El discurso inaugural del presidente Javier Milei estuvo marcado por referencias a la crisis económica y las medidas de shock que buscará implementar desde el inicio de su mandato, sobre las que anticipó que provocarán un impacto inicial muy fuerte en la economía, los salarios y la pobreza. El jefe de Estado, en la explanada del Congreso nacional, aseguró que “no hay alternativa” al ajuste y al shock con medidas iniciales fuertes para afrontar la crisis y la herencia que calificó como “la peor de la historia”.
Aseguró, sin embargo, que ese ajuste será ordenado y que caerá sobre “el Estado y no sobre el sector privado”. “Sabemos que será duro, pero nada grande y duradero se conquista si no es a costo de supremos esfuerzos y dolorosos sacrificios”, reconoció y prometió que “ habrá luz al final del camino”.
“La conclusión es que no hay alternativa al ajuste y al shock, naturalmente eso impactará de modo negativo sobre el nivel de actividad, el empleo, los salarios reales, la cantidad de pobres e indigentes. Habrá estanflación, es cierto, pero no es algo muy distinto a lo que ha pasado en los últimos 12 años. Recordemos que en los últimos 12 años el PBI per cápita ha caído 15% en un contexto donde acumulamos 5.000% de inflación, por lo tanto hace más de una década que vivimos en esta inflación, por lo tanto este es el último mal trago para comenzar la reconstrucción de Argentina”, resumió. “A ponerse de pie que vamos a salir” cerró su discurso en las escaleras de ingreso al Palacio del Congreso.
La herencia
El presidente hizo referencia a la herencia económica con la que deberá lidiar. No hizo mención a medidas específicas como las que se espera que el ministro de Economía Luis Caputo tome desde este mismo lunes, ni aludió a algunas de sus iniciativas que fueron estandarte de su campaña, como la dolarización y el cierre del Banco Central. Pero sí aseguró que su primer paso económico será un duro ajuste fiscal inmediato que termine con el déficit y que cierre la canilla de emisión monetaria del Banco Central.
“Mucho se habló de la herencia que vamos a recibir. Quiero ser claro en esto: ningún Gobierno recibió una herencia peor que la que estamos recibiendo nosotros. El kirchnerismo que en sus inicios se jactaba de tener superávit gemelos, hoy deja déficit gemelos por 17% del PBI, 15% consolidado entre Tesoro y el Banco Central”, enumeró. “La solución implica un ajuste fiscal en el sector público del 5% del PBI, que a diferencia de antes, va a caer casi totalmente sobre el estado y no sobre el sector privado”, arengó.
“Por el otro, es necesario limpiar los pasivos remunerados del BCRA. De esta manera se pone fin a la emisión de dinero y con ellos a la última forma de inflación, empirícamente cierta y en términos teóricos”, defendió. Y anticipó que “dado que la política monetaria actúa con rezago de entre 18 y 24 meses, aún cuando hoy dejemos de emitir, seguiremos pagando los costos del desborde monetario. Haber emitido 20% del PBI no es gratis, lo vamos a pagar en inflación”, dijo. El público, frente suyo en la Plaza de los Dos Congresos pidió, como un grito de guerra, que aplique: “Motosierra”.
“El cepo cambiario, otra herencia de este gobierno, no solo implica una pesadilla porque implica salarios miserables y tasas altas, sino que el sobrante de dinero hoy es el doble que había en la previa del Rodrigazo, que multiplicó por 6 la tasa de inflación. Un evento similar implicaría multiplicar por 12, a una tasa de 3600%. Dada la situación de los pasivos remunerados, peores que en la previa que la hiper, se podría cuadruplicar el dinero circulante y llevar la inflación al 15 mil anual. Vamos a luchar con uñas y dientes para erradicarla”, continuó.
“La conclusión es que no hay alternativa al ajuste y al shock, naturalmente eso impactará de modo negativo sobre el nivel de actividad, el empleo, los salarios reales, la cantidad de pobres e indigentes” (Milei)
“La inflación hoy ya viaja a un ritmo de 20 y 40% entre diciembre y febrero, nos dejaron plantada una hiperinflación. Vamos a hacer todos los esfuerzos para evitar esta catástrofe que llevaría a la pobreza al 90% y a la indigencia al 50%, no hay solución alternativa al ajuste. Debe quedar claro que no hay alternativa posible al ajuste. Desde el punto de vista empírico todos los programas gradualistas terminaron mal, y los de shock fueron exitosos”. “Va a impactar en pobres, indigentes, salarios, y actividad”, adelantó.
“En el plano cambiario, la brecha oscila entre el 150 y 200%, niveles también similares a los que teníamos en el Rodrigazo. A su vez, la deuda con importadores supera los 30.000 millones de dólares y las utilidades retenidas a las empresas extranjeras alcanzan los 10.000 millones de dólares. La deuda del Banco Central e YPF suman 25.000 millones de dólares y la deuda del Tesoro pendiente suma unos 35.000 millones de dólares adicionales. Esto es, la bomba en términos de deuda asciende a 100.000 millones de dólares que habrá que sumar a los cerca de 420.000 millones de dólares de deuda ya existente”, enumeró cifras respecto a los pasivos del Estado.
“Con mercados financieros cerrados y el acuerdo con el FMI caído por los brutales incumplimientos del gobierno saliente, el rollover de deuda es por demás desafiante aún para el mítico Cíclope”, metaforizó. Sobre este punto, uno de los temas centrales del primer paquete de medidas de Milei y de Caputo está ligado a la posibilidad de conseguir algún tipo de financiamiento en divisas, ya sea a través del Fondo Monetario u otros organismos internacionales o un préstamo de bancos internacionales.
“Si un país carece de reputación, como lamentablemente es el caso de Argentina, los empresarios no invertirán hasta que vean el ajuste fiscal haciendo que el mismo sea recesivo. En tercer lugar, y no por eso menos importante, para hacer gradualismo es necesario que haya financiamiento, y lamentablemente tengo que decírselos de nuevo, no hay plata”, apuntó, una frase que tomó como mantra y que fue repetido por sus seguidores desde la plaza.
“Con mercados financieros cerrados y el acuerdo con el FMI caído por los brutales incumplimientos del gobierno saliente, el rollover de deuda es por demás desafiante aún para el mítico Cíclope” (Milei)
“La conclusión es que no hay alternativa al ajuste y al shock, naturalmente eso impactará de modo negativo sobre el nivel de actividad, el empleo, los salarios reales, la cantidad de pobres e indigentes. Habrá estanflación, es cierto, pero no es algo muy distinto a lo que ha pasado en los últimos 12 años. Este es el último mal trago para comenzar la reconstrucción de Argentina”, concluyó Milei.
Con una serie de urgencias que sobrevuelan en términos de inflación, flaqueza de reservas, cepo cambiario y déficit fiscal, en el marco de indicadores sociales en situación crítica, el nuevo equipo económico imprimirá una nueva dirección con sus primeras maniobras al timón de Hacienda. En paralelo, Santiago Bausili desde el lunes presidirá el Banco Central, tendrá a su cargo la política monetaria y el desarmado de la maraña de regulaciones cambiarias.
El mandato que Milei bajó a su equipo económico es el de terminar, lo más rápido posible, con los pasivos remunerados del Banco Central, lo que el economista libertario identifica como el obstáculo para la liberación del cepo cambiario sin pasar por una presión sobre los precios que los deje en terreno propicio para una hiperinflación. En paralelo, Caputo podría buscar una línea de financiamiento, más o menos rápida, que le otorgue un colchón de divisas para actuar con esa primera oleada de medidas.