El mes de octubre ofreció grandes oportunidades para el “trade” de corto plazo, debido a las muy amplias oscilaciones de las valuaciones accionarias y también de los dólares alternativos. Las elecciones presidenciales del domingo 22 fueron un evento que le torció el rumbo a los mercados domésticos: tanto el dólar como los activos bursátiles se alejaron de sus máximos, del mismo modo que las versiones de dolarización de la economía perdieron fuerza luego del triunfo del candidato de Unión por la Patria Sergio Massa, que quedó como el mejor posicionado de cara al balotaje del 19 de noviembre, cuando enfrentará a Javier Milei, de La Libertad Avanza.
El S&P Merval de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, que había llegado a operar por encima de los 800.000 puntos antes de las presidenciales, quedó por debajo de los 600.000 puntos. Con una ganancia de 3,4% en pesos en el balance mensual, muy por debajo de la inflación. En Wall Street hubo acciones argentinas que se desplomaron un 20%, como el caso de YPF, Banco Supervielle y Corporación América.
El panel de acciones líderes, que hace solo dos semanas exhibía una ganancia acumulada en 2023 de más del 300% en pesos y de casi 50% en dólares -según la cotización del “contado con liqui”-, devolvió buena parte de ese beneficio: ahora el Merval ostenta un alza de 183% en pesos y de 14% en dólares. Y desde los máximos del 17 de octubre el Merval perdió un 30% pesos y un 22% en dólares.
“Ante la incertidumbre política de cara a la segunda vuelta electoral, es de esperarse que factores idiosincráticos afecten la evolución de los activos argentinos. En este sentido, la principal pregunta sin responderse aún es como quedará configurada la actual oposición, dado que una facción de Juntos por el Cambio eligió la “neutralidad” de cara a la segunda vuelta, mientras que otra prefirió apoyar al candidato de La Libertad Avanza”, indicaron desde Portfolio Personal Inversiones.
Desde los máximos del 17 de octubre el Merval perdió un 30% pesos y un 22% en dólares, según la cotización “contado con liqui”
“Los resultados de las elecciones lejos estuvieron de aminorar las preocupaciones, sino que por el contrario, se vienen acentuando de la mano del inmediato reordenamiento - y peligrosa fragmentación - de la oposición en medio de serios tironeos que podrían complicar los escenarios de acuerdos necesarios para implementar post 10-D un urgente plan económico integral cuya implementación resulte viable”, evaluó Gustavo Ber, economista del Estudio Ber.
Para los bonos soberanos hubo un resultado neutro en el último mes. Los títulos Globales del canje -en dólares con ley extranjera- terminaron mixtos en Wall Street, mientras que los Bonares -con ley argentina- tuvieron una baja promedio de 2 por ciento.
El riesgo país de JP Morgan, que mide la brecha de tasas de los bonos del Tesoro de los EEUU con sus pares emergentes, cerró octubre apenas debajo de los 2.600 puntos para Argentina, luego de haber rozado los 2.700 puntos el 6 de octubre, y de haber caído debajo de los 2.400 puntos el 17 de octubre, una volatilidad producto de las especulaciones políticas y las proyecciones de las encuestas.
Los abruptos movimientos del dólar estuvieron en sintonía con los activos bursátiles. El dólar libre avanzó 120 pesos en octubre, un 15%, a $920 para a venta. Aunque le ganó a la inflación del período, quedó lejos de los precios de “pánico” por encima de los 1.000 pesos. El lunes 23 y el martes 24 el billete estuvo operado en un máximo nominal de 1.100 pesos; desde ese nivel descontó 180 pesos o un 16,4 por ciento.
Esta tendencia quedó definida a partir del nuevo esquema cambiario para las exportaciones. El día después de las elecciones el ministro Massa implementó un nuevo Programa de Incremento Exportador (PIE) ampliado a todos los sectores, que ofrece un tipo de cambio diferencial con el ingreso del 70% de las ventas por el MULC (Mercado Único Libre de Cambios) a $350, y el 30% restante por el “contado con liquidación”.
Este refuerzo para la oferta de divisas en ambos mercados le permitió al Banco Central encadenar siete ruedas consecutivas de compras en el mercado de contado, por más de USD 500 millones, y aplastó a las paridades bursátiles del dólar. El “contado con liquidación” a través de Cedear se derrumbó desde los $1.100 del viernes 20 a la zona de $860 al cierre del mes.
El dólar MEP, hoy el más utilizado para polarizar carteras, subió unos 150 pesos o 21% en el mes, a los 850 pesos. Hay que subrayar que en esta plaza interviene el BCRA, que compra bonos en dólares y entrega divisas a cambio. Según estimaciones privadas, en el mes el BCRA sacrificó unos USD 1.200 millones para mantener al dólar Bolsa debajo de los $900, una forma de ponerle un umbral de precios a las demás cotizaciones.
“El mercado mostró un comportamiento mixto después del domingo: cedió la presión dolarizadora, pero se desplomaron bonos y acciones. Ahora, el ministro-candidato hará todo lo que esté a su alcance para que la economía llegue sin mayores sobresaltos al balotaje; en particular, buscará contener la presión cambiaria y la escalada de precios internos. Pese a la calma transitoria poselecciones, la situación sigue siendo crítica y el optimismo de cara a 2024 es cada vez menor”, describieron los analistas de Invecq Consultora Económica.