La Argentina, junto a otros 12 países, integra el segundo pelotón de países con más alto riesgo-país del mundo, según Aswath Damodaran, profesor de Finanzas Corporativas y Valuación de la Escuela de Negocios Stern de la Universidad de Nueva York (NYU Stern School of Business).
El ranking, reproducido por el portal Visual Capitalist, es encabezado por un grupo de 5 países: Bielorrusia, El Líbano, Venezuela, Sudán y Siria, a los cuales les sigue el pelotón encabezado por la Argentina y que completan Cuba, Ghana, Rusia, Sri Lanka, Ucrania, Zambia, Haití, Corea del Norte, Malawi, Sierra Leona y Somalía.
El trabajo, con datos hasta julio pasado, se basa en la evaluación de riesgos políticos, legales y económicos. Los riesgos políticos abarcan el tipo de régimen, los niveles de corrupción y de conflicto, los legales se refieren al grado de protección de los derechos de propiedad y de los derechos contractuales, y el riesgo económico se relaciona con el grado de diversificación de la economía e incorpora, entre otros datos, los ratings de riesgo de Moody’s, los spreads de acciones empresarias y los costos de seguro de default (Credit Default Swaps) de las naciones calificadas
Damodaran precisa el “riesgo-país” como el premio o sobre-tasa que según los datos y evaluaciones debiera tener cada país respecto de EEUU. De hecho, el estudio precisa ese riesgo en 24,8% para Bielorrusia, El Líbano, Venezuela, Sudán y Siria y en 18,2% para la Argentina y los otros 12 países que lo acompañan en el segundo pelotón del ranking.
Pre y post-PASO
A diferencia de otros datos de riesgo-país, como el EMBI (Emerging Markets Bond Index) que elabora el banco J.P.Morgan, este no surge directamente del precio al que los bonos de un país cotizan en los mercados de capital y que dan para la Argentina un riesgo-país unos 900 puntos superior al del cálculo de Damodaran. La diferencia también podría deberse a los remezones post-PASO del 13 de agosto y la devaluación y tasas de inflación que llevaron el riesgo-país medido por el EMBI a cerca de 2.700 puntos (esto es, 27%), pues el trabajo del profesor de Finanzas de la Universidad de Nueva York no alcanzó a incluir esos desarrollos.
Pero tal vez lo más revelador del ranking es el listado de países con los que aparece entremezclada la Argentina.
Bielorrusia, a la cabeza del ranking, es el principal aliado de Rusia en la invasión a Ucrania, fue el lugar de “estacionamiento” de las fuerzas paramilitares del “Grupo Wagner”, cuyo jefe, Yevgeny Prigozhin, murió en un sospechoso accidente de un avión de la brasileña Embraer luego de una rebelión contra el presidente ruso, Vladimir Putin, a raíz de lo cual Polonia estableció un contingente de 10.000 soldados en la frontera bielorrusa. Ambos gobiernos cruzan acusaciones de violación de sus espacios aéreos.
El Líbano es uno de los países más conflictivos del mundo, al punto que “libanización” es una palabra usada por politólogos y especialistas en política internacional para describir casos extremos de conflictividad interna. Venezuela es un caso de colapso económico y emigración masiva, y el régimen de Nicolás Maduro fue denunciado por Naciones Unidas como violador serial de derechos humanos. Sudán fue partido y está en permanente conflicto con Sudán del Sur, entre otras cuestiones por acceso al agua, pues se trata de una de las zonas más secas del mundo. Siria, encabezada por el dictador Bashir al Assad, atravesó una guerra civil y es centro de refugio y apoyo a grupos terroristas.
Malas compañías
Lo mismo vale para el segundo pelotón de países, que en la elaboración de Amodaran encabeza la Argentina. Cuba tiene mínima conexión económica o financiera, salvo por el turismo, con el resto del mundo y hace 50 años está en default con la propia Argentina, Ghana está al borde de otro default, Rusia está en guerra con Ucrania y su moneda, fue una de las que más se devaluó en 2023, y Sri Lanka entró hace dos años en un default cuya renegociación no se termina de resolver debido a la resistencia de China a aceptar las quitas que acordaron los demás acreedores; prefiere en cambio estirar los plazos de pago. Al mismo nivel cuantitativo de riesgo se sitúan países como Ucrania, invadida y en guerra, Zambia, que acaba de restructurar su deuda con la aceptación final de China, Haití, el país más pobre del Hemisferio Occidental, Corea del Norte, un paria internacional, y Malawi, Sierra Leona y Somalía, tres de los países más pobres de África, el continente más pobre del mundo.
Luego de Venezuela, Argentina, Cuba y Haití en el ranking de Damodaran las naciones más riesgosas de América Latina son, en los puestos 18 y 19, con un “premium” de 15,2%, las dolarizadas economías de Ecuador y El Salvador, y Bolivia en la posición 34 y con 11,2% de “premium”.
Muy abajo en el ranking aparecen Brasil (posición 89), Guatemala (99), Paraguay (101) y Colombia (110), y más abajo aún México (116), Uruguay (120), Perú (123) y Chile (133).
El ranking invertido, esto es, de naciones con menor “riesgo-país” del mundo, lo encabezan EEUU, Suiza, Suecia, Singapur, Noruega, Nueva Zelanda, varios países de la Unión Europea y Canadá.
Damodaran es profesor de Finanzas de la Escuela Stern, tiene papers publicados en diferentes Journals de Finanzas, incluido uno de valuación de Tesla, la principal empresa de Elon Musk, y es autor de los libros Narrative and Numbers y The Dark Side of Valuation (El lado oscuro de la valuación).