Tras una semana corta de muchísima presión sobre todos los segmentos del dólar, con mucha intervención oficial para contener las cotizaciones, la apertura de los mercados con el resultado electoral ya conocido promete seguir en la misma tónica pero eliminando uno de sus principales riesgos: un triunfo de Javier Milei en primera vuelta. Ese escenario hubiera intensificado la demanda de dólares, con fuerte impacto sobre los depósitos en pesos. Y la huida de los pesos hubiera agravado los riesgos de que se espiralice la inflación.
Pero la posibilidad de ese escenario, el más temido por el mercado, quedó atrás. El único dato cambiario del fin de semana, el dólar cripto, fue un reflejo en ese sentido. Con una actividad intensa, durante el sábado y gran parte del domingo se mantuvo al alza. En algunas aplicaciones, muchos llegaron a pagar más de 1.200 pesos para comprar stablecoins, las criptomonedas atadas al dólar.
Sobre la noche del domingo, con los resultados puestos, los números cayeron con fuerza. El promedio del portal CriptoYa, que incluye a las principales operadores del mercado, quedó apenas sobre los $1.000 sobre la medianoche de la jornada electoral.
“El hecho de que Milei no haya ganado es bueno para que no se dispare el dólar, por su discurso de dolarización en un contexto en el que Sergio Massa no tiene demasiados recursos para intervenir” (Timerman)
De esta forma, el resultado no despeja las dudas sobre la transición pero trae un indudable alivio de corto plazo. “El hecho de que Milei no haya ganado en primera vuelta ni tenga asegurado un triunfo en la segunda es bueno para que no se dispare el dólar, por todo lo que venía diciendo Milei y por su discurso de dolarización, en un contexto en el que Sergio Massa no tiene demasiados recursos para intervenir”, explicó Javier Timerman, de AdCap Grupo Financiero.
“La tranquilidad que va a llevar el hecho de que Milei no tenga la presidencia asegurada, va a compensar, a mi juicio, la preferencia que tenía el mercado por Patricia Bullrich, aunque ya en las últimas semanas había asumido que estaba afuera de esta elección”, agregó. Timerman advirtió que, más allá del dólar, hoy será un día en que en los mercados “todo terminará arriba, no importa dónde arranque”.
Para la economista Marina Dal Poggetto, el hecho de que Milei tenga menos chances “es un alivio” porque de avanzar su plan dolarizador destruiría la demanda de pesos. “Veníamos de una caída de los plazos fijos, con traslado a las cuentas remuneradas, y de una fuerte presión sobre la brecha cambiaria que parecía no tener techo. Si Milei ganaba en primera vuelta la transición hubiese sido muy desordenada”, explicó a Canal Net.
Con este resultado, según la analista, Massa va a seguir con más de lo mismo: “Va a anclar el tipo de cambio oficial en $350 y va a hacer más política fiscal expansiva para sostener los ingresos de la gente, erosionados por la propia dinámica inflacionaria”.
Si el plan dolarizador de Milei hubiese ganado terreno, la caída de los plazos fijos podría haber alcanzado márgenes peligrosos. La renovación de los depósitos privados vienen en baja desde el 20 de septiembre, ya que muchos no querían quedar con el vencimiento para después de las elecciones. En lo que va de octubre, el stock de plazos fijos cayó un 7,6%. Ese dato no indica que todo ese dinero se haya dolarizado. Hubo mucho crecimiento de las cuentas remuneradas de las billeteras electrónicas, que dan un rendimiento diario menor al plazo fijo pero con la ventaja de tener el dinero siempre disponible.
También hubo muchos de esos plazos fijos que quedaron en cuentas a la vista, que en el mismo período crecieron un 3,6%. Hay un tema particular con los plazos fijos mayoristas, los de las grandes empresas, de 20 millones de pesos o más: muchos bancos empezaron a rechazarlos porque no quieren seguir cargándose de Leliq en su balance.
Si bien no hay por qué esperar que el mercado aplaque su nerviosismo, al menos podría aliviarse esa situación en la que cualquier activo o depósito en pesos quema en los bolsillos. Si un candidato que recomienda abiertamente no renovar los plazos fijos en pesos y los considera “excremento” pierde chances, podría haber una transición con menos desesperación por quitárselos de encima, aún con una inflación muy alta.
“Veníamos de una caída de los plazos fijos y de una fuerte presión sobre la brecha cambiaria que parecía no tener techo. Si Milei ganaba en primera vuelta la transición hubiese sido muy desordenada” (Dal Poggetto)
Tampoco hay nada que indique que el esquema cambiario de los últimos meses vaya a modificarse en esta transición. Desde el Gobierno explican que seguirán los controles, las medidas para no perder reservas, la “administración” de las divisas para el comercio exterior y, tal vez, los mecanismos del estilo del dólar soja para seducir a los exportadores a liquidar sus dólares.
El Gobierno ya adelantó dos decisiones relevantes. Una es mantener el dólar oficial a $350 hasta el 15 de noviembre, tras la decisión de devaluar tomada al día siguiente de las PASO, una medida que no parece haber dejado nada bueno: tuvo un traslado a los precios fuerte e inmediato, a la vez que no tuvo ningún efecto para reducir la brecha que, por el contrario, no paró de aumentar.
La segunda decisión, como gesto hacia el mercado y al FMI, es pagar hoy mismo los USD 2.600 millones que vencen con el organismo internacional, mediante un mecanismo que combina el uso de Derechos Especiales de Giro (DEG) con la reciente ampliación de la activación del swap de monedas con China. El Gobierno podría haber pagado el 31 de octubre, pero prefirió hacerlo una semana antes.
“Sin devaluación del dólar mayorista, muchos precios van a bajar, y los que se quedaban con mercadería para especular, seguramente las pondrán en oferta. Acciones y bonos estarían a la suba, este resultado el mercado lo debería recibir con una suba. Los dólares alternativos deberían bajar y se volverá a ver cierta fluidez de volumen en el mercado del dólar marginal. El gobierno necesita en estos 28 días que las reservas paren de bajar”, señaló el consultor Salvador di Stéfano.
Los mercados votan todos los días por lo que su movimientos seguirán demandando los cambios de fondo, más allá de los efectos inmediatos del resultado electoral, más auspiciosos por lo que evitaron que por lo las certezas que traen, que aún son materia pendiente. Dal Poggetto lo explicó con claridad: “Hace falta un programa de estabilización, un programa de reformas y mantener la gobernabilidad. Massa ha demostrado una capacidad infinita para negociar que podría asegurar la gobernabilidad pero no tiene ninguno de los programas. Milei no tiene ninguno de esos tres vértices”.