El atraso cambiario es el canto de sirena perfecto para la mayoría de los gobiernos en la Argentina, sobre todo en un período electoral.
Pese a la devaluación del 20% de fines de agosto, el tipo de cambio real está en su nivel más bajo desde fines del 2015, cuando Cristina Kirchner dejó el poder en manos de Mauricio Macri.
Con una inflación que en último año llegó al 146%, según los datos de la Ciudad de Buenos Aires, este fenómeno solo anticipa un nuevo salto de los precios luego del balotaje.
El ministro Sergio Massa afirmó que, si gana, él no dará ese paso y volvió a responsabilizar al Fondo Monetario Internacional (FMI) de la depreciación posterior a las elecciones primarias, cuya ganancia de competitividad ya quedó consumida por la suba de precios registrada desde entonces.
Además, ratificó que el salto desde el 21 de noviembre será más que discreto en el mercado cambiario oficial, del 3% mensual, por lo que se mantendrá una alta brecha, fuente de buena parte de las distorsiones actuales.
Su contrincante electoral, Javier Milei, no dio pistas concretas sobre qué haría con el dólar oficial en el corto plazo si triunfara el próximo 19, más allá de haber ratificado su plan dolarizador de mediano plazo bajo la dirección técnica de Emilio Ocampo.
El atraso cambiario
Según el último informe de ECO GO, “el sostenimiento del tipo de cambio tiene un costo importante al apreciar el tipo de cambio a valores que no se registraban desde fines de 2015, antes del primer reordenamiento de precios relativos de Macri”.
De este modo, según la consultora que fundó Marina Dal Poggetto, se retrocede 8 años y “sería necesario un salto el 21 de noviembre cercano al 50% para volver a estar en una situación similar a la posterior de las PASO”. Más allá de esta coyuntura, se estima que, ajustado por inflación, la divisa que cotiza en $350 debería saltar a unos $1.400 para no estar atrasada.
“Está claro que esta situación repercute negativamente en el mercado cambiario, posponiendo ventas al exterior y acelerando compras”, advirtió el equipo que dirige Sebastián Menescaldi.
El sostenimiento del tipo de cambio tiene un costo importante al apreciar el tipo de cambio a valores que no se registraban desde fines de 2015, antes del primer reordenamiento de precios relativos de Macri (ECO GO)
Hacia el futuro, indicó ECO GO, “la magnitud, o el mecanismo para recuperar la competitividad perdida por el tipo de cambio oficial (salto discreto/crawling) puede variar en función del resultado de las urnas y si se puede realizar incluso antes del traspaso de mando.
Sin embargo, “algo está claro, el mix 30% CCL y 70% tipo de cambio oficial marca una clara cota inferior al reacomodamiento de base requerido, sin incluso contemplar el efecto de la inflación de doble dígito que erosionó rápidamente la magra recuperación del tipo de cambio real post PASO”.
“El desarme de los distintos controles de precios concomitante a una corrección del tipo de cambio operaría como un puente frente a una necesaria negociación con el FMI que permita destrabar el desembolso previstos originalmente y reagendado para noviembre (2.500 millones de DEGs, aproximadamente USD3.360 millones), aún no está definido que vaya adelantarse”, sostuvo.
“Esto enviaría una clara señal al organismo de la voluntad de hacer los ajustes necesarios y, conseguir un comunicado por parte de miembros del Staff que permita anclar expectativas en el marco de la negociación de un nuevo programa”, advirtió ECO GO.
En esta sintonía Abeceb indicó en un informe que el próximo presidente deberá “empezar por recomponer la liquidez externa”.
“Es el problema más urgente debido al abultado monto de reservas netas negativas y los vencimientos. Los dólares escasean incluso para gestionar el día a día de la economía, como lo evidenció el racionamiento de combustibles. No hay mucho para inventar”, señaló la consultora de Dante Sica.
Los dólares escasean incluso para gestionar el día a día de la economía, como lo evidenció el racionamiento de combustibles. No hay mucho para inventar (Abeceb)
“La solución será una mezcla de corrección del tipo de cambio para incentivar liquidación de exportaciones y desincentivar importaciones y gasto en turismo y eventual financiamiento puente del FMI en el marco de un nuevo programa, pero con prior actions estrictas porque van a buscar evitar que el nuevo presidente –particularmente si es Massa– actúe con el libreto que usó el ministro Massa en campaña”, aclaró.
También, se podría “recurrir a fuentes heterodoxas de financiamiento, empezando por presiones a las firmas para estirar los vencimientos de la deuda comercial y siguiendo por fuentes alternativas, de China a Qatar. Se podría intentar un nuevo blanqueo, pero eso no es inmediato”, explicó Abeceb.
Sin reservas, con fuertes vencimientos de deuda los próximos meses, una situación tensa con el FMI, inflación reprimida, atraso cambiario y malos indicadores socioeconómicos, parece difícil que el próximo presidente pueda gozar siquiera de la habitual “luna de miel” que beneficia a quienes se sientan en el sillón de Rivadavia cada 4 años.