La petrolera Shell aumentó hoy el 15% el precio de los combustibles y se espera que las otras empresas adopten la misma medida. Axion evaluaba la acción de su competidora mientras que en YPF explicaron que no hubo cambios todavía, pero podrían darse este fin de semana.
Shell confirmó el aumento registrado este viernes en sus surtidores. En tanto, el presidente de la Cámara de Empresarios de Combustibles, Raúl Castellano, dijo a Infobae que “aumentó los combustibles Shell, con una variación del 15 al 19 por ciento; hay muchos precios atrasados; solamente este año, el combustible tiene un atraso del 35% frente a la inflación”.
“Hay muchos precios atrasados, no solo por la caída frente a la inflación, sino también por la continua postergación del aumento de los impuestos al combustibles que ya lleva dos años; ahora habrá que ver si el nuevo gobierno decide liberarlo en forma de shock o gradual”, explicó el empresario.
“En el primer mes del nuevo gobierno el precio de los combustibles debería subir el 35% y luego seguir recomponiendo el margen perdido en 2022″, indicó Castellano. Además, indicó, “hay que ver qué pasa con el precio del petróleo de USD 56 al que compran las petroleras”.
Castellano indicó que “no hay problema de stock actualmente, a diferencia de lo que ocurrió un tiempo atrás; no entregan todo lo que uno pide, pero no hay situaciones de desabastecimiento”.
Según Surtidores, Shell “ajustó los valores del gasoil, 17 por ciento; Euro, 13 por ciento; nafta Súper, 19 por ciento y V-power nafta, 14 por ciento. De este modo, en Chaco, por ejemplo, la nafta de mayor calidad trepó hasta 553 pesos por litro”.
Con este nuevo aumento, los combustibles acumularon un alza del 35% desde noviembre, cuando venció el acuerdo de “Precios Justos” establecido entre el gobierno y las petroleras.
Al respecto, el secretario de Energía entrante, Eduardo Rodríguez Chirillo, señaló a Surtidores que “se debe apuntar a una fluctuación libre, sin el control indirecto que hoy ejerce el gobierno en el mercado a través de YPF. Una vez logrado el equilibrio de precio con la paridad de exportación, se instrumentará un fondo compensador para morigerar los aumentos y reducciones de precio internacional que impactaría en el precio doméstico, del tipo que existe en Perú”.
El desabastecimiento de octubre
A fines de octubre, se produjo una situación de fuerte desabastecimiento por la falta de dólares para importar. En ese momento, se acordó la importación de 10 barcos de combustible para normalizar el suministro.
Así lo acordaron la secretaria de Energía, Flavia Royón, con Pablo González (presidente de YPF), Martín Urdapilleta (gerente general de Trafigura), Marcos Bulgheroni (CEO de Pan American Energy) y Andrés Cavallari (CEO de Raízen Argentina).
Entre los ejes del encuentro, los directivos detallaron que se registró una mayor demanda en los últimos días, con incrementos de hasta el 15% respecto al 2022. Esto también obedeció a una mayor actividad, dado que hubo un fin de semana que marcó un récord en materia turística en todo el país.
Por otra parte, destacaron la mayor actividad del campo, pues el sector agropecuario está necesitado de combustible para la siembra, mientras que en octubre no fue ajeno el factor elecciones: durante el fin de semana (comicios generales) hubo consumos inusuales, alentado por una expectativa de una devaluación en algunas provincias.
En este sentido, Raizen informó acerca de un récord de procesamiento de combustibles , así como altos niveles de utilización de la capacidad de refino en el país, mientras que desde Axion señalaron la posibilidad de aumentar el volumen de refinación.
En todo el país, las estaciones de servicio estuvieron con problemas para llegar al final del día con combustible suficiente como para satisfacer a la demanda. El problema se genera en el ritmo cansino al que avanzan los precios en el surtidor, lo que genera grandes diferencias significativas de precios entre las distintas marcas y vuelca el peso de la demanda a las más baratas. Y en las dificultades para importar. Además, la propia dinámica hace que los conductores se apuren a llenar el tanque para adelantarse a posibles nuevos aumentos o por miedo a quedarse sin combustible, lo que tensiona aún más al sistema.