El presidente electo Javier Milei parece decidido a avanzar con una consolidación fiscal significativa y en el corto plazo, la eliminación de controles de capital y tipos de cambio, y privatizaciones una vez que asuma el cargo el 10 de diciembre. Para los analistas y estrategas financieros, estas medidas de impronta ultraliberal ayudarán a ordenar la debilitada economía argentina, pero a la vez conducirán en lo inmediato a un aumento de la inflación y una contracción profunda de la actividad en los próximos trimestres, con la previsible oposición social a las medidas del Gobierno.
“Nuestro consenso es que la inflación alcanzará su punto máximo en el 260% en el segundo trimestre de 2024, y que la economía se contraerá hasta el cuarto trimestre”, precisaron desde la consultora internacional Focus Economics.
Dado que el partido de Milei carece de mayoría en ambas cámaras del Congreso, la dolarización parece estar descartada a corto plazo
Los expertos pronosticaron una “dolarización en pausa” y explicaron que “dado que el partido La Libertad Avanza de Milei carece de mayoría en ambas cámaras del Congreso, la dolarización parece estar descartada a corto plazo; de hecho, Milei ha dejado de mencionar la reforma en sus apariciones públicas recientes. Incluso sus medidas más modestas para reducir el gasto público y eliminar los controles de capital y el tipo de cambio podrían enfrentar oposición en el Congreso; en el Senado, la combinación de La Libertad Avanza y el partido de centroderecha Juntos por el Cambio no alcanza la mayoría, por lo que necesitará negociaciones con los peronistas u otros grupos políticos más pequeños”.
No obstante, el panorama de Focus Economics traza un horizonte con mejores perspectivas a largo plazo. “Suponiendo que Milei pueda unificar los múltiples tipos de cambio, agilizar el Estado, eliminar las distorsiones económicas, privatizar empresas estatales y mantener la estabilidad social -algo que requiere un cierto salto de fe- Argentina podría experimentar un crecimiento rápido a partir de 2025, a medida que la inflación y las tasas de interés disminuyan y la inversión privada se dispare. Sin embargo, incluso si la economía se recupera temporalmente después de 2024, la historia reciente de Argentina debería dejarnos algo claro: cuidado con los falsos amaneceres”.
“Pasar a un superávit primario debería ser uno de los pilares de un plan de estabilización macroeconómica en Argentina” (Sergio Armella)
Por otra parte, los analistas de Itaú Unibanco, la entidad brasileña que es el mayor banco de América Latina, enfatizaron el rol que asumirá el Fondo Monetario Internacional (FMI) para trazar los lineamientos del nuevo programa económico a cargo de Luis Caputo.
“La próxima administración probablemente negociará un nuevo programa con el FMI, dado que todos los objetivos cuantitativos establecidos para 2023 se han incumplido. Es probable que el FMI solicite un tipo de cambio más débil, considerando el deterioro en la balanza de pagos. En general, mantenemos nuestra previsión de un tipo de cambio nominal de $1.550 por dólar para diciembre de 2024 e inflación del 150% anual -con un pico probable en la primera mitad de 2024-, reflejando el efecto de la devaluación esperada de la moneda y la corrección de las tarifas de energía, transporte y combustible, entre otros”, detallaron desde Itaú.
Para Sergio Armella, economista de Goldman Sachs, ”los fundamentos fiscales débiles están en el meollo de los problemas macroeconómicos de Argentina. Una vez que el Javier Milei asuma el cargo el 10 de diciembre, esperaríamos que el nuevo Presidente presente una enmienda al plan de Presupuesto de 2024. El programa con el FMI prevé un objetivo de déficit del 0,9% del PIB el próximo año. Sin embargo, en nuestra opinión, pasar a un superávit primario debería ser uno de los pilares de un plan de estabilización macroeconómica en Argentina”.