“La moneda está en el aire”, decía con algo de resignación un empresario industrial. La cercanía de la segunda vuelta electoral, lo extenuante de los meses de campaña, de escucha de propuestas y reuniones permanentes con equipos técnicos de todos los candidatos encontraron a parte del círculo rojo con algún cansancio y a la espera de que termine el proceso electoral para tener alguna certeza sobre el próximo Gobierno, centralmente gabinete y primeras medidas.
Este hombre de negocios ligado al sector fabril fue uno de los casi 300 que acudieron al almuerzo que organizó el Consejo Interamericano de Comercio y Producción (Cicyp) para recibir al candidato de La Libertad Avanza, Javier Milei, en el último contacto que sostendrá el libertario ante una platea ejecutiva antes de la celebración del balotaje el próximo domingo.
La comidilla durante la velada en el hotel Alvear Palace transcurrió entre consideraciones sobre quién fue el ganador del debate y hasta intercambiaron información sobre apuestas en Estados Unidos que dan un favorito de cara al domingo. A diferencia de otros almuerzos de este tipo, que organiza periódicamente la entidad ahora presidida por Marcos Pereda (vicepresidente de la Sociedad Rural), el invitado dio un breve discurso, respondió las preguntas del auditorio y se retiró, antes de que lleguen los platos a las mesas.
Este jueves será el turno de Sergio Massa, que tendrá un recibimiento similar. Incluso circulaba la idea, como gesto de fair play, que al candidato de Unión por la Patria se le hagan las mismas preguntas que se le leyeron a Milei: crecimiento de la economía en el contexto de crisis, necesidad de mejorar la infraestructura y relaciones comerciales exteriores.
La cercanía de las elecciones le hace requerir al círculo rojo, en la medida de lo posible, una aproximación más concreta a un plan de gobierno. La presencia del libertario y de un grupo reducido de cercanos, entre ellos el ex candidato a jefe de Gobierno Ramiro Marra, el asesor y señalado como eventual ministro del Interior de un gobierno de La Libertad Avanza, Guillermo Francos, que se encontró en el Alvear Palace con varios ex compañeros de trabajo de Aeropuertos Argentina 2000.
“Técnicamente su discurso fue muy bueno”, le concedió un hombre de negocios que forma parte de Cicyp desde hace muchos años. “Ahora, si eso se puede hacer o no, no lo sé”, planteó de inmediato. No fue el único que comparte un diagnóstico con ese espíritu. Otro industrial, con planta de producción en el segundo cordón del conurbano bonaerense, tiene alguna tendencia pesimista sobre lo que podría sobrevenir ante un gobierno de Milei aunqune abre una puerta. “En el corto plazo podría ser más traumático, pero en el largo quizás pueda ser mejor”, aseguró.
Un conocido del círculo rojo que ya había “blanqueado” su apoyo a Milei es Cristiano Ratazzi, ex presidente de Fiat. “El domingo va a estar todo muy finito, va a haber que fiscalizar bien. Es absurdo que sea el único país del mundo en que hay que preocuparse por la fiscalización”, mencionó a Infobae. “A Milei lo vi bien en el debate”, opinó. Minutos después, un colega suyo fue mucho más drástico: “Milei perdió 10 a 1 el debate”.
El termómetro ejecutivo sobre lo que podría suceder en las urnas el domingo marca una situación muy pareja. Uno que se la jugó fue el presidente de la Bolsa de Comercio Adelmo Gabbi: “De entre los presidentes del Grupo de los 6, creo que la votación terminaría 4 a 2 para Massa o 3 a 3″, arriesgó. Gabbi le mostraba a quien quiera ver las últimas actualizaciones de las apuestas que distintas casas en Estados Unidos tienen para la segunda vuelta del domingo. “Apuestan miles de personas, son miles de millones de dólares”, comentaba con entusiasmo entre las mesas.
Los últimos números que tiene guardados en su galería de fotos en el teléfono mostraba que en la última semana, según Milei había dado vuelta la expectativa para el balotaje y se ubicaba como el favorito. Incluso fue y le mostró los números a Milei: “Se sorprendió”, dijo antes de sentarse a almorzar el tradicional lomo de ternera servido con puré, vegetales de estación y crema de hongos que forma parte de los almuerzos de Cicyp.
Un veterano hombre de negocios e integrante de la Cámara de Comercio (CAC) planteó, por su parte, que no recuerda “un clima de incertidumbre tan grande como este”, aunque evitó hacer comparaciones con el 2001 respecto al tamaño de la crisis económica. “El 2024 va a ser un año muy complejo, el que llegue va a tener que tomar muchas medidas y la pregunta es cómo va a afectar a las empresas”, continuó.
Algunos de los empresarios fueron al Alvear a buscar precisión sobre el equipo con el que Milei conformaría su gabinete en caso de ganar el domingo, cómo se imagina una transición la semana que viene si le tocara ser vencedor y cuáles serían sus primeros pasos como presidente desde el 10 de diciembre. No hubo demasiadas respuestas. Milei fue con referentes de su espacio pero ninguno económico.
Pero se llevaron del Alvear un discurso del libertario -junto con sus respuestas a las preguntas que planteó la platea ejecutiva- que incluyó más bien un extenso diagnóstico, con detalles técnicos, sobre la gravedad de la crisis y el problema que Milei identificó como más urgente: las Leliq. Es, según su visión, el principal tema a atacar durante su gobierno ya que sin solucionar primero ese frente, no tendría manera de liberar el cepo cambiario. Y con cepo, siguió, no habrá manera de que la economía retome el sendero de crecimiento.
El candidato de La Libertad Avanza volvió a defender su idea de terminar con la obra pública, probablemente el único momento de toda la tarde en que dejó verse irritado. “Es mentira que la obra pública genera empleo. Cuando hacen obra pública, ¿con qué se paga? ¿Cae de un árbol? Se paga con impuestos. No crea empleo, en el mejor de los casos, traslada de un lado a otro. Si esa obra la hace el Estado y no lo hace el privado, quiere decir que lo estaba haciendo por la fuerza”, golpeó, y habló de “corrupción”, en un auditorio con numerosos empresarios del sector constructor, con vínculos con la obra pública.
El Salón Versalles le dedicó aplausos durante pocos tramos de su alocución. Uno, más bien de cortesía, al finalizar su discurso de presentación. Pero sí tuvo especial apoyo cuando fue consultado sobre su visión de relaciones comerciales internacionales. “Yo voy a estar alineado con Estados Unidos, con Israel, con el mundo libre. No quiero saber nada con comunistas, con los que no respetan la paz, autócratas, ni respetan la democracia liberal”, dijo entre aplausos.
“Milei hizo una aclaración que me parece que tiene sustento: dijo que una cosa es la alineación política y otra son los negocios. Esto sobre su visión hacia los países que no respetan la democracia, pero no se opone a que se hagan negocios, que lo tiene que hacer el sector privado. Como fue un tema de discusión, aclaró muy bien que desde su concepción, los privados pueden hacer negocios con todos, pero que políticamente se alinea con la dirección que dijo durante su campaña”, le dijo a Infobae Adrián Werthein.
Y por otra parte, consideró que “Milei fue consistente con sus ideas, dice lo mismo que dijo durante la campaña. Pero los que estaban cerca de la campaña de Milei tienen un grado de optimismo que en otros tiempos no había percibido como hoy. Se sostuvo en la misma línea de pensamiento”.
Antes de que le toque su turno de hablar, el presidente del foro, Marcos Pereda, marcó la cancha de lo que espera el Cicyp –que incluye a las seis grandes cámaras empresarias– del próximo Gobierno. “La República es el conjunto de instituciones en las que todos estamos representados, y debemos preservarlas. La República no le pertenece a nadie. A ningún candidato ni a ningún funcionario, ni a nadie en particular. La República es de todos”, dijo Pereda, y planteó que “libertad es respetar la Constitución”.
Fotos: Maximiliano Luna