El FMI y una pregunta que se hace el mercado: ¿puede el gobierno de Milei pedir fondos frescos del crédito de 2018?

Quedaron unos USD 13.000 millones sin solicitar del préstamo Stand By gestionado por Mauricio Macri. Al asumir, Alberto Fernández los rechazó. La nueva conducción económica buscará financiamiento externo para reforzar reservas mientras afina un mecanismo para desarmar el stock de Leliq

El FMI espera una señal de Milei sobre su plan económico. REUTERS

El presidente electo Javier Milei tomó contacto pocos días después de su victoria electoral en el balotaje para lanzar su relación con el Fondo Monetario Internacional, organismo con el que la Argentina tiene un programa vigente y al que el país deberá devolver los USD 45.000 millones tomados como préstamo en 2018 y refinanciados en 2022. Pero una pregunta que sobrevoló en el mercado es si el nuevo gobierno podría echar mano a financiamiento fresco de manera rápida por parte de Washington.

La clave está en un saldo no desembolsado que quedó del crédito Stand By que el FMI otorgó a la Argentina en junio de 2018. Ese acuerdo dio derecho a la Argentina a tener giros de divisas al Banco Central por un monto aproximado de USD 57.100 millones, a valores de los Derechos Especiales de Giro (DEG) de ese momento. La administración de Cambiemos llegó a solicitar la mayor parte de ese préstamo, que el Fondo desembolsó hasta después de las PASO de 2019.

Pero ese proceso se cortó con el resultado adverso que tuvo el oficialismo de ese entonces y quedó “pendiente” de envío un monto que -actualizado según la conversión entre dólares y DEG- sería actualmente de unos USD 13.000 millones. El presidente Alberto Fernández podría haber dispuesto negociaciones con el organismo para contar con ese financiamiento por parte del FMI pero decidió no tomarlo e iniciar, en 2020, una larga renegociación del Stand By, con su ministro Martín Guzmán a la cabeza.

El acuerdo Stand By de 2018 dio derecho a la Argentina a tener giros de divisas al Banco Central por un monto aproximado de USD 57.100 millones

Esos USD 13.000 millones, entonces, quedaron sin desembolsar. En 2021 aceleró la negociación después de las elecciones legislativas que perdió el Frente de Todos y a inicios de 2022 se acercaron posiciones con el FMI. Pero ese entendimiento incluyó la puesta en marcha de un acuerdo nuevo, con características distintas (el Extended Fund Facility), y que de esa forma, una vez firmado, dejó abstracto y quitó vigencia al Stand By de 2018.

Javier Milei y Kristalina Georgieva tomaron contacto de manera virtual este viernes

El fundamento del nuevo préstamo EFF fue otorgar a la Argentina nuevos desembolsos pero no de manera “neta”, sino como manera de cubrir la devolución de capital e intereses de aquel SBA. Recién después de que ese primer crédito fuese repagado, entre 2026 y 2032 comenzaría la cancelación propiamente dicha de la deuda con el Fondo Monetario. Quedó sobrevolando la pregunta sobre qué sucedió con aquel margen de fondeo adicional de USD 13.000 millones, y ante la victoria de Milei y el cambio de gobierno inminente fue retomada con fuerza.

La necesidad de dólares que tiene el Banco Central y que busca subsanar el nuevo gobierno -el presidente electo se encuentra en los Estados Unidos en un primer contacto con inversores junto a quien es señalado como el jefe de su equipo económico, Luis Caputo- podría incluir una inyección de divisas y una de las fuentes que se mencionó fue acudir rápidamente al FMI para solicitar ese saldo remanente. La reunión virtual entre Milei y la directora gerente Kristalina Georgieva alimentó las versiones.

De todas formas, hay un impedimento que, de movida, le pone freno a una idea de esa naturaleza. Según ex funcionarios del organismo consultados por Infobae, la puesta en marcha del último acuerdo, en su versión Extended Fund Facility en 2022, dejó al Stand By desactivado, por lo que para conseguir fondos frescos el próximo gobierno debería embarcarse en negociaciones para un programa nuevo, desde cero. “El saldo no está disponible, ese programa (el SBA) ya se canceló, el único vigente es el EFF”, señaló una fuente con amplio conocimiento de la dinámica del Fondo Monetario.

La necesidad de dólares que tiene el Banco Central y que busca subsanar el nuevo gobierno podría incluir una inyección de divisas y una de las fuentes que se mencionó fue acudir rápidamente al FMI para solicitar ese saldo remanente

Por su parte, el ex director argentino ante el organismo y con amplia experiencia en la materia, Héctor Torres, coincidió con esa conclusión y recordó que “luego de las PASO del 2019, el FMI quiso reunirse con el equipo económico que nombrara entonces electo presidente Alberto Fernández para conversar sobre la posible continuidad del financiamiento. Esto me consta porque yo mismo lo hablé con el propio David Lipton. Pero en una de sus primeras declaraciones Fernández anunció que no quería más financiamiento del FMI porque ‘de la deuda no se sale con más deuda’. Creo que fue un grave error”, dijo ante una consulta de Infobae.

“En primer lugar porque, a menos que se cuente con medios para pagar lo adeudado, de una deuda siempre se sale con más deuda, incluso un default es una forma de lograr un ‘financiamiento involuntario’ (que termina pagándose muy caro). En segundo lugar, porque mientras negociábamos con los acreedores privados usamos reservas para mostrar ‘buena fe’. Otro error. Nos sentamos a negociar cargados de buena fe pero sin reservas”, continuó Torres.

Y concluyó que “en una mesa de negociaciones la debilidad se paga cara. Lamentablemente los USD 13.000 millones que no usó Macri y que no usó Fernández, no están disponibles para Milei. Creo que próximo gobierno podría contar con nuevo financiamiento del FMI, pero en el marco de un nuevo programa”.

El SBA de 2018 dejó sin usar unos USD 13.000 millones

Probablemente, antes de que pueda resolverse una negociación de esa naturaleza, habrá algunas fechas y números decisivos para la relación con el FMI en un futuro próximo. Queda pendiente de inicio, por ejemplo, la séptima revisión técnica de metas entre el Poder Ejecutivo y el staff, que debería evaluar el cumplimiento de objetivos del tercer trimestre del año.

“En una mesa de negociaciones la debilidad se paga cara. Lamentablemente los USD 13.000 millones que no usó Macri y que no usó Fernández, no están disponibles para Milei” (Torres)

El Gobierno se mantuvo lejos a lo largo de todo el año de las metas de acumulación de reservas y se encamina a la misma situación para la meta fiscal de fin de año, que debería ser de un máximo de rojo primario de 1,9% del PBI. Pero el impacto de la sequía más decisiones de política económica del ministro Sergio Massa alejaron al Ejecutivo de su posibilidad de cumplimiento.

Por esa razón, el último desembolso del año, estimado en USD 2.500 millones, está en duda. El FMI, que si bien dejó pasar infracciones a las métricas acordadas en el programa y aceptó una recalibración casi completa del programa ante el efecto macroeconómico de la sequía, podría denegar el giro de divisas que corresponde a diciembre en medio del recambio de Gobierno y a la espera de la presentación del plan económico de Milei.

Con todo, más allá de esos tiempos hay un reloj que corre y que indica que la próxima administración tendrá que afrontar obligaciones de pago apenas comenzado el mandato. El calendario de vencimientos con el Fondo Monetario exigirán a las alicaídas reservas brutas del BCRA unos USD 910 millones en diciembre y otros USD 1.935 millones en enero.