Las dificultades que los importadores comenzaron a tener en las últimas semanas para pagar sus obligaciones, en muchos casos tras largos meses de espera, empezaron a tener consecuencias concretas en el vínculo con sus proveedores. Muchos ya venían advirtiendo que si la Argentina no les pagaba, suspenderían las ventas y que no había más margen para seguir financiando a su cliente; y esta amenaza comenzó a hacerse realidad, con lo que ello implica en términos productivos.
Infobae accedió a una carta que un proveedor de cobre brasileño le envió a varias empresas locales productoras de cables en la informa que dejará a venderle producto hasta tanto no se normalice la situación de pagos en la Argentina. “Lamentamos informarles que debido a la reciente noticia sobre la reducción en la liberación de pagos para procesos de importación de Argentina, incluso ante la aprobación/liberación de SIRA, no podremos continuar con los envíos al país hasta segunda orden”, dice la misiva firmada por Metal Group y fecha el 11 de octubre.
Además, el grupo remarcó que “esta decisión se adoptó en respuesta a las circunstancias imprevistas que surgieron debido a esta situación y es una medida temporal y necesaria para garantizar la integridad de las operaciones comerciales”. “Estamos monitoreando de cerca la situación y esperamos poder reanudar los envíos tan pronto como se resuelva el problema y se restablezcan las condiciones para las transacciones seguras”, plantea la carta.
Según trascendió, recibieron la comunicación de Metal Group, de Brasil, Industria Metalúrgica Sud Americana (IMSA); MH Conductores eléctricos; Establecimientos Imeco y Cibasa, única abastecedora de cables de la industria automotriz.
La decisión de la empresa de suspender los envíos a la Argentina radica, en este caso, en la decisión del Banco Central de quitar las excepciones del sistema SIRA. Hasta la publicación de la comunicación 7864, la semana pasada, para ciertas posiciones arancelarias el importador podía pagar sin tener que esperar el plazo de pago estipulado en la SIRA. Ahora, si no dice explícitamente 0, la empresa debe esperar el tiempo pertinente. Y entre la listas de excepciones figuraba el cobre, entre otras materias primas. “Ese proveedor -por Metal Group- cobraba contra nacionalización. El problema es que el cobre estaba en esta lista de excepción que permitía abonar al contado apenas se nacionaliza el embarque. Ahora eso no se puede. No se trata de un problema de deuda acumulada, ya que este proveedor no financia”, dijeron fuentes allegadas a una de las empresas afectadas.
Son varias las empresas, según pudo averiguar este medio, que frenaron las entregas a compradores argentinos ante la resistencia a seguir esperando cobrar. Muchos proveedores aceptaron financiar a su cliente y esperar hasta 180 días para cobrar -plazo de la SIRA-, pero lo que sucedió en el último mes es que estos permisos que fueron venciendo se fueron reprogramando ante la falta de divisas. Y hay varios casos en que esta situación sucedió dos veces, es decir que hubo dos reprogramaciones. Este escenario generó un nivel de incertidumbre tal en el exterior que muchas compañías directamente dejaron de tomar pedidos de la Argentina hasta tanto no se aclare el panorama. Lo confirman fuentes de la Cámara de Importadores (CIRA) y de la Unión Industrial Argentina (UIA).
“Hay empresas chinas que por falta de pago ya no están embarcando porque no se les giró en tiempo y forma y también hay ciertas empresas europeas que no están tomando pedidos porque quieren pagos anticipados”, dijo una alta fuente de la central fabril, al tiempo que mencionó este inconveniente en varios rubros, como el químico, de pigmentos, metalúrgico, de aceros especiales, plástico, polietileno, entre otros.
Desde el sector importador, en tanto, reafirmaron que “casos hay muchos. Mientras más terminado es el producto, más probabilidades hay de que el exportador en origen no cargue, ya que es un producto más caro. Y lo mismo si la relación comercial no es de mucha antigüedad. Hoy es difícil diferenciar sectores; el problema es transversal a todos. Los proveedores están muy incrédulos de cómo va a continuar la relación con la Argentina. Están todos viendo qué va a pasar después del domingo”, aseguraron las fuentes consultadas.
La UIA tuvo ayer su encuentro de Junta Directiva y planteó con mucha preocupación este tema mediante un comunicado de prensa. “Los sectores y regiones representados advirtieron nuevamente que los problemas en el acceso a los insumos necesarios para la producción siguen generando tensiones en las cadenas productivas y en la relación con los proveedores del exterior. Además, volvieron a resaltar su preocupación por la deuda comercial de las industrias argentinas”, dice el parte.
Además, se presentó el estado de la deuda comercial de bienes con proveedores del exterior, que estaría alcanzando los USD 40.000 millones y que representa un crecimiento cercano al 50% versus 2019. De este monto, cerca de la mitad corresponde a la importación de insumos y bienes de capital para la producción industrial. Sobre este tema, las autoridades destacaron que la deuda comercial correspondiente a las pymes es inferior a los USD 1.800 millones y “es importante darle una solución de corto plazo”, remarcaron los miembros de la UIA.
La Junta resaltó la importancia de establecer un cronograma para la cancelación de la deuda comercial de las empresas con sus proveedores, sobre todo las pymes y evitar que siga aumentando la deuda comercial de las industrias. Lo hizo a días de las elecciones, donde podría definirse quién conducirá la Argentina por los próximos cuatro años.