En medio de la campaña electoral, y con un cambio de gobierno a la vuelta de la esquina, economistas, empresarios y los equipos técnicos de los diferentes candidatos reflotan el debate sobre cómo la Argentina puede volver a crecer de forma sostenida, en un escenario altamente complejo en materia macroeconómica pero con grandes oportunidades que ofrece el nuevo contexto geopolítico mundial y el potencial de crecimiento de varios sectores productivos en el país. ¿Cuáles son esos sectores? ¿Qué medidas necesitan para explotar al máximo esa posibilidad?
Los empresarios de IDEA los llamaron “sectores de alto impacto” y debatieron al respecto en el último Coloquio realizado en Mar del Plata a comienzos de mes. Se trata de la agroindustria, la energía, la minería, la economía del conocimiento y el turismo, todas actividades que tienen un denominador común: son generadoras de divisas, un factor clave para que una Argentina que hoy tiene reservas netas negativas pueda salir adelante.
“Nuestro país posee un inmenso potencial, intrínsecamente vinculado al progreso de ciertos sectores que actúan como impulsores del crecimiento económico, el desarrollo y la competitividad. Tendencias como la sustentabilidad, la transición energética, la digitalización, la bioeconomía y la reconfiguración de las cadenas globales de valor debido a los desafíos geopolíticos están generando un entorno de oportunidades para los principales sectores dinámicos de la Argentina”, expresa el documento que los empresarios de IDEA le entregaron a los principales candidatos a presidente de la Nación el fin de semana posterior al 59° Coloquio.
Es de vital importancia “impulsar sectores con balanza comercial superavitaria” y que estén “insertos en economías globales” (Izquierdo)
Consultada al respecto, la referente sectorial de la consultora Abeceb, Natacha Izquierdo, consideró de vital importancia “impulsar sectores con balanza comercial superavitaria” y que estén “insertos en economías globales”.
Mencionó los sectores energéticos, minero, el agro y la economía del conocimiento, desde el lado de los servicios, y enfatizó que “son grandes generadores de divisas, el principal issue de la economía argentina ante la escasez de reservas”.
La economista agregó a este medio que “son tractores porque generan empleo de calidad, traccionan cadenas de abastecimiento local, promueven el desarrollo de pyme y son economías federales, que impulsan las economías regionales”.
Claro que para que estos sectores, incluido el turismo, puedan explotar al máximo su capacidad, la macroeconomía es un factor clave. Según los empresarios de IDEA, ello implica “reducir la incertidumbre a corto y mediano plazo, así como adoptar enfoques más modernos en materia de política impositiva y laboral”.
Tienen a favor que son genuinamente competitivos; tienen representatividad en el entramado productivo local; capacidad demostrada para innovar y su menor “gap” tecnológico; y su alcance en el mercado global que cuenta con la existencia de demandas potenciales y accesibles. A esto se le suma la ubicación estratégica y su capacidad de generar un efecto multiplicador, precisa el documento empresarial.
En el caso de la agroindustria, representó 66% de las exportaciones del país en 2021 (USD 51.000 millones) y brinda empleo a alrededor del 24% de la fuerza laboral privada a lo largo de sus 36 cadenas de valor en 23 provincias (3,7 millones de personas). Este ecosistema dinámico se destaca a nivel global en la producción de productos como soja, aceite de limón, maní y porotos, gracias a su nivel de tecnología y modernización. Sin embargo, enfrenta el desafío de aumentar el valor agregado en sus exportaciones.
Desde 2020 el Plan Gas logró brindar una mayor previsibilidad en la demanda y los precios a las compañías, lo que permitió acelerar la curva de aprendizaje en la producción no convencional
Las cambiantes dinámicas en las cadenas globales de valor y la aceleración de la transición energética presentan oportunidades para la agroindustria; los conflictos en Ucrania y el Mar Negro ofrecen la posibilidad de abastecer la creciente demanda de alimentos de la Unión Europea. Además, la decidida agenda de la Unión Europea en términos de energía abre nuevas perspectivas para la industria argentina de biocombustibles.
Otro sector de alto potencial es el de petróleo y gas, que actualmente exporta el equivalente a U$S 9.000 millones (segundo complejo exportador), incluyendo combustibles y derivados, y genera 67.700 empleos de calidad. Aunque la balanza comercial energética es deficitaria debido a la necesidad de importar gas para cubrir la demanda de invierno, desde 2020 el Plan Gas logró brindar una mayor previsibilidad en la demanda y los precios a las compañías, lo que permitió acelerar la curva de aprendizaje en la producción no convencional y alcanzar niveles de eficiencia comparables con las cuencas de los Estados Unidos.
Según el documento de IDEA, las perspectivas indican que ya desde 2024 el país abandonará los números rojos en su balanza comercial energética. La Argentina cuenta con recursos gasíferos no sólo para autoabastecerse por más de 100 años, sino también a los países de la región.
“Para lograr esto, se deberán destrabar los cuellos de botella existentes en la infraestructura para llevar el recurso a los centros de consumo. El primer paso fue la construcción de la primera etapa de gasoducto presidente Nestor Kirchner, finalizada en julio de este año; y los siguientes serán la reversión del gasoducto norte de TGN y la concreción de la segunda etapa del nuevo gasoducto.
Así, no sólo el país prescindirá de las importaciones de gas boliviano, escaso y de muy alto costo, sino que también podrá llegar con gas y energía eléctrica a Chile y Brasil.
A nivel internacional, la primera y más inmediata oportunidad, aseguran desde IDEA, es la exportación de petróleo. La Argentina posee la cuarta reserva global de petróleo no convencional en Vaca Muerta, y en la actualidad el shale oil representa el 46% de la producción total diaria argentina de 640.000 barriles.
Vaca Muerta representa la segunda reserva global de gas no convencional, y podrían existir otras formaciones de potencial no convencional
Según estimaciones de la propia industria, a fin de esta década, la Argentina podría estar produciendo un millón y medio de barriles por día a nivel país con las condiciones adecuadas, y el mercado mundial aún muestra una alta demanda por este recurso, aunque se prevé un cambio progresivo hacia el gas y las energías renovables en el transcurso de la década.
La segunda oportunidad –de mayor plazo– es la exportación de gas (natural en la región y GNL) y el desarrollo de la industria petroquímica. Vaca Muerta representa la segunda reserva global de gas no convencional, y podrían existir otras formaciones de potencial no convencional.
Otro de los sectores con gran potencial de crecimiento es la minería, que actualmente exporta casi USD 4.000 millones al año, ejecuta inversiones por USD 1.800 millones anuales y genera más de 100.000 empleos de calidad en forma directa e indirecta. “La aceleración de la transición energética está generando expectativas de un salto en la demanda de baterías y materiales para producir equipos de generación solar y eólica, lo que representa una gran oportunidad para la Argentina por su riqueza en recursos naturales como litio y cobre”, dice el documento.
Actualmente, el país es uno de los top 5 en litio (junto con Australia, Chile y China), con tres proyectos en operación, seis en construcción y más de 30 en cartera en distintas provincias. Y cuenta con seis proyectos de cobre de clase mundial en condiciones de comenzar su construcción en el corto y mediano plazo, de acuerdo a las condiciones.
En lo que respecta a oro y plata, hoy representan el 75% de las exportaciones mineras. Respecto de este sector, Izquierdo enfatizó que el más dinámico es el litio y que si bien en 2024 no habrá un salto cuantitativo porque solo un proyecto entró en producción, “es un rubro muy dinámico porque hay mucha inversión extranjera, genera empleo y dinamiza fuertemente las economías regionales”.
Con un talento reconocido a nivel mundial y una gran cultura del emprendedurismo, hicieron que se gesten 13 unicornios en los últimos 20 años
La economía del conocimiento es otro de los sectores de alto impacto mencionados. Las ventajas competitivas en términos de capital humano que tiene la Argentina, con un talento reconocido a nivel mundial y una gran cultura del emprendedurismo, hicieron que se gesten 13 unicornios en los últimos 20 años. Este ecosistema colabora hoy con 70.000 empresas en diversos sectores a nivel local y se consolidó como el cuarto complejo exportador más importante del país, con exportaciones que alcanzan USD 7.800 millones anuales y 400.000 empleados profesionales altamente calificados.
Comprende servicios de software, servicios profesionales, audiovisual, biotecnología, bioeconomía, geología, electrónica, comunicaciones, investigación y desarrollo experimental, nanotecnología, tecnología espacial y satelital, y la industria 4.0, que incluye la robótica, inteligencia artificial e Internet de las cosas, entre otros.
“Para aprovechar al máximo esta demanda, el sector requiere políticas fiscales que lo mantengan competitivo a nivel global, así como una inversión continua en la formación de habilidades y talento, que son sus activos más valiosos y contribuyen significativamente a su éxito”, planteó el documento de IDEA.
Por último, el sector del turismo genera actividad por USD 50.000 millones al año, con atractivos en todas las provincias del país y con gastos en turismo receptivo por USD 3.700 millones al año que lo constituyen como el sexto complejo exportador del país. Hoy el país se está revalorizando como destino global, tanto por la distancia de las zonas en conflicto como por los recursos naturales y las mayores preferencias asociadas a la sustentabilidad.