De dos estaciones de servicio en San Martín de los Andes, en Neuquén, sede de Vaca Muerta y principal provincia productora de petróleo y gas del país, una se quedó sin combustible y frente a la otra se generó una extensísima fila de automóviles y camiones que bajo la lluvia hacían cola este sábado para acceder a combustible.
Es una postal más de la escasez que en algunas lugares del interior se empezó a sentir varias semanas atrás y que en los últimos días llegó a las estaciones de servicio del área metropolitana, área que tanto el gobierno como las comercializadoras de combustible priorizan por el efecto amplificador que tienen sobre la opinión pública.
Cuándo se normalizará el abastecimiento
Desde el área energética, que encabeza la secretaria de Energía, Flavia Royón, indicaron que ya empezaron a descargar buques con combustible importado (gasoil y naftas) y se está reforzando la logística de distribución y estiman que a mediados de la semana próxima el abastecimiento “debe estar normalizado”.
El viernes Royón recibió a ejecutivos de las principales operadoras de combustibles: concurrieron el presidente YPF, Pablo González; Martín Urdapilleta, de Trafigura (marca Puma); Marcos Bulgheroni, de PAE (Axion) y Andrés Cavallari de Raízen Shell. Allí se acordó la importación de 10 buques, por unos USD 400 millones y en un comunicado el gobierno apuntó al “récord” de consumo de combustible debido a situaciones como el fin de semana XXL del 13 al 16 de octubre, con récord de movimiento turístico, mayor actividad del campo y aumento del consumo el fin de semana electoral por expectativa de devaluación y aumento de precios, cosas que efectivamente luego ocurrieron.
En una entrevista radial, el presidente de la Federación de Expendedores de Naftas del Interior, Alberto Boz, dijo que el problema central es la falta de dólares para importar, que al prolongarse llevó al agotamiento de los stocks y estimó que la situación podría normalizarse en unos 10 días, aunque agregó que el inicio de la descarga de los buques “aliviaría bastante la situación”.
Boz aclaró que las estaciones tiene reservas para servicios esenciales como la policía, bomberos y servicios sanitarios de emergencia y descartó que exista un acaparamiento del combustible especulando con futuros aumentos.
Dos factores muy importantes de la escasez fueron las “paradas técnicas” de la refinadora de YPF en Ensenada y el hecho de que la planta de Refinor en Salta, clave para el abastecimiento de las provincias del noroeste, también está parada. A eso se suma la mora en el arribo de buques con combustible importado, por la escasez de dólares para pagarlos. En la reunión del viernes con ejecutivos del sector, el gobierno dijo que proveería los USD 400 millones para pagar esas importaciones.
“Se lo advertimos”
Otro dirigente del sector de expendedores de combustible dijo a Infobae, off the record, que hace dos meses habían advertido al gobierno, a través de Royón, que se produciría desabastecimiento, porque los stocks estaban cayendo y las importaciones de combustible (Argentina debe importar aproximadamente 20% de lo que consume) se demoraban. La funcionaria, dijo, les pidió que le indicaran qué estaciones de servicio tenían problemas de abastecimiento, lo que la fuente calificó como “una cargada”, porque se trataba -dijo- de una situación general. Tardó en llegar al área metropolitana, porque el gobierno y las empresas la priorizan, pero hace varias semanas la falta de combustible se hacía sentir en distintos lugares del país.
En cuanto al alivio que pueden aportar los 10 buques con combustible importado, la fuente estimó que normalizaría el abastecimiento durante cerca de un mes. “¿Y después qué?”, se preguntó. “Las estaciones de servicio de servicio tienen tanques de 20.000 litros, que nos digan que esto se produjo por aumento del consumo por un finde largo es una cargada”, dijo la fuente, quien señaló que el consumo interno es normal, lo que sí aumentó mucho es la carga en las provincias limítrofes, por automovilistas de países vecinos, que aprovechan que el combustible en la Argentina es mucho más barato y cruzan para irse con el tanque lleno.
Ni las explicaciones oficiales ni la de los conocedores del sector tranquilizan a los automovilistas, para quienes la falta de combustible es una cuestión muy palpable. El viernes, las Confederaciones, Federaciones Asociaciones y Cámaras de Estaciones de Servicio señlaron que lo que se había iniciado “con quiebres dispersos de stock en regiones o zonas puntuales, se ha ido generalizando rápidamente con mayor intensidad a todos los productos, a lo largo y lo ancho del país, generando zozobra en nuestra actividad y complicaciones a los consumidores”.
Largas colas y enojo
Los testimonios que pudo recoger Infobae en estaciones de servicio porteña son elocuentes:
Uno de ellos expresó que estaba “muy preocupado”. El auto lo uso para trabajar y ya no sé qué hacer, intenté conseguir nafta varias veces y hasta estoy pensando en vender el auto”, destacó.
Un fletero contó en una YPF de Palermo que tenía nafta “por ahora” pero hacía cola para ver si podía cargar unos bidones “para asegurarme de tener los próximos días”. Otras dos personas señalaron que necesitaban nafta para un viaje que tenían agendado el fin de semana y estaban haciendo cola porque pensaban que sería imposible conseguir nafta durante el fin de semana.
Una mujer señaló a este medio que la consultó haciendo cola en una estación de servicio que era la cuarta en la que intentaba conseguir combustible y que ya casi gastó toda la que le quedaba recorriendo la ciudad para ver dónde podía cargar.
En una estación de Shell, un cartel indicaba que solo quedaba un tipo de nafta. Y en otra de YPF los carteles indicaban que ya no había, de ningún tipo. A los autos que entraban por la rampa, los playeros le hacían gestos de que siguieran y salieran, sin detenerse.
“Estoy buscando buscando y no consigo. Me tiene nervioso porque tengo que salir a trabajar y si no consigo gasoil no puedo laburar. Lo primero que voy a hacer es comprar cantidad. 200 litros para tener”, dijo un hombre sobre la desesperante situación.
Otro testimonio contó que era la tercera estación en la que intentaba cargar. “La verdad, no se puede estar así”, señaló y puso el foco en la diferencia de precios entre estaciones. “La última vez que hubo las elecciones, al otro día cerraron todas las estaciones. La única que tenía fue YPF. Ya ni importa el precio, necesito cargar como sea. Hay que cargar, hay que seguir, si no, no sé, voy a tener que vender el auto”, aseguró.
Otro automovilista señaló que tenía algo de nafta pero buscaba cargar “por las dudas, porque no sabe cuándo puede volver”. De los precios, dijo, “en este momento no me fijo”.
Un automovilista reconoció a este medio que estaba haciendo cola en una estación “ya hace como una hora y media” y que era la cuarta estación en que paraba. “En las otras directamente no hay. En mi casa no tengo, y si no cargo nafta ahora, no llego a mi casa”, explicó. Como en el caso anterior, coincidió en que ya no le importaba el precio, sino “tener nafta para poder volver; me di cuenta en la calle que no podía parar y en las que paraba había tres cuadras de cola.
La macro, detrás
La escasez de todo tipo de combustible, no solo de gasoil, como ocurrió en el invierno de 2022, es en buena medida un resultado de la situación macroeconómica.
“Las Estaciones de Servicio no tenemos injerencia en la falta de una adecuada provisión de combustibles. Nuestra actividad consiste en poner a disposición de los clientes la totalidad del volumen en nuestros establecimientos, viéndonos ahora imposibilitados de disponer de las cantidades necesarias por factores totalmente ajenos a nosotros. Ello pone en jaque la supervivencia de nuestros negocios y hace que los consumidores deban trasladarse entre distintas estaciones de servicio para lograr abastecerse del combustible necesario”, dice el comunicado del sector de los estacioneros, que exigieron al Gobierno “arbitrar las medidas conducentes a regularizar la situación: todos necesitamos combustible y en estos momentos no hay el suficiente para atender a la demanda. Urge una pronta solución”.
Desde las empresas y el gobierno hablan de una “tormenta perfecta”. Por un lado, hay una “parada técnica importante” de la refinearía de YPF en La Plata, que rebanaría entre 30 y 40% la capacidad de refinación de la planta y Refinor, otra planta refinadora, ubicada en Salta, fundamental para la provisión de las provincias del NOA, también en parte propiedad de YPF; está totalmente parada.
La causa económica de fondo del problema, dijo un empresario, es el atraso de los precios en boca de expendio y el hecho de que las empresas están siendo forzadas a importar combustible a pérdida. Por caso, el precio internacional del crudo Brent cerró el viernes a USD 90 el barril, contra menos de USD 60 que se paga en la Argentina por el “barril criollo”. A principios de octubre el barril de Brent había caído a USD 83, después de haber rozado USD 95 a fines de septiembre y volver a trepar por sobre los USD 90 tras el ataque terrorista de Hamas en Israel.
En pesos, sin embargo, el precio de los combustibles en la Argentina aumentó muy por debajo de la inflación y del precio internacional. Un informe de Vanessa Toselli, economista del Ieral de la Fundación Mediterránea, precisa que el precio aumentó 102% interanual; 35 puntos porcentuales por debajo de la inflación, y sigue siendo el más barato de la región, incluso medido al tipo de cambio oficial.
Para la nafta premium, el precio promedio a nivel nacional alcanzó los $347,2 al mes de septiembre, con un aumento de 101,9% interanual, casi 35 puntos por debajo de la variación del IPC.
Con 86 centavos de dólar por litro de gasoil, la Argentina registra precios semejantes a los de Colombia y Paraguay, pero 25 % inferiores a los de Brasil, un 40 % por debajo de Chile y un 56 % menos que los vigentes en Uruguay En el caso de la nafta premium, el precio promedio a nivel nacional alcanzó los $347,2 en septiembre, antes de los aumentos post elecciones, un 101,9% de aumento interanual.
La base de datos Global Petrol Prices, tomando como referencia el precio de la gasolina 95, equivalente a la nafta súper, y el precio de Buenos Aires, muestra a pesar de los aumentos de este año, Argentina es por lejos el país de combustibles más baratos del Mercosur.