Una nueva preocupación se sumó y va creciendo en intensidad, además de sumar pesos a una plaza que huye de la moneda local: la caída de los plazos fijos.
Los depositantes e inversores no renuevan sus vencimientos y retiran dinero de los bancos y fondos de inversión. No quieren que las elecciones del 22 de octubre los sorprendan con pesos en su poder.
Cada plazo fijo que no se renueva es una Leliq que rescata el Banco Central a cambio de pesos. Esta emisión adelanta que habrá un recalentamiento mayor del dólar en la semana que comienza.
Más pesos y un Banco Central con menos defensas ante la dolarización son un combo que asegura que esta semana -donde se conocerá el índice de inflación de setiembre- será más intensa que la anterior.
Tasas negativas
El informe del Grupo IEB alerta sobre este problema. “Un factor a tener en cuenta es la debilitada demanda de pesos, reflejada en la caída de los depósitos a plazo fijo y el derrumbe de la deuda en pesos. Desde la semana posterior a las elecciones primarias hasta el cierre de septiembre, los depósitos a plazo fijo del sector privado cayeron 12% en términos reales explicado por las tasas reales negativas, con la deuda en pesos acompañando las caídas y la continuación de rescates en Fondos Comunes de Inversión (FCI)”.
El informe señala que las colocaciones que ajustan por CER y linked dollar (atados al valor del dólar oficial) “acumulan salidas por $173.557 millones durante las últimas 10 ruedas”.
La buena noticia fue que los bonos de la deuda tuvieron leves subas que hicieron que el riesgo país ceda 44 unidades (-1,61%) a 2.675 puntos básicos.
De todas maneras, las paridades de bonos en dólares de legislación local como el AL30D que se utiliza para intervenir a los dólares financieros, está en 26%, un nivel preocupante.
En ese sentido, Anker Latinoamérica sentido indica que desde la semana pasada observa “un fuerte aumento en los volúmenes operados en AL30 y GD30 contra dólares, reflejando la mayor intervención del BCRA en dólares financieros. El volumen operado en AL30D y GD30D en exceso a los niveles de la primera quincena de abril (cuando aún no se registraba intervención) promedió USD 75 millones diarios desde el 28 de septiembre, frente a una media diaria de USD 30 millones entre las PASO y el 27 de septiembre. Según información de ByMA, el volumen operado en exceso miércoles y jueves se ubicó en máximos desde los dos días hábiles previos a las PASO”.
Para la consultora Econviews “con un dólar blue que se acerca a los $900, un contado con liquidación que ya pasa ese valor y un riesgo país que está en máximos del año, mientras caen los plazos fijos y los fondos de money market inundando la plaza con pesos, nada bueno puede ocurrir. Y no hablamos sólo de lo financiero. La suba del MEP y del blue va a pegar en la inflación y por ende en la capacidad de compra de la gente y en el nivel de actividad. El salto en la brecha cambiaria desordena la economía y desincentiva aún más las liquidaciones de exportaciones exacerbando la falta de dólares. Y no hay mucha ingeniería política para resolver esto”.
Market friendly, pero ...
La consultora hace pie en el escándalo político que “podría haber sido un catalizador de tranquilidad si el mercado se convenciera de que las chances del gobierno empeoraron. Pero esto también paralizó a muchos operadores políticos importantes. Quizás el gobierno perdió puntos en Marbella, pero tal vez crecieron las chances de Javier Milei que, pese a ser market friendly, no logra convencer al mercado”.
El viernes, el dólar MEP se disparó $28 (+3,3%) y el “blue” aumentó $37 (+4,34%) a $880. En la plaza mayorista, el Central tuvo que vender USD 91 millones y las reservas cayeron USD 131 millones a 26.259 millones.
Los bancos pidieron USD 24 millones al Central para enfrentar la devolución de depósitos. No fue un buen final de semana.
El mercado de futuros reflejó esta situación. Según la consultora F2 de Andrés Reschini “los futuros dejan una curva muy desplazada hacia arriba desde diciembre (2.094% de tasa efectiva anual) hacia adelante producto de mayores cotizaciones con un dólar fijo y vencimientos que están más cercanos con el mero paso del tiempo. Mientras octubre y noviembre mostraron en la semana rendimientos negativos del -2% y -6%, respectivamente, la parte larga llega a rendir hasta el 19% para agosto 2024 en el mismo período. La curva pasó a pricear una devaluación de $1.020 versus el spot. La semana anterior priceaba $800 de la semana anterior y hace dos semanas, $735. El interés abierto (contratos sin cerrar) creció el viernes en 232 millones y es el mayor incremento en términos absolutos en lo que va del mes cuando el jueves fue de 75 millones. Pero en este sentido no se observa una explosión que vaya de la mano con lo que son los incrementos en las cotizaciones y tasas implícitas.
Esto denota un mercado más chico, también producto de que los niveles de intervención del Central son muy inferiores a los de 2022″. El resultado de las elecciones es incierto particularmente en saber si habrá balotaje y quienes serán los protagonistas. Por eso todos los caminos conducen y conducirán al dólar por un tiempo.
Esta semana el Tesoro tendrá un desafío porque debe renovar deuda. Todos los bonos que vencen hasta fin de año, $2,6 billones, están en manos privadas, tras el canje que se hizo con los bonos en poder del Estado. El jueves deberá renovar $760 mil millones. El resultado de la licitación es clave, para medir cuan alto es el rechazo a tener bonos del estado en pesos.