El período de relativa debilidad que atraviesan las economías asiáticas, muy ligado a la economía china, es una de las limitaciones que enfrentará el “boom exportador” que el gobierno argentino dice que legará al que lo suceda a partir del 10 de diciembre.
China, la India y Vietnam figuran entre los principales destinos de las exportaciones argentinas, y países como Indonesia asoman con gran potencial, pero las actuales tendencias son desalentadoras.
En los primeros 8 meses de 2023 el valor de las ventas a China cayó 14,6% y la caída se fue agudizando, hasta ser de 33,4% interanual en agosto. El déficit bilateral con el gigante asiático llegó así a un récord mensual de USD 1.291 millones, pues mientras caían los despachos (a USD 385 millones), los ingresos de ese origen alcanzaron a USD 1.676 millones, el valor mensual más alto de los últimos años, en buena medida porque el swap de monedas del Banco Central argentino con su par de China se usa para financiar compras a y endeudarse con ese país.
El swap de monedas del Banco Central argentino con su par de China se usa para financiar compras a y endeudarse con ese país
En el caso de la India, la caída fue aún más marcada: 43,7% en el acumulado enero-agosto respecto de igual período de 2022 y más del 46% de disminución en la colocación de manufacturas de origen agropecuario, el principal rubro de exportaciones argentinas. Y las ventas a Vietnam retrocedieron en agosto 16% respecto a igual mes del año previo.
El precio de los alimentos
Las variaciones tienen que ver con la caída de los precios de los alimentos desde los picos que tuvieron en 2023 a causa de la invasión rusa y la guerra en Ucrania, cuyo impacto comercial neto favoreció claramente a la Argentina, aunque el Gobierno insista en afirmar lo contrario. Pero también influye el mal momento que atraviesan las economías asiáticas, con epicentro en China.
En cuanto al origen provincial de las exportaciones, un estudio de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) precisó que China es el principal destino de las producciones de Entre Ríos, Chaco, Santiago del Estero, Catamarca, San Luis y La Pampa, en tanto la India es el principal cliente de Santa Fe.
La expansión más débil en medio siglo
Un estudio del Banco Mundial sostiene que Asia, que en las últimas décadas fue el “motor” de la economía mundial, atraviesa la etapa de menor crecimiento desde fines de los ‘60 (esto es, en más de 50 años), si se excluyen situaciones extraordinarias como el shock petrolero de fines de los 70, la crisis de los países del sudeste asiático entre 1997 y 1999 y la etapa inicial de la pandemia de Covid 19, principalmente.
Según Aaditya Matoo, economista jefe del BM para la región Asia-Pacífico, la recuperación post-pandemia fue menos fuerte y duradera de lo esperado. Las ventas minoristas en China siguen por debajo de los niveles pre-pandemia y se sumaron la crisis del sector inmobiliario, el fuerte endeudamiento del sector privado y una escasez de inversiones.
El menor crecimiento persistirá mientras China y las economías asiáticas en general no reformen a fondo su sector servicios, destacó Matto. Además, la tensión política y comercial entre China y EEUU, que antes derivaba compras norteamericanas a otros países asiáticos, ya no tiene ese efecto, debido a las políticas proteccionistas y los estímulos a la producción local que empezó a aplicar Washington para “reindustrializar” EEUU.
La debilidad asiática genera a su vez menor demanda de importaciones en general, que afecta a los países de América Latina, incluida la Argentina.
Las compras chinas representan cerca del 80% de las exportaciones de carne argentina por volumen y 60% por valor
Otro estudio de la Bolsa de Comercio de Rosario destaca el caso de las importaciones chinas de carne, que pese a mantenerse en volumen muestran fortísimas caídas en precio y valor total. “En los primeros 8 meses, China registró compras por USD 9.600 millones, una baja del 16% respecto de 2022 y en valor unitario la caída de precio por tonelada importada fue de 22 por ciento.
“Para nuestro país, las compras chinas representan cerca de 80% de las exportaciones, absorbiendo más del 20% de toda la carne producida por la industria frigorífica local. En ingresos de divisas, este año China está aportando 6 de cada 10 dólares que ingresan al país por exportaciones de carne bovina y menudencias”, dice el informe.
Y agrega el análisis de la BCR: “hasta ahora los compradores chinos parecen estar adoptando una actitud muy selectiva en sus compras frente a la abundante oferta de carne que está encontrando en la región, principalmente en Brasil”.
Consultado por Infobae, Carlos Riusech, presidente del frigorífico Gorina, miembro del consorcio de frigoríficos exportadores ABC, dijo que las ventas a China “se van haciendo, pero no tan fluidamente como antes, y los precios no cumplen las expectativas”.
Si se compara con el promedio 2018-2020, cuando el gigante asiático aumentó su demanda debido al efecto de la “fiebre porcina” que afectó su stock y producción, la caída de precios es cercana al 40%, estimó.
En el resto de Asia, hay algunas ventas a Singapur, pero “de ciertos cortes; es un mercado muy diferente al de China”, dijo Riusech desde Alemania, donde asiste a una feria comercial. Históricamente, la Unión Europea, y en particular Alemania, fueron los principales clientes de la carne vacuna argentina.
Las ventas a China ‘se van haciendo’, pero no tan fluidamente como antes, y los precios no cumplen las expectativas (Riusech)
Marcela Cristini, economista de FIEL y especialista en comercio internacional, dijo a este medio que además de menores compras chinas de carne argentina, la desaceleración asiática impactará indirectamente “a través de todos los precios internacionales en el corto y mediano plazo, porque las perspectivas generales de crecimiento de actividad y comercio son modestas”.
No se trata solo de la desaceleración, contó Cristini, sino de un “desacople” en curso entre China y los EEUU y Europa. “La gran incógnita para Argentina y para el mundo es la India, que podría reemplazar a China como centro de crecimiento. Pero ya en el pasado hubo expectativas sobre la India que no se cumplieron”, observó.
“Habrá que seguir su evolución ya que es un buen cliente que aumentaría sustancialmente su importación de alimentos si creciera más”, agregó la experta de FIEL.
La clave, sin embargo, sigue siendo interna. “Nuestro país -completó Marcela Cristini- “no tendría problemas en colocar exportaciones crecientes en la región latinoamericana y en Asia, aún a precios internacionales más bajos; el problema es local, de ordenamiento macro y horizonte económico”.
De hecho, 16 cámaras empresariales notaron en un documento cómo el Estado argentino sabotea a los sectores exportadores del país.
La gran incógnita para Argentina y para el mundo es la India, que podría reemplazar a China como centro de crecimiento. Pero ya en el pasado hubo expectativas sobre la India que no se cumplieron (Crisitini)
Un estudio de Balanz sobre el efecto de la situación en China y en Asia sobre las economías latinoamericanas precisa que Chile y Perú tienen la mayor exposición como socios comerciales de China, principalmente debido a la exportación de minerales, seguidos por Brasil y Uruguay y, en menor medida, la Argentina y Colombia. A su vez, dice, en los últimos 3 años, la Argentina y Brasil han emergido como los países con una mayor influencia de la inversión directa proveniente de China.
Según el análisis, aunque no existen indicios claros de una recesión inminente, sí hay desaceleración y los riesgos de una “normalización desordenada” del sector inmobiliario chino “seguirán estando presente en el corto plazo”.
Los efectos económicos, prosigue, no sólo traerán impactos comerciales directos sino que la caída de precio de los commodities y los menores flujos de inversión tendrán efectos negativos secundarios en América Latina.
Y concluye Balanz: “una mayor desaceleración económica en China generaría mayores presiones en las monedas de la región vía un deterioro en sus términos de intercambio, afectando por lo tanto los retornos en dólares de los índices accionarios. En cuanto a la sensibilidad de las acciones de la región a las de China, México es el menos expuesto, mientras que Argentina y Colombia muestran el mayor grado de sensibilidad”.