La Oficina del Presidente Electo, canal de información oficial sobre el nuevo Gobierno de Javier Milei, confirmó que Eduardo Rodríguez Chirillo será el futuro Secretario de Energía durante la gestión de La Libertad Avanza. El próximo ministro de Infraestructura, Guillermo Ferraro, que tendrá en su órbita el área energética desde el 10 de diciembre, lo había anticipado la semana pasada tras el balotaje.
“La Oficina del Presidente Electo de la República Argentina informa que Eduardo Rodríguez Chirillo estará al frente de la cartera de Energía en el Gobierno entrante”, publicó en la red social X (ex Twitter) la oficina que publica datos sobre Milei. En el comunicado además hubo detalles sobre la gira que lleva en estos momentos por Estados Unidos el próximo mandatario.
Desde la campaña electoral, Rodríguez Chirillo se perfilaba como una figura central en la reestructuración del sector energético argentino en el gobierno del libertario. Su trayectoria y pensamiento revelan un enfoque centrado en la eficiencia y la reorganización del sistema de subsidios, manteniendo un equilibrio entre la necesidad de inversión privada y la protección del consumidor.
El abogado se desempeñó en roles significativos en el ámbito energético tanto en Argentina como en España, donde vivió los últimos 20 años. Su experiencia abarca desde la consultoría en la Secretaría de Energía de Argentina hasta posiciones de liderazgo en empresas energéticas internacionales. En el contexto argentino, Rodríguez Chirillo ha sido una figura prominente en el proceso de privatización de empresas estatales durante el gobierno de Carlos Menem.
Egresado de la Facultad de Derecho de la Universidad Católica Argentina y con un doctorado de la Universidad de Navarra, en Pamplona, España, fue consultor de la Secretaría de Energía entre 1995 y 1996, cuando estaba bajo la órbita de Domingo Cavallo, y asesor del entonces Ministerio Nacional de Infraestructura y Vivienda, en 2001, a cargo de Carlos Bastos.
Además, fue gerente de asuntos regulatorios de Azurix, la firma que tenía la concesión del servicio de agua en gran parte de la provincia de Buenos Aires, antes de partir para España, donde continuó su carrera como director jurídico para Latinoamérica de Iberdrola, un conglomerado energético.
Su libro “Privatización de la empresa pública y post privatización: análisis jurídico” es un testimonio de su enfoque y comprensión de los procesos de privatización, abordando desde los aspectos legales hasta las experiencias en la Comunidad Económica Europea.
Su visión para el sector energético, en línea con las propuestas de Milei, se centra en la reestructuración de los contratos de servicios públicos y en la recalibración del sistema de subsidios. El objetivo declarado es el de reducir la carga en las facturas de los consumidores, sin comprometer la viabilidad económica de las empresas proveedoras. Este enfoque, explican sus trabajos, busca equilibrar la necesidad de inversión y eficiencia en el sector con la protección de los consumidores, especialmente los más vulnerables.
Rodríguez Chirillo también ha trabajado en proyectos para el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), asesorando en cuestiones de aprovechamientos hidroeléctricos en Argentina. Su participación en estos proyectos, que incluyen la quita gradual de subsidios a empresas y la promoción de exportaciones de largo plazo, refleja su enfoque en la sostenibilidad y eficiencia del sector.
Sin embargo, su vinculación con el BID y su trabajo para Milei generaron interrogantes sobre posibles conflictos de interés durante la campaña, especialmente considerando la presencia del derrotado candidato oficialista Sergio Massa, en la asamblea de gobernadores del BID.
En el marco de las expectativas que genera la gestión presidencial de Milei, la energía se presenta como un tema central, considerada por el equipo de La Libertad Avanza como “el motor indispensable para el crecimiento económico”. La visión de Rodríguez Chirillo y su equipo se enfoca en la eliminación de los subsidios a la oferta, la recalibración de los contratos, y la promoción de la infraestructura de transporte de energía.
La propuesta de migrar hacia un esquema de subsidio a la demanda, en lugar de a la oferta, refleja un intento de reformular el sistema de subsidios con el objetivo declarado de que sea más justo y eficiente. La idea es que solo las familias argentinas que realmente lo necesiten reciban subsidios, mientras se promueve la inversión privada y se mejora la infraestructura energética del país.