Hace algunos días varios analistas financieros advirtieron un nuevo fenómeno de cara al balotaje. Mientras las encuestas marcan una leve tendencia para un lado, el mercado se mueve para el otro. En cualquier caso, lo que asoma en función de la demanda de “cobertura”, como denominan en la jerga a la búsqueda de los inversores de proteger sus fondos moneda dura a través de diferentes instrumentos, es que la tensión que se vive está lejos de los picos alcanzados en la previa de la primera vuelta electoral. Las cotizaciones financieras del dólar, que ayer se mantuvieron estables por debajo de los $880 parecen ser una muestra de ello.
En otras palabras, según esa mirada, los precios de los activos argentinos parecen descartar las posibilidades de un escenario disruptivo a partir de la próxima semana. Es decir, no hay expectativa de shock.
Sin embargo, empezaron ayer a escucharse algunas voces que advirtieron sobre lo anómalo de ese estado de situación. Si bien una primera lectura apunta a indicar que la relativa calma del mercado se asocia a la percepción de un mayor gradualismo hacia adelante, lo cual es mucho más probable en el caso de un triunfo del ministro de Economía, Sergio Massa, lo cierto es que aún en bajo ese escenario -dicen- podría haber lugar a partir de la semana próxima a reacomodamientos bruscos. En definitiva, gane el funcionario o su rival, el libertario Javier Milei, los problemas económicos a enfrentar son los mismos y tanto uno como el otro deberá actuar en consecuencia.
La del economista Gabriel Caamaño, de Outlier, fue una de esas voces que destacó que el mercado “parece estar descontando que nada cambia y menos muy rápido (shock)”, algo que puede convertirse en una apuesta equivocada. No sólo porque, eventualmente, el ganador puede ser Milei, caso en el que Caamaño pronostica “un fuerte rebalanceo de carteras y búsqueda de cobertura” sino también porque, en definitiva, también Massa podría llegar a deparar sorpresas. Y aun cuando no las hubiera, las tensiones económicas, despejada la incertidumbre electoral, tampoco tienen grandes razones para disminuir”.
Lo planteó claramente en su último informe la consultora de finanzas 1816, que explicitó los diferentes caminos que pueden ensayar tanto uno como otro. En el caso de Massa, al que al revés de las encuestas, los operadores e inversores le asignan muchas más chances de convertirse en el próximo Presidente. No descarta un giro ortodoxo del hoy ministro ya que debería sobreactuar para generar credibilidad. Cualquier decisión podría ser considerada, en principio, reversible. En ese contexto, el de un plan más ortodoxo, Massa podría aprovechar el “momentum” del inicio de gestión para cuasi liberar el mercado de cambios sin mayores dificultades en el plano político. ”El PJ puede enfrentar las consecuencias de una devaluación importante”, opinaron los analistas de la consultora, aunque sí con fuerte costo inflacionario. “Calculamos que la inflación necesaria para realinear precios relativos es de al menos 43%”, se apuntó en el reporte donde no se descarta que, tal vez, “el plan de Massa ni siquiera esté diseñado aún y no hay señales evidentes acerca de qué puede estar pensando”.
En la vereda opuesta, el mercado subestima las posibilidades de que gane Milei o lo que relativiza es su decisión de llevar adelante desde el inicio sus promesas. En cualquier caso, Caamaño destacó un punto clave: “Si Milei ganara, el martes vamos a ver la búsqueda de cobertura. Por supuesto que, a partir de ahí, va a depender de lo que empiece a decir y hacer pero, si gana, tiene incentivos para buscar que parte de los costos del ajuste los pague Massa antes del 10 de diciembre”.
También el economista Fernando Marull opinó que “el mercado descuenta Massa” aunque algunos operadores consideran que esa lectura también puede ser apresurada y que simplemente lo que descuentan es un escenario de moderación, gane quien gane. De todos modos, Marull advirtió sobre las fuertes pérdidas que pueden sufrir los inversores si ocurre lo inverso. “Te sacan en camilla”, alertó.