Desde las PASO el equipo económico dispuso diversas medidas tendientes a revitalizar el consumo y la liquidación de exportaciones, mientras que encareció las importaciones no sólo con un mix de tipo de cambio más alto, sino con la postergación de pagos pautados a 180 días, porque forzó a muchas empresas a obtener las divisas por canales alternativos a un precio notablemente mayor para no cortar relaciones con sus proveedores del resto del mundo.
A juzgar por los datos desagregados de la recaudación tributaria de septiembre y octubre, el resultado neto ha sido negativo: las devoluciones por “Compre sin IVA” apenas aumentaron 90% nominal -casi 40 puntos porcentuales menos que la inflación de los últimos 12 meses-; el ingreso de divisas por los exportadores se mantuvo bajo, más allá del efecto de la menor oferta de productos del agro por la sequía, porque se habían anticipado desde el inicio del Programa de Incentivo con tipo de cambio mixto oficial y CCL; y la suba del mínimo no imponible de Ganancias para la Cuarta Categoría favoreció a menos del 10% de los trabajadores asalariados registrados, pero afectó al conjunto de las provincias y CABA que vieron disminuir la masa coparticipable mes a mes.
Pese a ese cuadro, que derivó en la segunda disminución consecutiva de los recursos tributarios el equipo económico avanzó con medidas de impulso al consumo de los trabajadores registrados, a través de créditos de ANSeS por hasta un millón, a una tasa de 50% nominal anual -casi la tercera parte del interés de referencia de política monetaria para remunerar los depósitos a plazo fijo y la absorción del excedente de pesos con las Leliq (133% anual).
Con ese cuadro, Infobae entrevistó a María Castiglioni, directora de C&T Asesores Económicos, para que de su mirada sobre la coyuntura y sus expectativas sobre los esperables planes de estabilización que por diferentes caminos plantearon los dos candidatos a presidir el país desde el próximo 10 de diciembre.
— La escasez de dólares se profundiza y afecta a la actividad económica, principalmente de las pyme ¿Cabe esperar algún alivio con la extensión del bautizado Programa de Incentivo Exportador a todos los sectores con 30% de Liquidación por el dólar libre y 70% por el oficial?
— Sin duda pasar de un tipo de cambio oficial de $350 por dólar congelado desde el 15 de agosto a otro de alrededor de 50% más elevado como resultado de la generalización del esquema 70% / 30% es un elemento positivo para el exportador. Cabe destacar que el tipo de cambio real con el dólar oficial a comienzos de noviembre se ubica en un nivel bajísimo, apenas 4% por encima del nivel de diciembre 2001 o del nivel de fines de 2015 (en términos reales y ponderado por el peso de los países con los que Argentina comercia). Así, con la nueva medida, transitoria, se ubica en un nivel aceptable.
“El mercado espera que con el cambio de gobierno el tipo de cambio oficial se corrija fuertemente para intentar reducir estas brechas”
Sin embargo, la brecha entre este “tipo de cambio exportador” y los tipos de cambio financieros es muy elevada, de más del 70%, a lo que se suma el hecho de que el mercado espera que con el cambio de gobierno el tipo de cambio oficial se corrija fuertemente para intentar reducir estas brechas, con lo cual el impacto positivo de esta medida es acotado.
Las últimas medidas apenas ayudaron a frenar el drenaje de reservas por la vía del comercio exterior, pero no impiden que las importaciones sigan muy trabadas, y en ese marco se dio la crisis por falta de combustible, por ejemplo, y hay cada vez más sectores que están con serias complicaciones para acceder a las divisas para pagar importaciones, lo que hace muy difícil la producción y encarece los costos.
— El Banco Central comenzó a comprar divisas, pero las reservas al final del día suben notablemente menos ¿Por qué ocurre eso y qué cabe esperar para noviembre?
— En primer lugar, porque con el anuncio de la utilización de un nuevo tramo del swap con China, que implica endeudamiento en condiciones financieras no públicas, el Gobierno está interviniendo para sostener los tipos de cambio financieros y evitar así que la brecha cambiaria se amplíe todavía más.
En segundo lugar, porque luego del desembolso de dos tramos del acuerdo con el FMI, que está registrado en las reservas brutas del BCRA, en estos meses el Gobierno debe ir realizando los pagos de intereses y de los vencimientos de capital, como ocurrió el pasado 31 de octubre, por ejemplo y que llevó a las reservas internacionales brutas a apenas USD 21.800 millones.
En C&T estimamos que al menos hasta el balotaje esta será la situación en lo que hace a las reservas internacionales, que probablemente se mantengan en el mejor de los casos, a nivel de las reservas brutas, pero que, al analizar su composición, esto sea a costa de un rojo creciente en las reservas netas.
— A partir de fin de noviembre, principios de diciembre, comenzará la liquidación de exportaciones de la cosecha fina (trigo, principalmente) ¿Qué cabe esperar?
— Lamentablemente, los números de la cosecha de trigo están resultando inferiores a lo proyectado, por problemas climáticos que afectaron el rinde. Así, no cabe esperar una suba marcada de la liquidación de exportaciones, lo que complica el escenario, ya que estacionalmente las importaciones registran alzas a fin de año, a lo que debe sumarse la demanda de divisas por turismo habitual en los meses de verano.
Sin cambios en el esquema cambiario ni en la paridad oficial, la situación se torna sumamente delicada
Así, sin cambios en el esquema cambiario ni en la paridad oficial, la situación se torna sumamente delicada, lo que refuerza las expectativas de que el próximo gobierno, gane quien gane, deberá hacer correcciones. La gran pregunta es si se harán en el contexto de un plan integral, con medidas de fondo para corregir buena parte de las causas de los desequilibrios macroeconómicos de Argentina, o si se adoptarán en forma aislada, como ha ocurrido en los últimos años.
— La Argentina ha tenido en su historia varios períodos de atraso en el pago de importaciones, pero nunca tanto cómo ahora ¿Cómo imagina la regularización de ese proceso, y cuánto limitará la posibilidad de volver a crecer?
— Efectivamente, desde mediados de 2022, cuando el Gobierno forzó a una reestructuración de las deudas comerciales por importaciones, se acumuló una deuda adicional a la habitual de más de USD 15.000 millones, deuda que sigue en alza dadas las crecientes trabas para autorizar los pagos. En un contexto de riesgo país de 2.500 puntos básicos, es decir, de un país fuera de los mercados financieros globales, esta situación de deuda creciente por importaciones condiciona fuertemente al sector privado.
Para recuperar el flujo habitual de importaciones, será clave que se implementen cambios en las regulaciones cambiarias, es decir, avanzar en desarmar el cepo. Probablemente, los nuevos flujos serán los primeros en liberarse, pero dado el aumento notable de la deuda por importaciones, será clave resolver este punto. En el corto plazo, sin duda, será un factor limitante para el crecimiento de la economía.
— ¿La dinámica expansiva que está teniendo la emisión de Leliq y Pases se explica exclusivamente por el cargo de intereses a una tasa efectiva anual de 234% anual, o hay otros factores que la impulsan?
— En los últimos 3 meses la carga de intereses de Leliq y pases superó los $5,1 billones, y explica buena parte del incremento del stock de estos instrumentos, pero también se produjo, neto de este factor, una expansión de $1,4 billones, que se explica por el esfuerzo de contracción de parte de la emisión monetaria derivada del financiamiento al Tesoro, que en septiembre y octubre incrementó fuertemente el déficit como consecuencia del “plan platita”.
— ¿Cómo cerró la estimación de inflación de C&T para octubre, y qué expectativas tiene para noviembre?
— En octubre la inflación según nuestro relevamiento de C&T para el GBA fue de un promedio de 9,6%, lo que implica un alza de 148,8% en los últimos doce meses. Si bien fue inferior a la suba de los dos meses previos, esta tasa de inflación es elevadísima, y conlleva una notable inflación reprimida, ya que muchos precios se congelaron y otros estuvieron intervenidos o con alzas acotadas.
Entre los primeros se destacan los combustibles, cuyo congelamiento terminó en una crisis de abastecimiento y culminó en una suba de 10% a comienzos de noviembre, pero también el transporte metropolitano de trenes y colectivos, cuyas tarifas venían ajustando por la inflación del mes previo y se congelaron. Por su parte, los ajustes de servicios regulados también se acotaron, mientras que el gobierno reforzó los programas de precios en alimentos y otros rubros.
La tasa de inflación es elevadísima, y conlleva una notable inflación reprimida, ya que muchos precios se congelaron y otros estuvieron intervenidos o con alzas acotadas
Para noviembre estimamos una inflación con presión al alza, en línea con lo que ya comenzó a percibirse en las últimas semanas de octubre, donde los precios de alimentos tuvieron alzas notables, a lo que se suman incrementos en educación, servicios y el impacto de la suba de combustibles.
— En general los planes de estabilización en la Argentina, desde una inflación de tres dígitos al año, se ha logrado en la tasa anual en un plazo de 18 a 24 meses ¿Ese plazo responde exclusivamente a según se apliquen políticas graduales o de shock?
— No necesariamente. Superar inflaciones de tres dígitos, y además en un contexto de contratos y precios que ajustan en base a la inflación pasada, sumado a fuertes problemas de precios relativos, es un proceso que requiere tiempo. El timing depende fuertemente de si el plan de estabilización es acompañado de reformas estructurales que ayuden en el proceso, y el grado de confianza que generen el anuncio y la implementación del plan.
— ¿Qué escenario internacional le espera a la Argentina en 2024 para sus exportaciones e importaciones?
— Para 2024 el panorama en el comercio exterior será más positivo que el de este año, en el cual todos los factores fueron negativos: una fuerte caída de la cosecha agrícola, caída de precios internacionales de exportación, así como un fuerte atraso del tipo de cambio real que se tradujeron en menores volúmenes y divisas por exportaciones, en tanto que el abaratamiento relativo de las importaciones no permitió un alza de las mismas, dadas las crecientes trabas para importar, sumado a un contexto de caída de precios de importación.
Del lado de las exportaciones, la recuperación de la cosecha, especialmente de maíz y soja, en un contexto de precios internacionales que no se espera que varíen demasiado, será un factor expansivo. Las importaciones probablemente se mantengan acotadas, en la medida en la que se vaya normalizando la situación de las regulaciones y de la deuda acumulada.
“La recuperación de la cosecha, especialmente de maíz y soja, en un contexto de precios internacionales que no se espera que varíen demasiado, será un factor expansivo”
Este contexto estará marcado también por la evolución del tipo de cambio real, es decir, del impacto neto entre la evolución del tipo de cambio oficial (o de comercio exterior) y la inflación doméstica. Estimamos que en cualquier escenario debería realizarse un ajuste, aunque el mismo estará condicionado por las medidas que se adopten.
— ¿Una reflexión final, mientras los argentinos esperan definir en dos semanas quién será el próximo presidente de la Nación?
— La economía argentina se encuentra en un momento de fuerte crisis, producto de que en los últimos cuatro años se han profundizado los desequilibrios macroeconómicos. El sector público ha retomado niveles de gasto público que a nivel consolidado volvieron a 40% del PBI, muy por encima del promedio histórico de 23% (1961-2003), lo que implica una elevadísima carga tributaria para el sector privado formal.
Por su parte, en estos años el déficit fiscal del gobierno nacional fue elevadísimo, lo que se tradujo en un alza de la deuda de más de USD 93.400 millones, desde principios de diciembre de 2019 a fines de septiembre de 2023, según datos oficiales. Sin embargo, como esto no fue suficiente, la emisión monetaria fue la principal fuente de financiamiento, explicando así la notable aceleración de la inflación, pese a los crecientes controles y regulaciones.
El cepo cambiario se fue complejizando, dando como resultado múltiples tipos de cambio y brechas crecientes de entre 140% y 160%, y un BCRA con reservas netas negativas cercanas a USD 10.000 millones.
Este escenario además redundó en una caída del PBI, que no crece desde 2011, y que en términos per cápita habrá caído 11% entre ese año y el 2023. El desempleo se ha reducido, pero el empleo que se generó recientemente es informal, o semi informal, con ingresos más bajos y aumentos muy inferiores a la inflación, lo que explican la caída de la productividad (18% entre 2011 y 2023) y un aumento de la pobreza, que probablemente esté rondando el 50% a fines de 2023.
“La Argentina está frente al desafío de cambiar el rumbo. El escenario geopolítico global es favorable para el país, pese a los conflictos bélicos y las previsiones de menor crecimiento”
La Argentina está frente al desafío de cambiar el rumbo. El escenario geopolítico global es favorable para el país, pese a los conflictos bélicos y las previsiones de menor crecimiento, y el país tiene muchos sectores estratégicos que podrían recibir fuertes inversiones y crecer (la cadena agroindustrial, el sector energético, pero también la minería, el turismo, los sectores ligados a la economía del conocimiento, entre los más relevantes).
Sin embargo, estas posibilidades requieren como condición necesaria recuperar la estabilidad macroeconómica, en tanto que además se requiere un plan integral, es decir, acompañar con reformas institucionales que permitan destrabar la economía.
El compromiso y la credibilidad del gobierno que asuma, sumado a las medidas que adopte, serán claves para evaluar si el país aprovechará esta nueva oportunidad, o si nuevamente privilegiará el cortísimo plazo, y se mantendrá en esta dinámica que aleja al país del sendero del progreso.
Fotos: Adrián Escandar