El Banco Central (BCRA) celebró esta tarde su reunión semanal de Directorio. En esta ocasión, el encuentro en la entidad conducida por Miguel Pesce coincidió con la fecha de publicación del índice de precios al consumidor de septiembre, que marcó un nuevo récord del 12,7% mensual, el más alto desde febrero de 1991 (25%).
Ante la velocidad de avance de los precios, la escalada del dólar libre -que esta semana llegó a superar los $1.000 por primera vez en la historia, y las declaraciones de Javier Milei en contra de invertir en plazos fijos en pesos- la autoridad monetaria se vio forzada a subir las tasas de interés una vez más, en este caso al 133% nominal anual, un avance de 15 puntos porcentuales para el rendimiento de los depósitos a plazo fijo.
Esto es una Tasa Efectiva Anual de 253%, tasa máxima en lo que va de este siglo, al computar la renovación de capital e intereses mes a mes a lo largo de un año, lo que se llama el interés compuesto.
“El Directorio del Banco Central de la República Argentina (BCRA) dispuso hoy incrementar la tasa de política monetaria. De esta forma, la tasa de las Letras de Liquidez (Leliq) a 28 días pasó a 133% (11% de tasa efectiva mensual). Simultáneamente y en pos de reforzar el incentivo al ahorro en pesos, el BCRA elevó la tasa de interés mínima garantizada sobre los plazos fijos de personas humanas, estableciendo el nuevo piso en 133% (11% tasa efectiva mensual) para las imposiciones a 30 días hasta 30 millones de pesos”, destaco el BCRA en un comunicado.
“Para el resto de los depósitos a plazo fijo del sector privado la tasa mínima efectiva mensual garantizada se establece en 126%. En septiembre, la tasa de inflación mensual se ubicó en 12,7%, impulsada por el arrastre estadístico de la aceleración de precios que tuvo lugar en agosto, luego de la recalibración del tipo de cambio oficial”, agregaron.
Desde la entidad que comanda Pesce destacaron que consideran conveniente “incrementar la estructura de tasas de interés de la economía para consolidar esta tendencia, acotar la volatilidad financiera observada durante el período electoral y favorecer la acumulación de reservas internacionales. La política de tasa de interés del Banco Central busca propender hacia retornos reales positivos sobre las inversiones en moneda local, con el fin de preservar la estabilidad monetaria y cambiaria. El BCRA continuará monitoreando la evolución del nivel general de precios, la dinámica del mercado de cambios y de los agregados monetarios a los efectos de calibrar su política de tasas de interés y de gestión de la liquidez”.
Fueron días de furia en la City porteña, con la tensión cambiaria habitual transformada en nerviosismo por la cercanía de las elecciones generales del 22 de octubre. Los bancos tuvieron que salir a pedir responsabilidad a través de un comunicado conjunto para evitar nuevas dudas sobre los depósitos en pesos y, luego de años de tolerancia, el Gobierno recurrió a la justicia y a fuerzas policiales para recorrer el Microcentro, inspeccionar financieras y hasta avanzar en una causa contra Nimbus, una “cueva” que según fuentes oficiales es “la más grande de la City”.
En el Gobierno hubo una discusión interna para decidir si habría un ajuste en la tasa de interés de los plazos fijos. La intención es que el rendimiento de los depósitos a plazo no quede en terreno negativo –es decir, por debajo de los datos de inflación. Aunque algunos directores son más reticentes a propiciar una nueva suba de la tasa en este nivel de nominalidad, una de las posturas que ganó fuerza es que si no existiera ese reajuste, los plazos fijos podrían encadenar dos meses seguidos con tasas negativas.
El rendimiento del plazo fijo era hasta hoy del 9,8% mensual, muy por debajo del dato de inflación del 12,4% que marcó agosto, y del 12,7% de septiembre. Este escenario, en medio de una corrida al dólar, podría alimentar aún más la presión dolarizadora. Ahora, pasó al 11,91% mensual y al 286% de tasa efectiva anual (el rendimiento que surgiría en caso de renovar doce plazos fijos a 30 días consecutivos durante un año, reinvirtiendo tanto el capital inicial como los intereses en cada ocasión).
La tasa de interés es un instrumento clave para el control de la inflación y la estabilidad financiera. Un ajuste en la tasa podría tener efectos en el mercado cambiario, en el nivel de actividad económica y en las decisiones de inversión y ahorro de los individuos. Pero los niveles de inflación y tasas en los que está manejándose el BCRA hacen que todos esos conceptos de manual se vuelvan relativos.
Según pudo saber Infobae, los ánimos entre los funcionarios del equipo económico se inclinaron finalmente en dirección a subir hoy la tasa. La idea fue la de premiar aún más a las colocaciones en pesos, en un intento por frenar la dolarización pre electoral. Pero la decisión no fue fácil.
Resistencias
El Banco Central se comprometió con el FMI a mantener las tasas positivas en términos reales, es decir, por encima de la inflación. Sin embargo, cada punto de tasa que se incrementa encarece la deuda de la entidad. El stock de Leliq y pases, largamente de los $20 billones en la actualidad, crece con cada vencimiento que a partir de hoy paga 145% nominal anual en concepto de intereses.
Una tasa más alta implica que, cada 28 días, cuando los bancos cobran los intereses la emisión monetaria resultante de este proceso se vuelva mayor. La emisión endógena por las Leliq (Letras de Liquidez), Pases pasivos y Nobac (Notas del BCRA) alcanza ahora una alarmante: unos $2,6 billones al mes, una tercera parte de la base monetaria (dinero con el que funciona la economía), hoy en los 7 billones de pesos.
Pesce, precavido, siempre busca que ese crecimiento se retrase en algún nivel frente a los precios para que la inflación licúe algo de ese efecto y evita así el efecto “bola de nieve” en el que los pasivos remunerados crecen por sí mismos. Este factor es una consideración importante en la decisión de aumentar o no la tasa de interés.
Un aumento en la tasa de interés, además, podría pesar aún más sobre la actividad económica. Con crédito aún más caro, puede tener un impacto negativo en el nivel de actividad económica del país.
Por último, algunos directores del Banco BCRA han alertado que un incremento en la tasa de interés en este momento podría exacerbar la incertidumbre y acelerar el desarme de depósitos. Este factor es especialmente relevante en el contexto de las próximas elecciones, donde la tensión ya es alta.
Los plazos fijos en el sistema bancario hoy alcanzan a unos 13,7 billones de pesos. Hay que señalar que el stock de plazos fijos se redujo en unos $500.000 millones en menos de un mes (desde un máximo de $14,2 billones del 20 de septiembre), en medio de la tensión política y económica que catapultó a los precios alternativos del dólar por encima de los 1.000 pesos.