Los problemas de escasez en las góndolas comenzaron a hacerse cada vez más visibles. Los controles de precios que el Gobierno aplica en las grandes cadenas de supermercados y mayoristas, con topes de incrementos mensuales del 5% pero en un contexto en que la inflación trepó en agosto al 12,4% y se prevé una cifra similar para septiembre, están generando una fuerte presión en los proveedores. Esto se traduce en menores entregas de productos a las cadenas y espacios sin reponer en las góndolas, vacíos difíciles de disimular.
Esta situación genera cada vez más preocupación en el Gobierno, que llama semanalmente a los supermercados para tomar conocimiento del estado de situación y solicitarles que hagan lo imposible por tapar los huecos en las góndolas.
“Tapar y contener” es el pedido del secretario de Comercio, Matías Tombolini, a las cadenas, en momentos en que el ministro de Economía y candidato a presidente por el oficialismo, Sergio Massa, se juega todo a lograr entrar en el balotaje en las elecciones del 22 de octubre.
La escasez se percibe en muchos rubros que se comercializan en los supermercados, pero especialmente en los básicos, como aceite, arroz, azúcar y fideos
La escasez se percibe en muchos rubros que se comercializan en los supermercados, pero especialmente en los básicos, como aceite, arroz, azúcar y fideos, y también en ítems que tienen un alto componente de insumos del exterior o son netamente importados, como el atún.
“Los proveedores nos están entregando menos de la mitad de lo que les pedimos y vemos que el escenario luego de las elecciones, si Massa sale competitivo, puede ser peor”, reconocieron en una cadena de supermercados.
Por lo pronto, en Comercio están obsesionados con las próximas semanas. Tombolini quiere evitar que el aumento del desabastecimiento tenga impacto en el humor social y afecte al gobierno en los comicios. Y si tras la primera vuelta el ministro de Economía sigue con chances electorales, la preocupación continuará.
Desde las empresas de consumo masivo contaron a Infobae que vienen advirtiendo que la imposibilidad de trasladar la devaluación y el Impuesto País sobre los bienes importados (7,5%) a los precios, sumado a la inflación, hizo que los atrasos oscilen entre 30% y 50 por ciento. En consecuencia, se amplió más la brecha de precios entre canales. Algunos proveedores advierten que la diferencia entre el valor de sus productos en una gran cadena y el que reflejan los autoservicios y almacenes de barrio ya alcanza al 70 por ciento.
Se amplió más la brecha de precios entre canales hasta 70 por ciento
La distorsión provoca, a su vez, que los súper tengan más demanda de la habitual y que los problemas de escasez se agraven aún más. Los proveedores entregan menos -optan por canalizarlo en otros canales más rentables- y los consumidores -y hasta algunos comerciantes chicos- aumentan sus compras en el canal moderno. Ergo, hay serios problemas de faltantes.
Sin suplentes
También está sucediendo, contaron fuentes del sector, que cuando un consumidor realiza una compra online, ya ni siquiera puede completarla al 100 por ciento. Si hasta ahora los productos que no había podían ser reemplazados por otros similares, ahora ni siquiera hay artículos para esa sustitución.
El escenario que está esperando el sector hasta fin de año es de una fuerte corrección de precios, no sólo por el atraso acumulado sino también por la devaluación que todo el mercado descuenta que ocurrirá, luego de los comicios o en diciembre. “En este contexto, lo lógico sería que los consumidores comiencen a stockearse de productos no perecederos, pero no es lo que se percibe por ahora en el supermercadismo”, dijo un empresario a este medio.
“Estamos creciendo al 8% en volumen, que es mucho, pero deberían estar explotados los supermercados con la brecha de precios que hay, y eso no está pasando porque no hay dinero”, dijeron en otra cadena, en la que esperan un primer semestre de 2024 muy duro en materia de inflación y de caída de la demanda.
Abastecer y no morir en el intento
En el canal tradicional ya se percibe una contracción severa del consumo desde hace varios meses y se explica por el diferencial de precios con las grandes cadenas. Por eso es que tampoco los proveedores tienen tanto margen para compensar más en esos comercios lo que pierden por el otro lado.
En el canal tradicional ya se percibe una contracción severa del consumo desde hace varios meses y se explica por el diferencial de precios con las grandes cadenas
Más allá del pedido desesperado de Tombolini, que refleja la imposibilidad ya de controlar que las empresas entreguen con márgenes, en muchos casos, negativos, en las cadenas están preocupados hacia adelante y analizan de qué manera “seguir abasteciendo las góndolas sin morir en el intento”.
“Ocurre que ya hicimos todo, nos sacaron promociones, acortamos los plazos de pago, resignamos márgenes. No tenemos muchas más alternativas”, dijo una de las fuentes consultadas.
Mientras tanto, las empresas productoras y las cámaras que las nuclean insisten con sus gestiones para lograr que les autoricen aumentos superiores al 5% para los productos más críticos en términos de rentabilidad. Si bien hasta ahora las respuestas fueron negativas, la apuesta hacia adelante será presionar con el abastecimiento para intentar lograr algún efecto.