El fin de semana largo transcurre en una especie de “limbo” político y económico. Todos los funcionarios de la administración de Alberto Fernández cesaron en sus cargos -muchos renunciaron-, mientras que sus relevos del nuevo gobierno de Javier Milei mantienen permanentes reuniones antes de asumir plenamente en sus funciones la semana que viene.
En el medio, crecen las especulaciones sobre las medidas por venir. Se especula con que el nominado ministro de Economía, Luis Caputo lanzará anuncios, incluso antes de la apertura de los mercados. Consultado sobre los primeros lineamientos en materia económica remarcó que “lo que haya para decir lo diremos oportunamente”, mientras tanto “todo el equipo está trabajando a full, haciendo un esfuerzo enorme para que todo sea comunicado de la mejor forma posible”.
El punto es que en el atomizado mercado de cambios argentino, donde el rígido “cepo” se mantiene aún en pie, ya se estuvieron “calibrando” los negocios con un dólar establecido cerca de la barrera de los 1.000 pesos. Las paridades bursátiles quedaron esa “línea” de flotación, el dólar “blue” cerró a $990 -tocó los $1.000 por la tarde-, mientras que el dólar “ahorro” -con una carga tributaria del 155%- promedió $996,97, con cotizaciones por arriba de mil en el Banco Nación ($1.021,28), el Banco Santander ($1.085,03) y el HSBC ($1.045,50).
Este viernes hay operatoria del llamado dólar “cripto”, una especie de “contado con liquidación” a través de la compra de monedas virtuales con pesos y su posterior venta contra dólares. Sus precios van en un rango de 1.003 a 1.091 pesos.
Aún con una gran dispersión, las cotizaciones del dólar están quedando alineadas en esos simbólicos 1.000 pesos, que no implica que ese deba ser el valor de equilibrio en caso de una unificación de todos los mercados. Probablemente esta cifra sea exagerada y responda a un cepo todavía vigente. Sin embargo, son varios los especialistas que abogan por una unificación cambiaria desde el “día uno” aun con una continuidad de ciertas restricciones o cepos, dadas las urgencias financieras del Gobierno y, sobre todo, la necesidad que tienen los agentes económicos de contar con una señal de precios clara para operar con previsibilidad.
Germán Fermo, estratega en mercados internacionales del Grupo IEB (Invertir en Bolsa), recomendó que “dejen fluctuar libremente al tipo de cambio desde el lunes 11 de diciembre. Tapar el sol con la mano no funciono nunca. Un solo tipo de cambio desde el lunes 11 y que el mercado decida dónde llevarlo. Si el lunes próximo no dejan fluctuar libremente al tipo de cambio implicará que el Gobierno le ‘teme al mercado’. Eso es una pésima señal de inicio. Que el mercado libremente le ponga precio al peso, de eso se trata la libertad. Ya demasiada restricción es tener el cepo adentro el lunes, dejemos de toquetear el principal precio de una economía”.
“Dado el cepo, dejá que el oficial fluctúe libremente y vaya a buscar el contado con liqui. Si hacés eso el lunes vas a estar cerca de $1.000 en todos los tipos de cambio, no podés tener 20 tipos de cambios distintos. El mercado no es tonto, te va a espera ¿Y qué significa? Hay que mostrarle un plan fiscal, el ajuste que vas a hacer. Sin plan fiscal nada de los que se va a hacer puede funcionar. Con una señal fiscal -que va a tener que ser ciertamente urgente en las próximas semanas, durante el verano de 2024- el mercado te va a esperar. Me parece un error arrancar con tipos de cambio diferenciales, lo digo con humildad, dada la gravedad en este contexto”, argumentó Germán Fermo.
Marcelo Trovato, director de Pronóstico Bursátil, también trazó su escenario hipotético de unificación cambiaria y expresó que “pegaría un cachetazo de entrada, te pongo el MULC a 1.000 pesos, me aguanto la inflación que todos tienen asumido ahora bien fresquito que es culpa del Gobierno saliente y se acaba la demanda. Desregulo el Mercado de Capitales y saco al BCRA en los términos de intercambio, querés importar buscalos en el mercado. Pero hablar desde afuera es sencillo y gratis”.
Para el analista y asesor de negocios Salvador Di Stefano, una “forma de atraer dólares sería fijando un tipo de cambio alto, cuyo precio se forme en el mercado entre las libres fuerzas de la oferta y la demanda. Esto sería lo más correcto, ya que podría invitar a que los agentes económicos en algún momento le vendan dólares al Banco Central. Si se adopta esta metodología, podríamos tener un dólar cercano a los $1.000, con el efecto positivo sobre las exportaciones, licuación de pasivos y posible aumento de reservas; y el efecto negativo de aumento de precios en la economía, incremento de la pobreza y recesión en el mercado interno”.
“Si el Gobierno toma el camino de fijar el tipo de cambio en la zona de 650 a 800 pesos, invariablemente tendrá que convivir con un dólar financiero, y esto empujará a la suba el precio del dólar, que seguramente se ubicaría por encima de los 1.000 pesos, ya que caerán muchas regulaciones que impedían el libre acceso de los agentes económicos a la compra de dólares en el mercado”, advirtió Di Stefano.
Los expertos de TSA Bursátil resaltaron que “dados los vencimientos de deuda que deberá afrontar la nueva gestión, se vuelve imperioso acrecentar las reservas del BCRA. En este sentido, el equipo económico de Milei estaría negociando un compromiso de liquidación por parte de los exportadores de granos por USD 5.000 millones, entre otras alternativas”.
La brecha cambiaria se mantiene próxima al 160%, un rango que impide un funcionamiento normal de la economía
“Dado que el spread cambiario se mantendría en un nivel muy elevado y que Milei expresó su intención de eliminar los controles cambiarios, no sería percibida como la ‘última’ devaluación. De esto se desprenden dos cuestiones relevantes. Por un lado, los exportadores no tendrían incentivos para liquidar, por lo que el MULC quedaría desierto en un contexto que las reservas netas se ubican en un mínimo histórico de -USD 10.944 millones y las divisas disponibles en el BCRA son USD 398 millones -considerando que el único pasivo exigible de corto plazo son los encajes de los depósitos en dólares por USD 8.910 millones-. Es decir, no hay reservas para mantener el cepo por mucho más tiempo, siempre y cuando no haya un financiamiento relevante del exterior que funcione como ‘puente’ hasta algún momento del primer semestre de 2024″, precisaron desde Portfolio Personal Inversiones.
“El mercado parecería creer en una suerte de unificación o mejor dicho un posible desdoblamiento pero con una brecha cambiaria baja”, estimó Salvador Vitelli, jefe de Research de Romano Group. “Los precios del mercado son congruentes con un escenario de aceleración inflacionaria, de sinceramiento cambiario, y que además dentro de ese contexto una suerte de desdoblamiento, yo pienso, con una reducción de brecha significativa”, acotó.