Javier Milei ya es el presidente de todos los argentinos. Juró e, inmediatamente, prendió la tan mentada motosierra. Si el plan que viene será extremadamente brutal, como prometió el libertario en los discursos de buena parte de la campaña, o si tendrá como protagonista –para seguir con la metáfora leñadora– una correa menos dentada y algo más lenta, como pareció después del balotaje, lo comenzaremos a saber en las primeras horas de la mañana del lunes.
Habrá recortes, devaluación, medidas para intentar calmar a los mercados y más. Con todo, los anuncios concretos de ajuste podrían demorarse algunos días por temas de “firmas y designaciones”, argumentaron ayer a última hora dirigentes de La Libertad Avanza.
No queda claro aún hasta dónde llegará el impacto real de la motosierra. El propio Milei habló de que no hay alternativa al ajuste y al shock y pidió supremos esfuerzos y dolorosos sacrificios. “Será duro”, resumió. También prometió el fin del colectivismo y que habrá “luz al final del camino”. Todo lo pagará el Estado y no los privados, juró. La casta, pero cuál de todas. No ahondó en detalles por el momento.
Ayer temprano, en el Congreso, hubo miembros del nuevo Gobierno que aseguraron que hoy iban a hablar Milei y Luis Toto Caputo, el flamante ministro de Economía que casi nadie vio jurar el domingo por la tarde, al igual que al resto del Gabinete. No hubo transmisión de la jura ni de la gala en el Teatro Colón. Esa conferencia de prensa no ocurrirá. Hablará el vocero Manuel Adorni y se esperaban definiciones económicas. Probablemente no lleguen esta vez en la voz del ganador del último Martín Fierro Digital en la terna Mejor Twittero. Temas de firmas y designaciones –¿y algunas dudas con la letra fina y la autoría del Plan Motosierra– habrían pospuesto la palabra de Caputo para el martes. “O miércoles…”, dudó anoche un funcionario que aún juró y que no tiene en claro cuándo lo hará.
Lo que vendrá
Ayer, además de prometer ajuste y shock, el Presidente dijo que recibió la peor herencia de la historia. La economía ocupó dos tercios de su discurso en los que detalló lo que le deja Alberto Fernández.
Milei mencionó el inevitable e inminente impacto negativo de su plan en el nivel actividad, el empleo, los salarios reales y la cantidad de pobres e indigentes. Reiteró que habrá estanflación y que en los últimos 12 años el PBI per cápita se derrumbó 15% en medio de una acumulación de 5.000% de inflación.
Reiteró que va a “limpiar” los pasivos remunerados del BCRA. Es una idea algo técnica para el discurso de inauguración, pero sobre la cual se habló largo y tendido desde que ganó la Presidencia. Resolver las Leliqs y pasivos remunerados para frenar la emisión y la inflación. Si sale, se extenderá en el tiempo y no será sencillo.
Dólar
Otra devaluación es inminente. ¿Será hoy y la anunciará Adorni? Sería raro. Podría hacerlo el BCRA al arranque de la rueda. También, raro.
Lo cierto es que un nuevo salto cambiario sin plan anunciado con claridad terminará muy parecido, por lo menos, a lo que ocurrió luego de las PASO. Podría ser bastante peor. En ese momento, el “beneficio” del salto cambiario se evaporó muy rápido y toda la suba se trasladó a los precios. Y a todos los dólares.
¿De cuánto sería esa devaluación? Se habla de un salto de hasta 800 pesos, tal como reflejó Infobae. Sería un ajuste cambiario de al menos 80%, para arrancar la gestión con una menor brecha cambiaria, inferior al 40 por ciento.
“¿Cómo tiene que devaluar Milei? Devaluando. Hoy hay muchas cotizaciones, pero dólares comerciales hay dos. Uno de exportación, de unos $650, que es 50% del dólar oficial; y el resto contado con liqui. Hay que llevarlo a ese nivel, tener un único dólar comercial y lo demás que vaya por el canal financiero, incluso los pagos de deudas privadas y los servicios de exportación e importación (hay que ver el tema de los fletes, para no complicar costos). Claro, esto tiene que llegar con el detalle de cómo se va a hacer el recorte fiscal”, detalló Ricardo Delgado, de Analytica. Devaluación con medidas y credibilidad. ¿Será el caso?
“En el plano cambiario, la brecha oscila entre el 150 y 200%, niveles también similares a los que teníamos en el Rodrigazo. A su vez, la deuda con importadores supera los 30.000 millones de dólares y las utilidades retenidas a las empresas extranjeras alcanzan los 10.000 millones de dólares. La deuda del Banco Central e YPF suman 25.000 millones de dólares y la deuda del Tesoro pendiente suma unos 35.000 millones de dólares adicionales. Esto es, la bomba en términos de deuda asciende a 100.000 millones de dólares que habrá que sumar a los cerca de 420.000 millones de dólares de deuda ya existente”, enumeró ayer Milei en la escalinata del Congreso, debajo del fuerte sol de diciembre.
Caputo deberá trabajar para conseguir financiamiento y coordinar con el BCRA. Para eso puso allí a su socio Santiago Bausili.
Los que miran el dólar cripto, el único que se mueve en el fin de semana, como síntoma de lo que podría pasar, deberán tomar nota de que casi no se movió y fluctuó ayer en torno a los 1.000 pesos, poco más de 4 por ciento con respecto al jueves, última ronda del gobierno de Fernández.
Ajuste
Milei también prometió, sin que le temblara el pulso, “un duro ajuste fiscal inmediato” que apuntará a cerrar la canilla de emisión monetaria del Banco Central. Para terminar con los déficits gemelos que, dijo, son del 17% del PBI hará un ajuste fiscal en el sector público del 5% del PBI que “a diferencia de antes, va a caer casi totalmente sobre el estado y no sobre el sector privado”, arengó”.
Resta saber cómo quedará compuesta la estructura definitiva del Estado nacional y qué pasará con los planes sociales. El día que ganó el balotaje, el Presidente prometió no olvidarse de “los caídos”.
Precios
“La inflación hoy ya viaja a un ritmo de 20 y 40% entre diciembre y febrero, nos dejaron plantada una hiperinflación. Vamos a hacer todos los esfuerzos para evitar esta catástrofe que llevaría a la pobreza al 90% y a la indigencia al 50%”, afirmó Milei.
Habrá poda de subsidios, lo que llevará a una suba de las tarifas de servicios públicos como luz, gas y transporte. Chau también a Precios Justos, Ahora 12 y similares.
El flamante Presidente también advirtió que la política monetaria actúa con rezago de entre 18 y 24 meses. O sea, inflación alta por mucho tiempo. “Aún cuando hoy dejemos de emitir, seguiremos pagando los costos del desborde monetario. Haber emitido 20% del PBI no es gratis, lo vamos a pagar en inflación”, remarcó.
La economía real mostró su dientes más afilados en las últimas horas de la semana pasada: los alimentos básicos saltaron hasta 50% y las colas en los supermercados de consumidores tratando de cubrirse de una devaluación inminente. El salto de la nafta de hasta 30% del viernes parece apenas una muestra de lo que podría pasar en los próximos días. “Muchos se enteraron al llegar al surtidor, y cuando se dan cuenta ponen cara de resignación. En general no lo tomaron a mal, como si lo hubieran visto venir”, dijo resignado Ezequiel, playero de una Shell en la zona de General Paz.
La idea de que la inflación “viaja” a alta velocidad, y lo seguirá haciendo, suena dramática. Mucho más en un contexto de recortes: es igual a más pobreza, más indigencia.
En la Plaza de los Dos Congresos se gritó que “no hay plata” y a favor de los recortes. Milei saludó, gritó “viva la libertad, carajo” y se fue a cumplir con el resto del protocolo de investidura. Su gobierno, con el Plan Motosierra como eje central, empieza a rugir hoy.