En una clara señal de que la prioridad casi excluyente en el inicio de su mandato es ordenar el frente financiero y cambiario ni bien asuma, el presidente electo Javier Milei mantuvo ayer por la tarde una reunión con el equipo económico en pleno que se abocará -ya formalmente en funciones desde el lunes- a esa tarea. Del encuentro con los protagonistas clave, es decir, el ministro de Economía, Luis Caputo, y el confirmado nuevo presidente del Banco Central, Santiago Bausili, participó también Federico Sturzenegger, quien realizó el más extenso inventario de leyes, normas y regulación acumuladas a lo largo de los últimos cuatro años que se deberían eliminar y/o modificar en pos de destrabar la economía en distintos sectores.
Sin reservas y con el BCRA completamente endeudado, el más urgente, al menos desde la perspectiva de la administración entrante, es el mercado cambiario. La maraña de normas del Central durante los últimos años, complementadas por innumerables resoluciones de la Comisión Nacional de Valores, convierten en un jenga el plan de normalización no sólo del mercado libre y único de cambios sino también del dólar financiero. Donde se mueve una ficha incorrecta, tambalea todo.
De ahí que el acento está puesto en la coordinación híper aceitada que se presume habrá entre Economía y el Banco Central, a la que deberá sumarse también la Comisión Nacional de Valores. Sin embargo, todavía no se conoce el sucesor de Sebastián Negri, actual titular del ente de control del mercado de capitales, área que se volvió crítica pero en la que aún no se inició la transición.
Sí trascendió, en cambio, que Pablo Quirno, hombre de extrema confianza de Caputo, volverá a ser parte de su equipo. Entre los funcionarios bajo la órbita de Bausili, se menciona el ex JP Morgan, Vladimir Werning, quien participó del gobierno de Mauricio Macri desde la Jefatura de Gabinete, con fuerte incidencia en la política monetaria mientras estuvo en su cargo. En cualquier caso, toda la expectativa se centra en el manejo de la mesa de dinero de la autoridad monetaria.
Si bien el mercado existe fuerte expectativa de que habrá un cambio a partir del lunes mismo, no hay aún indicio concluyentes respecto de cuál será el primer paso en la apertura de los mercados. En principio, el plan apunta a un virtual desdoblamiento -un único dólar para importaciones y exportaciones y otro para el resto de las operaciones- en el cual la brecha se iría reduciendo en la medida que el ajuste fiscal y la resolución a los pasivos remunerados del Central generen confianza entre los inversores.
En cuanto a qué precio se produciría la corrección, fue el propio Guillermo Francos, futuro ministro de Interior, quien brindó todas las señales. “Un dólar a $650 parece razonable”, dijo. Repitió el mismo número que unos días antes, el economista Federico Furiase y Martin Vauthier, ambos integrantes del equipo de Caputo, habían mencionado en una reunión con banqueros. Hay quienes califican esas “filtraciones” como un seteo de expectativas.
Lo cierto es que el debut se producirá con un plantel “a medias” en el Banco Central. Si bien están resueltos los dos principales nombramientos, es probable que muchas de las normas que deba emitir la entidad terminen llevando la firma de los actuales directores. Todos ellos, tras la reunión de directorio de hoy, dejarán firmada a disposición su renuncia las que se asume serán aceptadas en la medida que se resuelvan nuevos nombramientos.
En cuanto al equipo del Palacio de Hacienda, los casilleros comenzaron a ocuparse: Pablo Lavigne será el Secretario Comercio e Industria, con las subsecretarías de Comercio y de Industria a cargo de Esteban Marzorati y Fernando Grasso respectivamente. Para la subsecretaría de Comercio Interior, en tanto, se designó a Fernando Blanco Muiño. Sigue, sin embargo, sin conocerse quién quedará a cargo de la estratégica Secretaría de Hacienda, cargo que ocupa hoy Raúl Rigo, sobre quien se especula con su continuidad. El funcionario rechazó esa versión con contundencia. En cambio, sí permanecerá en su cargo se anunció oficialmente el titular del INDEC, Marco Lavagna, quien llegó al organismo impulsado por el todavía ministro de Economía, Sergio Massa.
Más puestos vacantes existen en el Ministerio de Infraestructura, que conducirá Guillermo Ferraro, al punto que crece la posibilidad que la algunos funcionarios se confirmen después de la asunción presidencial. Recién está tomando forma el organigrama, por lo que faltan apellidos. Está definido el nombre para la estratégica Secretaría de Energía, otra área clave de coordinación con Economía en plan de avanzar en la reducción del déficit fiscal. Se trata de Eduardo Rodríguez Chirillo, quien presumiblemente conviva con la actual titular, Flavia Royón, quien quedaría al frente de la Secretaría de Minería. En cambio, hay pocas certezas sobre quiénes serán los titulares de las otras secretarías que dependerán de Ferraro, como la de Obras Públicas, hoy ministerio a cargo de Gabriel Katopodis, la de Vivienda (hoy Ministerio de Desarrollo Territorial y Hábitat, nombre que tal vez perdure aunque con un rango menor) y la de Transporte, ésta última también sensible en función de la corrección tarifaria y el ajuste fiscal. Tampoco el Enacom, que quedará bajo la órbita de Infraestructura, tiene confirmado por el momento un nuevo titular.