“La economía es un cambalache”, resumía a mitad de semana uno de los centenares hombres de negocios que participo del 59 Coloquio de IDEA en Mar del Plata, justo cuando los tipos de cambios en el circuito financiero institucionalizado saltaba a un rango extremo superior a $900, que a muchos hizo pensar en la cercanía del umbral ideal de $1.000 para volver a quitarle tres ceros a la denominación de la moneda nacional, y facilitar cualquier intento de un próximo gobierno del paso a un régimen de dolarización o de bimonetariedad, menos disruptivo.
Ese cuadro se explica por “la inflación insoportable” y la “intromisión del Estado que generan corrupción”, se destacó en el foro, porque ha llevado a un escenario depresivo que más allá de los efectos de la sequía, porque pudo haber sido compensado con incentivos para acelerar el desarrollo de la nueva minería y de la actividad extractiva de gas y petróleo, y del turismo internacional, entre otros muchos sectores, y que se manifestó en septiembre en una caída de la recaudación tributaria en 10% real.
Y para peor, el Gobierno se empeñó en impulsar un programa de disminución del Impuesto a las Ganancias y devolución del IVA a gran parte de los consumidores, al tiempo que expandió el gasto con una nueva versión del “plan platita”, que se estima agravará el escenario inflacionario, y por tanto la recesión.
Con ese panorama, Infobae entrevistó a uno de los jóvenes analistas de la coyuntura consultados por las empresas, como Sebastián Cao, de Econométrica y de Fundación Apolo, para conocer su visión del presente y las expectativas para el corto plazo.
“Con una canasta básica que acelera por encima de la inflación y los ingresos informales que crecen por debajo, podemos esperar nivel de pobreza superior al 40% que informó el Indec”
— ¿Cómo llega la economía a las elecciones?
— Bueno, llega evidentemente muy golpeada, con un régimen de alta inflación y que en los primeros nueve meses del año acumuló más de 100%, pero que para los sectores más pobres se ubicó alrededor de 113%. Llega también con los ingresos de la mitad de los trabajadores, los informales, muy castigados, 14% menos estimado de poder compra sólo en lo que va del año y 31% menos desde las elecciones 2019 que dieron ganadora a la dupla Fernández-Kirchner. Entonces, con una canasta básica que acelera por encima de la inflación y los ingresos informales que crecen por debajo, podemos esperar nivel de pobreza superior al 40% que informó el Indec para el primer semestre.
Si a eso le sumamos un nivel de actividad estancado, mucha inflación reprimida en la forma de torniquetes sobre el sistema de precios, deuda récord que alcanza 100% del PBI y 116% cuando se agrega la deuda cuasi fiscal y flotante del BCRA, reservas negativas del orden de los USD 15.000 millones, tenemos la receta para el desastre.
— ¿Qué le dejó el primer debate presidencial sobre los temas económicos, y cuáles son sus expectativas para el de hoy?
— Diría que un sabor semiamargo. En primer lugar, porque considero que de haber balotaje debe dirimirse entre las únicas dos propuestas que apuntan hacia un modelo de país desarrollado, Juntos por el Cambio y La Libertad Avanza. Teniendo en cuenta que una de las principales preocupaciones de la sociedad es la situación económica, me hubiera gustado que Patricia Bullrich hubiese estado mejor preparada para el debate económico. No dudo que su equipo lo está, pero el debate no era entre equipos económicos.
Y en segundo lugar, porque las propuestas de Sergio Massa, que parece dispuesto a subirse al ring aunque nos deje a todos en la lona, no hacen foco en el desarrollo económico, menos en frenar el proceso inflacionario que se aceleró desde su llegada al ejecutivo, sino a reducir la evasión a través de por un lado una moneda digital para controlar los flujos de dinero, y por otra lado una aplicación severa de los regímenes penales tributario y cambiario, en un país que cada mil pesos netos que factura una empresa el Estado se queda con casi setecientos. No comprende que la altísima evasión es producto de la desmedida presión fiscal.
Para el debate de hoy espero una Patricia Bullrich mucho más contundente, sobre todo cuando explique sus propuestas de seguridad, tema que domina, pero que también cuando exponga sus ideas sobre trabajo y producción, fundamentales para reducir la pobreza. No tengo dudas de que Javier Milei va a estar preparado.
“La devolución del IVA para sectores vulnerables considero que es conceptualmente una buena medida, pero se ha hecho improvisadamente”
— ¿La reactivación de la recaudación en respuesta a las medidas de refuerzos de ingresos general y del gasto en particular con la devolución de IVA lo ve como un fenómeno permanente o transitorio?
— La devolución del IVA para sectores vulnerables considero que es conceptualmente una buena medida, y debiera mantenerse, pero como muchas otras políticas, se ha hecho improvisadamente y persiguiendo un objetivo electoral. Se ha transformado en subsidio del 21% sobre las compras, pero que tampoco llega a todos los que deberían ser beneficiarios, o bien porque no tienen tarjeta de débito, o bien porque no todos los comercios que podrían estar alcanzados la aceptan. Las políticas de bonos y complementos en general no me gustan, no porque no sean necesarios, sino porque forman parte de un mensaje tácito malintencionado, donde los empresarios son malos y suben los precios, mientras que el gobierno es bueno y te da plata.
Ahora bien, tanto la devolución del IVA como los bonos para reforzar los ingresos, si el Estado no reduce otros gastos, son medidas expansivas de la demanda agregada, pero que no necesariamente estimulan la oferta, por lo tanto presionan sobre el nivel general de precios, o sea, más combustible a la inflación, y en este sentido el efecto real sobre la recaudación neta del gasto esperaría que fuera negativo.
— ¿La aceleración de la inflación en agosto y septiembre es una respuesta a la devaluación, o hay algo más?
— Sin dudas la devaluación sin un plan que la sustente incidió sobre los precios, pero también creo que el mercado reaccionó a los anuncios de las medidas expansivas del gasto realizadas por el gobierno para intentar revertir el pésimo resultado electoral.
— ¿Qué espera para lo que resta del año en inflación y actividad?
— Creo que no hay razones, lamentablemente, para esperar que la tasa de inflación se modere por debajo de los dos dígitos mensuales, y que la llevaría a ubicarse como mínimo alrededor del 170% anual sobre fin de año, sobre todo considerando la acumulación acelerada de inconsistencias post PASO, y que nos va a dejar a fin de año con un déficit primario del orden del 3%. El nivel de actividad viene muy castigado no solo por la sequía que afecta al sector agropecuario sino también por el cepo a las importaciones que afectan a la actividad industrial, y no creo que esa situación se revierta en lo que queda del año.
“No hay razones, lamentablemente, para esperar que la tasa de inflación se modere por debajo de los dos dígitos mensuales, y que la llevaría a ubicarse como mínimo alrededor del 170% anual sobre fin de año”
— ¿Qué hacer con las Leliq?
— Las Leliq representan el 70% de los pasivos remunerados del BCRA y alcanzan el 11% del PBI, cuando hace cuatro años no llegaban al 4%. Y representan un problema, no porque hoy crezcan endógenamente al 209% anual cuando incluso la inflación corre al 307%, sino por la velocidad a la que podrían desarmarse, sobre todo cuando la tasa de interés real es negativa. En menos de treinta días se podrían cancelar la totalidad de los $15 billones en Letras de Liquidez y encontrarte con 2 bases monetarias adicionales en la calle si por ejemplo las expectativas de devaluación se disparan.
En un contexto de mejores expectativas que puede generar un gobierno que inicia, lo más adecuado desde mi punto de vista sería que el Tesoro absorba el pasivo del BCRA, cancelando a su vez el 70% de la deuda en forma de Letras Intransferibles que mantiene con ese ente. Esto de ninguna manera significaría un mayor endeudamiento público, y menos un plan Bonex. En caso de necesidad para hacer frente a una salida de depósitos, las entidades financieras podrían vender esos títulos, ahora deuda del Tesoro, en el mercado secundario, con efecto neutro en el dinero circulante.
— ¿Revertir la dominancia fiscal es condición suficiente para que el BCRA recupere el rol que rara vez cumplió en sus casi 90 años de historia de proteger el valor de la moneda nacional?
— Yo diría que dejar de monetizar el déficit fiscal es condición necesaria pero no suficiente. Es importante tener un BCRA independiente para cumplir con su rol fundamental y recuperar la confianza. Entonces acá cobra relevancia el cómo se garantizaría esa independencia y que estructura de funcionamiento debería tener este nuevo Banco Central. No creo que una ley que modifique su Carta Orgánica sea suficiente para blindar la independencia del BCRA contra un nuevo atropello a las instituciones, sino que dicha independencia debería estar posiblemente garantizada por la Constitución Nacional.
“Dejar de monetizar el déficit fiscal es condición necesaria pero no suficiente para estabilizar los precios”
— ¿Es condición necesaria provocar un proceso hiperinflacionario o desagiar los activos indexados para quebrar la inercia inflacionaria?
— Si bien la experiencia de otros países, y la propia de los 90 incluso, indica que luego de atravesar procesos hiperinflacionarios se pudo equilibrar las cuentas públicas y hacer reformas promercado, también hay que considerar que la hiperinflación agrava y mucho la pobreza. Con más del 40% de la población en la pobreza y 10% en la indigencia es mejor no jugar con esa posibilidad y tratar de encausar la economía.
El desagio es una forma de incumplimiento de contratos, de default. No solo tenemos que recuperar el valor de la moneda sino también la confianza, y para eso es necesario respetar los contratos. Es mejor que el mercado arbitre los mecanismos para renovar los contratos bajo nuevas condiciones que forzar un desagio.
— ¿Cuánto condiciona el bajo clima educativo de la población ocupada y la pérdida de 600.000 empleos por parte de profesionales y técnicos en los últimos 2 años la posibilidad de reactivación fuerte de la economía?
— Mientras que el capital humano calificado puede volver si percibe que las mejoras de las condiciones son permanentes, creo que es más preocupante el deterioro del nivel educativo ya que lleva más tiempo para revertir, y a menor cualificación del capital humano, menor es la productividad, menores son los salarios y más lento es el crecimiento económico.
“A menor cualificación del capital humano, menor es la productividad, menores son los salarios y más lento es el crecimiento económico”
— ¿Cuáles cree que deberían ser las primeras medidas de política para un plan integral de estabilización de los precios y reactivar la economía?
— Existen dos medidas fundamentales que en este contexto requiere cualquier plan de estabilización: partir de la unificación cambiaria y salida del cepo. Es imposible pensar en la entrada de dólares mientras exista restricciones que limiten la salida de dólares, y es imposible hacerlo mientras persistan múltiples tipos de cambios. Por supuesto el timing y la estrategia adoptada son fundamentales para no gatillar un salto inflacionario.
— ¿Una reflexión final?
— Que un 60% de los ciudadanos se inclinen por propuestas de gobierno que priorizan el equilibrio fiscal, que destacan al sistema económico capitalista de libre mercado como único posible para sacar a las personas de la pobreza, que proponen una mucho menor intromisión del Estado en los asuntos privados, vía reducción de impuestos y regulaciones, creo que es un buen punto final para prácticamente dos décadas de kirchnerismo.
Fotos: Maximiliano Luna