El Fondo Monetario Internacional (FMI) afirmó hoy que la reciente devaluación del peso mejoró la competitividad de la Argentina, pero puede agravar la vulnerabilidad del país para pagar su deuda.
En un informe sobre la situación de las economías del G20, que integra la Argentina con otros países, se indicó que “aunque el dólar estadounidense se ha depreciado desde el último informe, los movimientos de divisas se han diferenciado más. Algunas (por ejemplo Argentina y Turquía) se han depreciado, lo que ha favorecido la competitividad, pero puede agravar las vulnerabilidades de la deuda externa”.
En el informe, denominado “G20: Crecimiento fuerte, sostenible, equilibrado e integrador”, se indicó que la devaluación de fines de agosto en el mercado oficial “formaba parte del paquete de políticas del programa de las autoridades respaldado por el FMI para ayudar a apoyar la acumulación de reservas y salvaguardar la estabilidad”.
En el comunicado posterior a la aprobación del último desembolso, el FMI indicó que “el reciente reajuste del tipo de cambio, unido al endurecimiento de la política monetaria, debería seguir contribuyendo a apoyar la acumulación de reservas, limitando al mismo tiempo la transmisión del tipo de cambio a la inflación”.
“En el futuro, la tasa de devaluación se calibrará cuidadosamente para contribuir a alcanzar los objetivos de acumulación de reservas y desinflación, mientras que las tasas de interés reales se mantendrán suficientemente positivos para seguir apoyando la demanda de activos en pesos”, afirmó entonces.
“Las intervenciones en el mercado de divisas de valores y futuros también serán limitadas y temporales, y se centrarán en abordar las condiciones desordenadas. Mientras tanto, las prácticas de tipos de cambio múltiples, las restricciones cambiarias y las medidas de gestión de los flujos de capital se irán retirando gradualmente en cuanto las condiciones lo permitan, ya que no sustituyen a una política macroeconómica sólida”, aclaró.
Trabas a las exportaciones
El informe de hoy indicó que “para apoyar a sus poblaciones vulnerables, la mayoría de los gobiernos, entre ellos casi la mitad del G-20, también han ampliado las medidas extraordinarias de apoyo, con efectos potencialmente adversos para la sostenibilidad fiscal y la transición ecológica”.
Además, “algunos países del G-20 exportadores de productos básicos han establecido restricciones a la exportación de alimentos y fertilizantes, lo que se suma a las distorsiones comerciales derivadas de la creciente fragmentación geoeconómica”.
“Las restricciones a la exportación siguen vigentes para alrededor del 7 por ciento de las calorías anuales comercializadas a partir de junio de 2023, incluso en varias economías del G-20 (por ejemplo, Argentina, Rusia, Turquía, China, India)”, precisó.
El informe ratificó que, según el FMI, la Argentina sufrirá una recesión del -2,5% este año, rebotará un 2,8% y que en 2028 registrará un crecimiento similar, del 2,8%.
Según el informe preparado por el staff, “el impulso del crecimiento mundial se desacelera en medio de divergencias de crecimiento cada vez mayores entre las regiones. A pesar de una sorpresa al alza con respecto a las proyecciones del WEO de abril en el primer semestre de 2023, el crecimiento mundial sigue siendo modesto debido a una combinación de factores cíclicos -incluidos el endurecimiento de la política macroeconómica, el retiro del apoyo fiscal y el elevado endeudamiento- y no cíclicos, como la guerra en Ucrania y la creciente fragmentación geoeconómica”.
Al mismo tiempo, “la inflación global ha disminuido debido al endurecimiento de la política monetaria y al descenso de los precios de las materias primas. Sin embargo, la inflación subyacente está resultando más persistente, manteniéndose por encima del objetivo en la mayoría de las economías, y no se espera que la inflación general vuelva al objetivo al menos hasta 2025 en la mayoría de los casos”.
“Esta persistencia plantea la perspectiva de tasas más altas durante más tiempo. La crisis del costo de la vida ha remitido gracias a la moderación de los precios de los alimentos y la energía, pero sigue siendo acuciante en las economías más pobres. El aumento de los costos del servicio de la deuda y la fortaleza del dólar agravan la vulnerabilidad de la deuda en algunas economías de mercado emergentes”, aclaró, con una referencia explícita a la Argentina, que el último año registró una inflación en torno del 150%, la tercera más alta del mundo.