La implementación de los cambios en la ley de alquileres que votó recientemente el Congreso, se tradujo en un goteo lento de acuerdos. Expertos coinciden en que los primeros contratos, regidos por las nuevas disposiciones, están surgiendo de manera gradual. Prima la cautela en un proceso que se prevé prolongado y mientras algunos inquilinos y propietarios se adaptan a las novedades normativas, otros buscan prórrogas de 3 a 6 meses.
Los nuevos contratos establecidos con una duración de tres años y ajustes semestrales según la fórmula Casa Propia, son por esta horas más comunes en el interior del país que en la ciudad de Buenos Aires y Gran Buenos Aires (GBA).
En CABA se registra una notoria ausencia de nuevos contratos bajo el formato de Casa Propia y prevalecen prórrogas de acuerdos que se vencieron recientemente, que en su mayoría oscilan entre 3 y 6 meses
No obstante, es importante destacar que estos acuerdos parten de una base de precios elevada, con aumentos que superan el 200% interanual. Por ejemplo, un contrato de alquiler para una vivienda de tres ambientes en Rosario, que hace tan solo un año ascendía a $100.000 mensuales, actualmente se está firmando por 300.000 pesos.
Esa considerable barrera en los costos se suma a la persistente escasez de unidades disponibles, derivada del rechazo de numerosos propietarios en Argentina desde la sanción de la ley y su reforma. Estos factores contribuyen al continuo incremento de los valores en el mercado de alquiler.
Josefina Pantano, inmobiliaria de San Juan y actual secretaria de de la Federación Inmobiliaria de la República Argentina (FIRA), señaló a Infobae que “los pocos contratos celebrados en la última semana se están ajustando al nuevo esquema aprobado en el Congreso, y los propietarios continúan alquilando sus propiedades bajo las nuevas condiciones legales. Sin embargo, la oferta de alquileres no ha experimentado un aumento significativo, y en toda Argentina, las propuestas se mantienen en niveles históricamente bajos, comparables a los últimos 50 años”.
En Chaco, Entre Ríos, Buenos Aires y Córdoba, la situación presenta similitudes. Aunque el ajuste basado en la fórmula Casa Propia resulta en un porcentaje menor en comparación con el Índice de Contratos de Locación (ICL), la posibilidad de actualizar los contratos semestralmente aporta un cierto equilibrio.
Emilio Caravaca Pazos, presidente de la FIRA, señaló que es demasiado pronto para evaluar el impacto de esta nueva fórmula en los acuerdos y serán las partes involucradas, compuestas por millones de inquilinos y propietarios en el país, quienes determinarán si las condiciones actuales resultan beneficiosas o perjudiciales. “Por ahora, se mantiene la situación en la mayoría de las provincias similares a la existente antes de la reforma de la ley: pocas propuestas y valores altos”, destacó.
Las prórrogas siguen activas
En CABA se registra una notoria ausencia de nuevos contratos bajo el formato de Casa Propia, prevaleciendo las prórrogas de acuerdos que se vencieron recientemente, que en su mayoría oscilan entre 3 y 6 meses.
Marta Liotto, presidenta del Colegio Profesional Inmobiliario porteño, confirmó esta situación y destacó que el mercado permanece estancado, sin que se formalicen nuevos contratos. “En este contexto, es relevante reiterar la postura de los profesionales inmobiliarios con respecto al uso del coeficiente Casa Propia, que registra un incremento por debajo de la mitad de la inflación, lo que desincentiva a los propietarios a poner sus unidades en el mercado”, afirmó.
En la actualidad, las prórrogas de contratos son la única dinámica que se evidencia en el mercado de alquileres en la CABA.
En la limitada oferta de alquileres en CABA, el precio promedio de un departamento de dos ambientes se sitúa en torno a los $230.000 mensuales
Enrique Abatti (h.), abogado especializado en Derecho Inmobiliario y miembro de la Cámara de Propietarios de la República Argentina, informóque “más del 90% de los propietarios rechazan la idea de renovar acuerdos con una duración de tres años. La mayoría opta por acuerdos de prórroga con indexación, siguiendo las regulaciones del ICL. Además, muchos dueños de inmuebles están en espera de los resultados del balotaje para tomar decisiones, ya que algunos anticipan cambios en la normativa de alquileres en función de los resultados políticos”.
Para algunos propietarios, la expectativa radica en que la próxima administración derogue la legislación actual que regula los contratos de alquiler, con la esperanza de que se formule una nueva ley. Consideran que, dado que la inflación continúa siendo alta, no resulta rentable comprometerse a contratos de tres años de duración, incluso si estos se ajustan semestralmente bajo el esquema de Casa Propia.
Ricardo Botana, presidente de la Unión Argentina de Inquilinos, resumió a Infobae que “la opción ideal en la actualidad sería que los locatarios puedan optar por acordar nuevos contratos en lugar de recurrir a prórrogas. En caso de extensiones, lo más conveniente sería alargar el plazo al máximo posible, lo que permitiría a los inquilinos disponer de más tiempo para encontrar nuevas viviendas en un mercado caracterizado por la escasez de oferta”.