La brecha cambiaria fue uno de los temas abordados por Javier Milei en su discurso en el Congreso, dejando en claro que para el nuevo Gobierno se trata de un tema delicado que conforma la pesada herencia que dejó el kirchnerismo. Por eso, una de las primeras medidas que se anunciarían hoy pasan por un fuerte ajuste del tipo de cambio oficial, con el objetivo de reducir drásticamente la brecha cambiaria.
El flamante Presidente indicó que la brecha actual oscila entre 150% y 200%, “que son niveles similares a la previa al Rodrigazo”. La intención seria que vuelva a niveles algo más manejables para atravesar la transición de los próximos meses, que según sus propias palabras profundizará la estanflación. “Será el último mal trago antes de recuperar el crecimiento”, sentenció.
Con dólares financieros en torno a los 1.000 pesos, la incógnita que se develará hoy temprano es a cuánto se ajustará el dólar oficial, con el objetivo de achicar sustancialmente la brecha. En el segundo mandato de Cristina Kirchner, esa diferencia promedió entre el 30% y el 40%. Consiguió que la inflación no se dispare y entregó el mandato a fines de 2015 con un índice del 25 por ciento. Claro que las tarifas se mantenían congeladas.
Este sinceramiento del dólar oficial y la reducción de la brecha cambiaria vendría acompañado además de un relajamiento de los controles para comprar y vender dólares a través del dólar MEP y el contado con liquidación. Sin embargo, esas nuevas reglas recién se conocerán en los próximos días, ya que es necesaria la confirmación del directorio de la Comisión Nacional de Valores, que ni siquiera tiene aún presidente designado.
Chau gradualismo
Milei dejó en claro que se avecinan políticas de shock, agregando además que el gradualismo fracasó casi siempre en la Argentina. Además, reiteró para justificar su postura que “no hay plata” para hacer frente a una transición demasiado larga.
Esas políticas de shock estarán particularmente apuntadas a eliminar el déficit fiscal y descartar la emisión monetaria por parte del Banco Central.
En cambio, al revés de lo sucedido durante la gestión de Macri, no se apuntará al menos a una unificación cambiaria. El riesgo es que la brecha aumente a partir del nivel que se fije hoy. Esto podría suceder por distintos motivos: problemas para pasar la ley ómnibus por el Congreso, dificultades para dar señales concretas de reducción rápida del déficit fiscal y presión sobre los dólares financieros ante el exceso de pesos que existe en el mercado.
No salir del cepo cambiario rápido conlleva, por lo tanto, el riesgo de un nuevo aumento de la brecha que complicaría el inicio del gobierno de Milei y el plan económico de fuertes reformas que se propone llevar adelante.
Tasa de interés
¿Estará acompañado el ajuste del tipo de cambio oficial por una suba de la tasa de interés adicional para prevenir el aumento de los dólares financieros? Se trata de una decisión compleja, ya que provocaría mayor presión sobre los pasivos remunerados del Central y la necesidad de emisión. Sin embargo, la actual tasa nominal de 133% (que es un 253% de tasa efectiva) es negativa en términos reales, pues está por debajo de la inflación.
Se estima que la reducción de la brecha cambiaria es un paso intermedio que podría durar unos 120 días hasta que comiencen a ingresar los dólares de la cosecha gruesa, a partir de abril. En ese momento el Central empezaría a recuperar reservas y sería más fácil y a una unificación cambiaria. A partir de allí, los planes no están claros: si se irá a una unificación del tipo de cambio y libre flotación como en 2015 o si en realidad se privilegiará una suerte de “neo Convertibilidad” con tipo de cambio fijo, a partir de las reservas que acumule el Central.