A la espera de que se defina quién será el ministro de Economía del gobierno de Javier Milei a partir del 10 de diciembre, el equipo técnico encomendado a armar un plan industrial se reunió este miércoles con el secretario de Industria, José Ignacio de Mendiguren, con el fin de conocer precisiones de la gestión y cómo funcionan hoy cada una de las áreas dentro de esa secretaría.
Lidera este grupo el ex directivo de General Motors, Federico Ovejero, quien viene trabajando con el libertario desde mediados de septiembre, reuniéndose con referentes de distintos sectores para conocer las diversas realidades y necesidades. Pero todavía se desconoce si será él el nuevo responsable del área industrial. “Por el momento, no hay ninguna decisión tomada”, dijeron a Infobae fuentes del entorno de Milei. Lo acompañan el economista Jorge Colina, de Idesa, quien continuaría como asesor externo, y un grupo de técnicos especialistas en distintas áreas, como alimentos, textil, el sector farmacéutico, entre otros.
“El encuentro tuvo como objetivo repasar los programas vigentes, los equipos de trabajo y sus objetivos en materia de financiamiento a la producción industrial, apoyo a las pymes de todo el país, y promoción de las empresas vinculadas a la economía del conocimiento y formación de recursos humanos en el área”, detalló la Secretaría de Industria en un comunicado enviado anoche.
Lo cierto es que en las empresas industriales hay bastante temor, especialmente en aquellos sectores denominados sensibles, acostumbrados a la protección del Estado. ¿Qué hará el flamante Presidente electo cuando asuma? ¿Avanzará inmediatamente con la apertura de la economía y las ideas de libre mercado? ¿Eliminará la infinidad de programas de financiamiento que hoy rigen especialmente en apoyo a las pymes? ¿Cuál será el destino de los regímenes especiales, como el de Tierra del Fuego, por ejemplo?
El propio Milei dijo en reiteradas oportunidades que los cambios no serán bruscos y que lo primordial será el reordenamiento de la macroeconomía y avanzar con las reformas laboral y tributaria, que todos los empresarios están anhelando para poder tener previsibilidad a la hora de hacer negocios e invertir.
Hoy el principal problema que aqueja a los industriales es la falta de dólares, la imposibilidad de hacer pagos al exterior desde hace 45 días y la necesidad, en muchos casos, de paralizar líneas productivas y tener que adelantar vacaciones o suspender personal por falta de insumos. Resolver esta coyuntura es hoy fundamental para cualquier empresario del sector manufacturero, pero en la UIA también están observando con preocupación el plan de fondo que prepara Milei para los próximos cuatro años. Porque ya ocurrió varias veces, y una de ellas fue durante el mandato de Mauricio Macri, entre 2015 y 2019, quien también llegó al poder con ideas aperturistas y generó el desplome de infinidad de pymes.
El objetivo de quienes están armando el plan industrial, que igualmente aún no pasó por el filtro de Milei, es tratar de avanzar hacia un modelo liberal pero de una manera ordenada, es decir, “sin generar un industricidio”. En el último debate con Sergio Massa, y en respuesta a una acusación del ministro de Economía de “querer cerrar 23.000 pymes”, el libertario planteó que no pretende abrir la economía de un día para el otro, que primero las empresas tienen que ser competitivas. Para defenderse, utilizó como ejemplo el período entre 2015 y 2019 y enfatizó: “Abrieron la economía, pero no bajaron el gasto público. Entonces le achacaban todo el costo a los trabajadores, como hicieron en Chile. Acá quisieron hacer algo intermedio y terminaron en un industricidio”, le respondió Milei a Massa.
La Secretaría de Industria tiene hoy una gran cantidad de programas de subsidio de tasas y de regímenes especiales que serán puestos en discusión por la gestión que viene. En el equipo de Ovejero aseguran que todavía no hay una decisión tomada respecto de cada programa, que se sigue escuchando a los sectores y que el análisis de cada esquema vigente demandará tiempo. Los industriales tienen claro que la quita de los programas no será inmediata, pero también saben que el libertario llegará al Gobierno con un firme objetivo de eliminar el déficit fiscal e, incluso, el financiero. Por lo tanto, habrá un análisis detallado de los costos y beneficios de cada régimen.
¿Qué es entonces lo que está en juego?
Por un lado, Industria otorga subsidio de tasa en distintos programas de financiamiento a través del Fondo Nacional de Desarrollo Productivo (Fondep). Este fideicomiso se financia con aportes del Tesoro y con el revolving de las devoluciones. En la mayoría de los casos, subsidian tasa de créditos del Banco Nación, del BICE o del Bapro, pero también lo hacen en créditos de entidades privadas. “Hoy el Fondep cuenta con unos $150.000 millones pero se apalanca y permite prestar por $1 billón. También tenemos el Fogar, que es un fondo para garantizar préstamos a pymes, y luego están los Aportes No Reembolsables (ANRs), que están habilitados para varios programas y son fondos que el Estado le otorga a empresas y que no tienen que devolverlos”, dijeron fuentes oficiales.
En cuanto a los regímenes especiales, son muchos los que hoy están vigentes, pero los más importantes son los siguientes:
- Régimen de Desarrollo y Fortalecimiento de Autopartismo Argentino: en aquellas empresas adheridas, se prevé el otorgamiento de un bono electrónico de crédito fiscal sobre el valor de las autopartes incorporadas a los productos definidos en el Art. 4 de la Ley 27263 , y sobre el valor de compra de matrices y moldes nacionales destinados a la producción de autopartes componentes de los mismos bienes, entre otros beneficios. El mínimo de integración de piezas nacionales debe ser del 30%, y el porcentaje del bono sube cuanto mayor sea esa integración.
- Régimen Especial, Fiscal y Aduanero de la Provincia de Tierra del Fuego: el régimen establece un sistema de promoción económica dirigido a fomentar el desarrollo de la provincia de Tierra del Fuego. Implica la exención de impuestos nacionales y aranceles de importación para impulsar el desarrollo de las actividades económicas, industriales o extractivas que se realicen en la provincia. Se procura aumentar la competitividad de la industria, disminuir el costo del régimen y facilitar el acceso a la tecnología por parte de las empresas radicadas en la provincia.
- Régimen de Incentivo para Fabricantes de Bienes de Capital: otorga beneficios sobre las contribuciones patronales y un bono de crédito fiscal calculado en función de las ganancias, las exportaciones y la inversión en calidad, innovación, investigación y desarrollo. Para contribuciones patronales, hay una reducción del 90% para Mipymes y reducción del 70% para el resto de beneficiarias de las contribuciones patronales correspondientes a aquellos empleados que se encuentren afectados o afectadas a la fabricación de los bienes de capital.