Nadie conoce cuál será el plan que el designado ministro de Economía, Luis Caputo, anunciará el lunes, cuando ya ocupe el despacho del 5° piso del Palacio de Hacienda.
Trascendieron algunos lineamientos -y de hecho, referentes de La Libertad Avanza los han manifestado públicamente- sobre que el camino a seguir tendrá especial foco en una estricta política de restricción fiscal y monetaria, pero pero su éxito dependerá del grado de confianza que genere en los mercados.
En este contexto, los empresarios por ahora observan. Excepto algunos sectores industriales más afines al kirchnerismo, que temen por las posibles consecuencias del Plan Milei, el resto mantiene cierto optimismo, pero está expectante; cree que el nuevo gobierno debe avanzar con un plan de estabilización macroeconómico y con reformas estructurales que alivie la carga sobre la microeconomía ¿Funcionará? ¿Hay riesgos de que se desencadene una hiperinflación?
Claro que ni los industriales que vivieron de subsidios y proteccionismo durante los años K ni los ligados a la obra pública, que también fueron los niños mimados de la década pasada, hoy saltan de alegría. Pero hay una gran mayoría de hombres de negocios que apuesta por el cambio, aunque duela por un tiempo.
“Está clarísimo que la contracción económica es fuerte, los insumos no están y obviamente una estabilización abortará cualquier recuperación por ahora, pero como contrapartida está el grado de expectativa y de confianza que genere la propuesta para saber qué grado de inversión puede haber”, dijeron fuentes de la entidad fabril, al tiempo que agregaron que “lo que está claro es que el país necesita un arreglo y eso implica entrar al taller”.
Está claro es que el país necesita un arreglo y eso implica entrar al taller (dicen en off los industriales)
En la UIA hay una enorme heterogeneidad y conviven quienes están abocados al mercado interno y dependen de la protección del Estado y las tasas de interés subsidiadas, y los que exportan y tienen una visión más liberal de la economía.
Mientras que los primeros temen la apertura comercial y la quita de todo tipo de ayuda, los otros sostienen una posición más optimista sobre el proyecto del nuevo gobierno.
Al margen de eso, hoy todos vienen sufriendo las consecuencias de la falta de divisas, que generó una parálisis total en los pagos de las importaciones y un freno de muchos embarques de insumos para producir. En consecuencia, hoy hay varias líneas productivas paralizadas y varias empresas han incurrido en adelantos de vacaciones al personal y suspensiones.
Resolver esta problemática es el pedido más urgente que hoy tienen los industriales. Confían en que una vez que el nuevo gobierno devalúe (el ministro del Interior, Guillermo Francos, habló de un dólar a $650/$700), los exportadores comenzarán a ingresar las divisas y empezarán a liberarse los pagos de las importaciones.
Todos están esperando eso. La gran pregunta es qué pasará con el stock de deuda, que asciende a unos USD 55.000 millones y que las empresas, según lo que transmitieron miembros del gabinete de Milei, tendrían que pagarlo al dólar contado con liqui, que el último jueves se movió en torno de 1.000 pesos.
“Hoy nuestra principal preocupación es cumplir con la deuda tomada durante estos últimos meses y garantizar el suministro de insumos importados claves para la producción”, enfatizó, en diálogo con Infobae, el presidente de la Unión Industrial de la Provincia de Buenos Aires (Uipba), Martín Rappallini.
En cuanto a las expectativas, el empresario planteó que confían en que las nuevas autoridades “comprendan la importancia de establecer condiciones para que el sector productivo crezca, agregue valor, exporte y genere divisas genuinas”.
Hoy nuestra principal preocupación es cumplir con la deuda tomada durante estos últimos meses y garantizar el suministro de insumos importados claves para la producción (Rappallini)
Según el empresario, los industriales esperan, inicialmente, un ordenamiento macroeconómico, baja de la inflación, reglas de juego claras y fundamentalmente certezas; y una vez lograda la estabilización, “va a ser importante trabajar en leyes que promuevan la modernización del Estado, la baja de impuestos a los sectores transables, actualización de la normativa laboral y trabajar en la formación técnica, entre otros puntos”.
Descuentan los industriales la caída inicial de la actividad, pero esperan que dure lo menos posible y el país pueda arrancar para crecer en el corto plazo.
El presidente de la Cámara Argentina de Comercio (CAC), Mario Grinman, dijo a este medio que con la asunción de Milei como presidente, “se abre una ventaba de esperanza. La población lo votó mayoritariamente, legitimidad le sobra; ahora va a necesitar que el resto de las fuerzas políticas lo acompañen. Se viene un escenario complejo, especialmente en el primer semestre, pero es imprescindible hacer ese sacrificio”, remarcó el directivo y comerciante.
Según anticipó Grinman, la inflación de 2024 será mucho mayor que la de este año, pero será producto de “desaciertos del gobierno que se va, con la emisión monetaria, el gasto público y el déficit fiscal. Todo eso repercute en la inflación, y todos vamos a tener que hacer sacrificios”.
Desde la Cámara Argentina de la Mediana Empresa (CAME), su presidente, Alfredo González, se mostró expectante por el paquete de medidas que se anunciarán entre el domingo y el lunes y sostuvo que “es clave y urgente contar con una política macroeconómica estable para que las pyme puedan seguir sobreviviendo y posteriormente pensar en volver a crecer”.
Es clave y urgente contar con una política macroeconómica estable para que las pymes puedan seguir sobreviviendo y posteriormente pensar en volver a crecer (González)
“Hoy estamos sufriendo una inestabilidad tremenda. Este proceso inflacionario nos dañó mucho y lo sigue haciendo. Esperemos que empiece un proceso de baja para mantener los puestos de trabajo y seguir generando nuevos”, enfatizó González.
Desde CAME también consideran importante que desde el Congreso se generen los debates necesarios para adecuar las leyes laborales a los nuevos tiempos, sin pérdida de derechos adquiridos, y para regularizar el sistema tributario.
Por su parte, desde la Asociación de Bancos Argentinos (Adeba), su presidente, Javier Bolzico, afirmó que tienen la expectativa de que el nuevo equipo económico “desmantele los controles de precios y tasas dentro del sistema financiero, para que éste pueda desplegar su potencial de créditos y servicios financieros”.
Debemos aspirar a aumentar el crédito en el equivalente a USD 10.000 millones en los próximos dos o tres años (Bolzico)
“El sistema bancario puede rápidamente generar créditos para apalancar la recuperación de la actividad económica privada, con las condiciones adecuadas. Es uno de los motores de la recuperación económica. Debemos aspirar a aumentar el crédito en el equivalente a USD 10.000 millones en los próximos dos o tres años”, manifestó el dirigente de Adeba.