Si de precios de mercado se trata, los agentes que operan en activos argentinos refrendaron en la última semana cierto optimismo por el giro político y económico que tomará la Argentina con la llegada de Javier Milei al Gobierno.
El índice S&P Merval de las acciones de las empresas líderes que cotizan en la Bolsa de Comercio de Buenos Aires anotó una ganancia de 8,2% en pesos en las cuatro ruedas operativas previas a la jura del nuevo Presidente este domingo 10. De todos modos el Merval medido en dólares “contado con liquidación” quedó prácticamente estable en la zona de los 950 puntos, que dan cuenta de un mercado expectante, aunque aún en sus precios más altos desde el 9 de agosto de 2019, en la previa a las PASO de aquel año.
El S&P Merval anotó un nuevo récord nominal de 941.829 puntos, para trepar en el recorrido de 2023 un histórico 366,1% en pesos y un 61,7% en dólares.
“El mercado pagó expectativas y será ahora el tiempo de que las mismas comiencen a ser materializadas, nadie -y el mismo Milei así lo ha expresado- espera una solución mágica ni rápida. Pero sí será clave el ritmo que se le imprima al momentum que se ha generado y que se continúe preservando la sensación de luz al final del túnel. Luego de la asunción esperamos el paquete de medidas y las leyes necesarias para su implementación y comenzaremos a develar el gran talón de Aquiles de la futura administración: la gobernabilidad”, evaluaron desde el Grupo IEB (Invertir en Bolsa) .
“Al regresar de su viaje a Estados Unidos, Milei confirmó a Luis Caputo como futuro ministro de Economía. Este mismo, días anteriores al anuncio se había reunido con referentes del sector bancario y les comentó que no va a haber ‘soluciones compulsivas’ para las Leliq y que habrá ‘una salida de mercado’. Por otro lado, les recalcó que el ajuste fiscal y monetario se dará desde el primer momento y aclaró que el primer día no se levantará el cepo”, puntualizaron los expertos de TSA Bursátil.
Un reporte de GMA Capital advierte que “el cuadro macroeconómico que recibe la gestión de La Libertad Avanza es, cuanto menos, pavoroso. Si bien la inflación ya alcanzó niveles máximos de los últimos treinta años, todo indica lo peor aún no llegó, producto del atraso en varios precios regulados. Además, heredará un importante deterioro fiscal y una serie de problemas devenidos de este. En un contexto de demanda de pesos tan deteriorado como el actual, los inconvenientes se intensifican”.
En cuanto a los bonos soberanos, los títulos Globales en dólares que se negocian en Wall Syreet promediaron una suba de 4% semanal, con un riesgo país de JP Morgan que recortó unas 40 unidades para la Argentina, en los 1.923 puntos básicos. En la última semana este indicador llegó a perforar el piso de los 1.900 puntos, en su mejor nivel desde agosto de este año.
“Ante la expectativa por la asunción de la nueva administración de gobierno y la implementación de las primeras medidas, los bonos soberanos en dólares cerraron la semana positivos, en línea con mercados emergentes y el global, alcanzando un +4,3% promedio a lo largo de todos los vencimientos. Dentro de este resultado se destacaron los globales con +4,4% promedio, impulsados por los tramos más cortos, seguidos por los de legislación local con un +4,1%, traccionados por el Bonar 2030 (AL30). Vale destacar que, desde los resultados del balotaje, los soberanos en dólares ganaron +29,9% en promedio, mientras que el desempeño de los mercados emergentes fue de +3,5%”, precisaron los expertos de Puente.
El dólar, en la zona de los 1.000 pesos
El dólar libre ganó 35 pesos o un 3,7% desde el viernes 1, en los $990 para la venta. En diciembre el “blue” sostiene una mejora de 85 pesos o un 9,4%, mientras que a lo largo de 2023 el ascenso es de 644 pesos o un 186,1 por ciento.
Las cotizaciones alternativas del dólar parecieron haberse alineado en ese rango simbólico de los 1.000 pesos, a la espera de las primeras medidas oficiales del gabinete económico que conducirá Luis Caputo. El viernes 7 el bursátil dólar MEP cerró a $1.001,32 a través del Bonar 2030 (AL30D) a 48 horas en el segmento PPT (Prioridad Precio-Tiempo) de ByMA (Bolsas y Mercados Argentinos), con negocios que promediaron poco más de USD 30 millones diarios. El “contado con liquidación” con el mismo bono (AL30C) cerró a $1.019,15, mientras que el “liqui” con acciones quedó a $1.000,24 y con Cedear, a 990,95 pesos.
“Sobre el nivel del tipo de cambio, no podemos decir que haya un precio de referencia, aunque sí parece existir cierto consenso generalizado sobre que un dólar de equilibrio en una situación en la cual se controlan las variables, no superaría los $700. Esto, claro está, dentro de un escenario con plan creíble por el mercado y ejecutable en la práctica y políticamente aprobado y aceptado”, explicó Augusto Posleman, directo de Portfolio Personal Inversiones.
“Particularmente, no me preocuparía tanto un salto discreto en el tipo de cambio y que genere un salto en la inflación por única vez, porque con un plan creíble y ajuste fiscal como ancla, la inflación sería temporal. Hasta diría que es lo que tiene que pasar. El tema es lograr que termine ahí, que más allá del overshooting, la gente y la política acepten lo que haya que hacer. Sin dudas, se vienen dos o tres meses de marcar la cancha y la gran clave es que el ancla fiscal funcione y sea creíble”, añadió Posleman.
El BCRA encadenó el viernes último seis sesiones operativas con saldo negativo por su participación cambiaria. En las cuatro ruedas de esta semana anotó un saldo vendedor de 377 millones de dólares.
“El lunes la atención de los inversores se dirigirá a la lectura que haya dejado el discurso inaugural y a las primeras medidas económicas que pudieran haberse anunciado, con foco en el equilibrio fiscal y el exceso de pesos, aunque también en cómo arrancaría el régimen cambiario en esta nueva etapa que se espera sea con menos restricciones”, comentó el economista Gustavo Ber.
“Será crucial que la nueva administración logre rápidamente despertar confianza, ya que resulta indispensable para lograr apoyos parlamentarios y sociales que permitan avanzar en una implementación que sin dudas tendrá costos asociados a corto plazo, entre ellos una aceleración de la inflación acompañada de una retracción de la actividad económica”, completó el titular del Estudio Ber.