei.
Más aún, el flamante presidente agregó que en esas 57 palabras “está resumida la esencia del nuevo contrato social que eligieron los argentinos”. La base, dijo, “de un país distinto, en el que el Estado no dirija nuestras vidas, sino que vele por nuestros derechos; un país en el que el que las hace las paga; en el que quien corta la calle violando los derechos de sus conciudadanos, no recibe la asistencia de la sociedad. Puesto en otros términos, el que corta no cobra”.
Los extremos de la frase van del elogio de la libertad a la represión legal de los excesos, entendidos estos últimos como el atropello de unos derechos (por caso, a manifestarse, a peticionar) sobre otros (a la de trabajar, a la de transitar, a la de ejercer el comercio lícito) y son toda una definición sobre lo que se propone ser el gobierno de Milei.
Próceres austríacos
Benegas Lynch (h) es hijo de su homónimo quien falleció en 1999 no sin antes introducir la “Escuela Austríaca” de Economía (cuyos principales próceres son los vieneses Friedrich Hayek y Ludwig von Mises) en la Argentina. Es padre, a su vez de Alberto Benegas Lynch (n), más conocido como “Bertie”, elegido como diputado nacional de La Libertad Avanza por la provincia de Buenos Aires.
El “prócer” cuya frase repite Milei puso en problemas al ahora presidente cuando en el acto de cierre de campaña, antes de la primera vuelta, en octubre pasado, propuso ante una multitud de jóvenes en el Movistar Arena cortar relaciones con el Vaticano.
Aunque aclaró que lo que diría “no compromete la posición de Javier Milei”, el ahora presidente tuvo luego que desandar la cuestión: le pidió perdón al Papa y en el debate presidencial con Sergio Massa, el ahora exministro de Economía buscó acorralarlo con esa y otras cuestiones.
¿Qué dijo Benegas Lynch en el cierre de campaña de Milei?
“Asumo plenamente la responsabilidad de lo que voy a decir, pero por consideración a mi posición católica, por respeto a esa religión, creo que habría que imitar lo que hizo el presidente (Julio Argentino) Roca: esto es, suspender las relaciones diplomáticas con el Vaticano mientras en la cabeza del Vaticano prime el espírititu totalitario”, dijo Benegas Lynch, en obvia referencia al Papa Francisco, que previamente se había referido -sin nombrarlo- a Milei como una suerte de Flautista de Hamelin que lleva a sus seguidores a ahogarse en el agua. Cuando hizo esa propuesta Benegas Lynch citó su propia columna “La quinta columna de la Teología de la Liberación”, publicada en Infobae, en la que cita a un libro del teólogo Miquel Poradowski sobre “la nefasta influencia del marxismo en la Iglesia”.
Benegas Lynch defendió a Milei de las críticas respecto a “las relaciones institucionales que anunció va a tener con países administrados por gobiernos de asesinos”, refirió el desatino de crear ministerios “orwellianos” como el de la Felicidad “que estableció ese personaje en Venezuela”, en referencia a Nicolás Maduro, lo que le ganó un estallido de entusiasmo y la exhibición de banderas venezolanas. Además, sugirió un fuerte recorte al presupuesto de la cancillería. “En algún momento hay que analizar el futuro de las embajadas, que estaba bien para la época de las carretas y no de las teleconferencias. Con la cantidad de mansiones, con la cantidad de pasaportes diplomáticos ...”, señaló.
¿Qué opina Benegas Lynch sobre el déficit fiscal y el gasto público?
El “prócer” de Milei cree además que la cuestión de fondo no es el déficit fiscal, sino el gasto público. “Cuba no tiene déficit fiscal, Stalin durante algunos períodos no lo tuvo”, señaló. El déficit influye sobre la inflación, reconoció, pero la cuestión del fondo es el gasto del Estado y por eso elogió “la metáfora de Javier Milei de la motosierra”.
A partir de esta semana comenzará a verse si lo de la Motosierra es un verdadero plan de gobierno o simplemente una metáfora. En el Movistar Arena Benegas Lynch se refirió a otro libro suyo “de hace 50 años” en el que ya postulaba “liquidar el Banco Central”, otra cuestión de la que Milei ya desitió, al menos por ahora. Según el “prócer” mileísta, un Banco Central solo puede hacer 3 cosas: expandir, contraer o dejar igual la masa monetaria; en cualquier caso es probable que se equivoque. “alterando los precios relativos, que son la única señal válida para el mercado”.
Según Benegas Lynch (h), “todos los bancos centrales del mundo se equivocan y justificarlos porque existen en la mayoría de los países es una Falacia ad populum, frase que Milei repitió en los dos debates presidenciales en que participó. El prócer mileísta también subrayó en aquel acto de campaña que Milei deberá “deshacerse de las malas empresas estatales”, sean –enumeró- “Aerolíneas Argentinas o una fábrica de tornillos”.
Batalla cultural
Benegas volvió a la auto-referencialidad al decir que la presencia de su hijo “Bertie” en el Congreso de la Nación será como si él mismo estuviera ahí, pero le permitirá “seguir en mi biblioteca, en la batalla cultural en la que estuve empeñado en las últimas décadas”.
Javier Milei ya ganó, dijo, porque “corrió el eje del debate; cambió la parla de muchos políticos e instaló temas que hace 80 años no escuchábamos”. Y agregó que era un agravio que trataran al candidato libertario de “antisistema”, cuando su prédica es volver a los valores alberdianos, basados en 5 principios, que enumeró: 1) Transparencia de los gobiernos hacia los gobernados, 2) Responsabilidad, 3) Alternancia en el poder, 4) División de Poderes, y 5) Igualdad ante la ley.
La equiparación de Milei con el precursor de la Constitución Nacional la completó señalando que así como a Milei le critican su irritabilidad y su vocabulario, también Alberdi solía usar palabras fuertes, que refirió con citas a otros 3 libros.
Además, dijo que así como “el último gobierno militar” cometió crímenes de lesa humanidad, no hay que olvidar “los horrores y matanzas de los grupos terroristas”, porque “no puede haber una doble vara”. Y agregó que “esos cretinos se asimilan a los que no son capaces de criticar la masacre de Hamas en Israel”.
Benegas Lynch cerró aquel discurso con una frase de Ronald Reagan, presidente de EEUU entre 1980 y 1988, quien decía que una persona debía agarrarse de su billetera cuando acerca alguien se le acercaba diciendo “hola, soy del Gobierno y vengo a ayudar”.
En cambio, Carlos Maslatón, examigo y exaliado de Milei, asocia a Benegas Lynch al fascismo. “Lo conozco desde 1977 y siempre fue un fascista de extrema derecha disfrazado de liberal”, posteó en octubre pasado en la red social X”, a propósito de la propuesta del “prócer” mileísta de romper relaciones con el Vaticano.
Benegas Lynch es autor de varios libros, algunos de los cuales citó en su discurso. En un ensayo reciente, titulado “¡Qué es y de dónde sale la Agenda 2030?”, sobre cambio climático y otras cuestiones, expone algunas de las ideas que suscribe y repite Milei, a saber:
-El redistribucionismo afecta la propiedad privada, vital para asignar los siempre escasos recursos.
-El ambientalismo, al atacar la propiedad privada, perjudica el medio ambiente, empobrece a la población y se basa en datos erróneos. Las malas interpretaciones del calentamiento global pasan costos a terceros, afectan derechos “a la vida, la libertad y la propiedad”. Según Benegas y Milei, el cambio climático se debe a los movimientos planetarios, no a la acción humana.
-El concepto de ‘igualdad de género’ va contra la diferencia biológica entre hombres y mujeres, busca transformarla en un tema de “autopercepción” y así “facilita el homicidio, mediante el aborto”.