A pocas horas del fin del dólar exportador que ofrece al sector un tipo de cambio diferencial levemente por encima de $500 para liquidar sus ventas bajo el esquema conocido como 70/30 y por el que podrán ingresar hasta mañana casi una tercera parte de sus divisas a través del contado con liquidación (CCL), el Banco Central realizó la mayor compra de dólares del mes con un monto que superó en USD 10 millones el resultado positivo de ayer.
Con un saldo a favor de USD 131 millones, el BCRA acumuló en la semana previa al balotaje unos USD 416 millones. La cifra supera con amplitud las “micro compras” que venía realizando la autoridad monetaria en las semanas anteriores, a pesar de que desde el Gobierno se incentivó, a partir del 23 de octubre, el ingreso de divisas con el esquema diferencial de liquidación. A partir de esa fecha, el Banco Central encadenó 17 jornadas de resultado positivo que ascendió, según los cálculos del operador de cambios Gustavo Quintana, a USD 1.050 millones.
Pese a esa mejora, las reservas del Banco Central no reflejaron una mejora sustancial. De hecho, calculadas en términos netos, se deterioraron respecto del nivel no sólo anterior a las PASO sino también al de la primera vuelta electoral, ambas instancias tras las cuales el Gobierno aplicó medidas de corrección cambiaria en diferentes formatos.
En cualquier caso, la combinación del fin del dólar exportador y el regreso del crawling peg, tal como se denomina a las mini devaluaciones diarias, a partir de ayer tuvieron impacto positivo en el mercado. Con mayor volumen operado, tras tocar mínimos la semana pasada, el Banco Central no sólo pudo concretar compras algo más voluminosas sino que también pudo descomprimir mínimamente la demanda importadora. Los exportadores de cereales y oleaginosas ingresaron unos USD 116 millones en el mercado de cambios, lo que se calcula es una tercera parte del volumen total.
Esto se dio, en primer lugar, porque desde Economía confirmaron a principios de semana a los sectores exportadores que no habría prórrogas al esquema vigente para ingresar divisas ni tampoco anuncios inminentes de índole cambiaria a partir de la semana próxima. Aunque el mensaje fue recibido con escepticismo, la reacción fue la habitual: “apurar” todo lo que estaba disponible para vender y esperar el desarrollo de los acontecimientos a partir de la próxima semana. “Sin cambios, es difícil que haya un flujo razonable de ingreso de divisas”, advirtieron.
Pero el fin del dólar a $500 no es el único motivo que tonificó el mercado de cambios oficial. También la micro devaluación anunciada provocó que en los días previos al descongelamiento del dólar oficial se retuvieran liquidaciones para empezar a ingresar las divisas a partir de ayer, con un tipo de cambio algo mejorado.
“El volumen negociado aumentó notoriamente, lo que le da al Banco Central algo más de oxígeno para poder comprar algo sin desplazar tanto a la demanda importadora”, explicó el jefe de Research de Romano Group, Salvador Vitelli, quien asoció el fenómeno a la corrección cambiaria de 1% aplicada ayer. “El efecto del crawling peg, al estar anunciado, ralentizó la liquidación anterior. Lo que no ingresó entre lunes y martes, lo hizo ayer y hoy. Con eso, se gana una tasa mensualizada importante, aunque en términos de tipo de cambio sigue atrasado”. En definitiva, se concentran por estas horas liquidaciones atrasadas y anticipadas, un movimiento que también impactó en las variantes libre y financieras del dólar. Con mayor oferta, el CCL acusó una leve baja 0,5% con un precio de $872, en línea con el dólar MEP que cerró estable en $863. El dólar libre en tanto, tras volver ayer a los $1.000, volvió a acomodarse a la baja para cerrar en $950, en una plaza plagada de controles y con poca actividad.
Queda ahora una última jornada en la que es esperable una mayor tensión por la incertidumbre electoral pero sin un impacto brusco de última hora. La próxima semana, en tanto, se inicia una nueva etapa que no luce para nada clara en términos cambiarios.