De moda y funcionales: por qué hay un boom de construcción de domos en la Argentina

La tendencia global hacia la expansión del uso de los domos, también conocidos como cúpulas geodésicas, no pasa desapercibida en Argentina. A nivel local su uso se está volviendo cada vez más común, encontrando aplicaciones en el mundo del glamping, un modelo que fusiona los servicios de un hotel con la experiencia de un campamento de lujo. Además, estos domos se emplean en eventos especiales, y sorprende ver cómo un número creciente de personas opta por residir en ellos. Su versatilidad les permite erigirse en diversas ubicaciones, ya sea en terrenos naturales o en las terrazas de viviendas y edificios, lo que añade un elemento distintivo a esta tendencia arquitectónica en constante crecimiento.

Hasta la fecha, se estima que en 2023 se han erigido más de 2.000 domos en diversos puntos de Argentina. Expertos señalan que esta tendencia de construcción se ha extendido de manera significativa, abarcando desde Misiones en el norte hasta Jujuy, pasando por Cuyo, la región pampeana y la Patagonia. Prácticamente en todas las provincias del país, se observa una marcada expansión en la construcción de este tipo de estructuras.

Los domos tienen su origen en dos fuentes principales. Uno de ellos se relaciona con la visión de Richard Buckminster Fuller, un influyente inventor, arquitecto y diseñador estadounidense nacido en 1895 y fallecido en 1983. Fuller es reconocido a nivel internacional por sus innovaciones, entre las que se incluyen los revolucionarios diseños de viviendas y automóviles conocidos como “Dymaxion,” una abreviatura de las palabras “tensión máxima dinámica”.

Fue un activista pionero en la promoción de la conservación del medio ambiente. Su principal objetivo al crear sus inventos era contribuir a la construcción de un mundo más sostenible, reduciendo la contaminación y el desperdicio de recursos. Tenía un profundo entendimiento de la limitación de los recursos disponibles en nuestro planeta y promovía un principio fundamental que incorporaba en cada uno de sus inventos: la idea de hacer más con menos. En su perspectiva, el reciclaje de recursos y materiales desechados tenía el potencial de transformarse en productos valiosos, mejorando la eficiencia del proceso en su conjunto.

La otra vertiente atribuye la creación de la cúpula geodésica a Walther Bauersfeld, un físico e ingeniero alemán nacido en Berlín en 1879 y fallecido en 1959. Después de la Primera Guerra Mundial, en 1923, diseñó la primera cúpula geodésica para cubrir un planetario en los talleres de Carl Zeiss, una empresa alemana relacionada con la óptica. Este hito fue bautizado como La Maravilla de Jena debido a su ubicación en la ciudad de Jena, a 250 kilómetros de Berlín. Muchos la consideran la primera cúpula geodésica derivada de un icosaedro, que es un poliedro con veinte caras triangulares.

Hay distintos métodos para construirlos y en la Argentina se realizan de varios materiales.

“Utilizamos la tecnología Wood Frame. Traducido significa estructura o marco de madera, una técnica constructiva que utiliza perfiles y placas estructurales de madera para crear casas y edificios de hasta 4 pisos. Las estructuras se hacen con diseños personalizados que se desarrollan a través de anteproyectos. Utilizamos exclusivamente materiales homologados y certificados”, explicó a Infobae Eloy Gualda, CEO de Domo Baires.

Expertos señalan que hay dos enfoques materiales predominantes en la construcción de domos: acero y madera, cada uno con sus propias características que deben definirse según el proyecto.

Matías Konstandt, de Domos Argentina, afirmó que existen diversos modelos que pueden ser fabricados con ambos materiales, además de opciones personalizadas para proyectos específicos. “Las cubiertas de estos domos están hechas de lonas anti desgarro que se adaptan a la diversidad climática de Argentina”, dijo.

Los domos de madera se confeccionan con productos de reforestación, principalmente utilizando pinos certificados, lo que implica un proceso de fabricación más prolongado en comparación con los domos de acero.

“En este contexto, se destaca la importancia de utilizar acero galvanizado, ya que garantiza la resistencia a la corrosión a largo plazo, minimizando el riesgo de colapso de la estructura”, precisó Konstandt.

La construcción de un domo geodésico puede adaptarse a diversas bases, como plateas de hormigón, decks o pilotes, dependiendo de las características del suelo y el entorno donde se instalará. Estas estructuras son sismo resistentes y poseen la capacidad de resistir condiciones extremas, incluyendo nevadas polares y vientos huracanados, lo que las hace altamente versátiles en cuanto a su ubicación.

El tiempo de construcción de un domo geodésico puede variar en función del alcance del proyecto. Según Gualda, “para un domo promedio con un diámetro de 8 metros, el período de construcción se estima en alrededor de 4 meses, comenzando desde la firma del contrato.

Las estructuras de los domos se fabrican mediante un proceso de aplastamiento de los extremos utilizando matrices especiales, asegurando que los bordes queden perfectamente redondeados y suaves. El aplastamiento se realiza de manera breve para garantizar una verificación estructural óptima. En algunas empresas, se producen más de 10 estructuras al día.

Konstandt amplió: “El tiempo principal se dedica a la fabricación de las cubiertas, que puede variar de 1 a 4 días según el tamaño del domo. Por lo general, los domos más pequeños pueden montarse con la ayuda de dos personas, una simple escalera o un andamio. Para agilizar el proceso, se recomienda el uso de un mástil telescópico. Los domos más grandes, con superficies de 170 o 270 metros cuadrados, requieren idealmente el uso de una grúa y la colaboración de 5 personas en el montaje”.

En primer lugar los utilizan personas que buscan construir grandes residencias geodésicas. Son elegidos por aquellos que buscan vivir en un lugar especial en armonía con la geometría sagrada y la naturaleza.

Gualda también destacó que los domos geodésicos resultan ideales para personas que practican terapias holísticas, meditación y yoga, además de su uso en salones de usos múltiples, sala de eventos, salas de proyección, gimnasios, aulas de colegios, centros de exposición, refugios de alta montaña, entre otras opciones.

“En la industria de la hotelería y el turismo, estos domos se han convertido en una tendencia global debido a la experiencia única que ofrecen, con vistas panorámicas de 360° y una eficiencia energética que puede ser hasta un 50% superior a la de las viviendas convencionales”.

Los domos están disponibles en una amplia gama de dimensiones, desde 11 hasta 270 metros cuadrados. Es importante resaltar que se pueden combinar y anexar para construir viviendas. En ciudades como Buenos Aires, Villa Gesell, San Carlos de Bariloche, Córdoba capital, Neuquén, La Plata y Mar del Plata, entre otras, los propietarios con terrazas o espacio aéreo disponible han ampliado sus hogares mediante la incorporación de domos en la parte superior.

“Se pueden equipar con servicios de luz, agua y gas. En el proceso de montaje de un domo, participa un equipo de aproximadamente 10 personas, que incluyen carpinteros, electricistas, plomeros y profesionales de terminaciones. Los materiales utilizados para la estructura principal son maderas como el pino y el eucalipto, mientras que los recubrimientos pueden variar tanto en el interior como en el exterior, utilizando placas de OSB (fibras orientadas y sus siglas en inglés significan Oriented Strand Board), fenólicos, placas de yeso, entre otros”, añadió Gualda.

El valor de construcción para un domo de Wood Frame varía en función de los materiales y terminaciones elegidos por el cliente (parten de una base de USD 700 por m2).

En líneas generales arrancan desde $800.000 (los de 11 m2) y escalan hasta $11.000.000 por unidad, los de 270 m2. Los de vivienda con acero galvanizado trepan hasta $1.220.000 de hasta casi 60 m2.

Y si se alquilan pueden encontrarse desde USD 30 por noche, hasta de más de USD 100 por noche.

Pablo Sierra, socio de Domos GLAM junto a Diego La Rocca, explicó a Infobae que la estructura de los domos se fabrica típicamente con caños, lona de PVC y tornillos, utilizando exclusivamente productos nacionales”.

El costo de construcción y alquiler varía según la ubicación y las condiciones de montaje.

“La logística desempeña un papel fundamental, y el precio puede ser influenciado por la duración del alquiler”, concluyó Sierra.