El Banco Mundial empeoró su perspectiva sobre la economía argentina para este año y la mejoró levemente para el próximo: informó que el país que registrará una recesión del -2,5% este año (antes era -2%), y un rebote del 2,8% (2,3%) en 2024.
Además, afirmó que aunque la inflación es muy alta, todavía no se observa el riesgo de una hiperinflación y aseguró que el alto nivel de precios se solucionará con el superávit fiscal y no con la dolarización que propone el candidato presidencial Javier Milei. De hecho, advirtió que sin un control de las cuentas públicas, ese cambio de régimen monetario generará otros problemas.
De este modo, la Argentina compartirá el fondo de la tabla regional del PBI con Haití, que este año también caerá -2,5% y el próximo rebotará el 1,3%; serán los únicos dos países de América Latina que este año sufrirán una recesión, frente a un crecimiento regional promedio del 2%. En abril, la entidad que preside Ajay Banga ya había bajado su pronóstico de crecimiento para el país del 2% a un 0%.
El economista jefe del banco multilateral para América latina, William Maloney, expresó hoy en una conferencia de prensa desarrollada desde Washington que la inflación promedio será del 4,4% este año, contra el 170% previsto, como piso, por los analistas privados para la Argentina. El banco no se refirió al nivel de precios de Venezuela, que superó el 422% el último año.
Ante una pregunta de Infobae, Maloney dijo: “Obviamente estamos en medio de una elección y es difícil de extrapolar proyecciones a largo plazo durante un momento de campaña. Este año ha sido un año no tan bueno para Argentina. El PBI se ha reducido de forma significativa para Argentina a pesar de una recuperación que se va a ver el año siguiente”.
Sin embargo, aclaró que “es muy pronto para hablar de hiperinflación. Es decir, la hiperinflación hablamos más del 50% por mes y no estamos en ese nivel”. Por otra parte, explicó que “es razonable resaltar que es importante tener cuentas con disciplina fiscal y hacer un monitoreo del crecimiento. Esto es clave para controlar la inflación, para que podamos tener controles fiscales efectivos”.
Cuando se le preguntó su opinión sobre la dolarización que propone Milei, indicó: “La dolarización puede ser útil para moderar las expectativas de inflación porque se limita la capacidad del banco central para imprimir el dinero. Pero si no hay una reforma fiscal se van a producir otras distorsiones y problemas”.
La dolarización puede ser útil para moderar las expectativas de inflación porque limita al banco central para imprimir el dinero, pero si no hay una reforma fiscal se van a producir otros problemas (William Maloney)
“Con lo cual hay todo un paquete clave de equilibrio fiscal y la creación y fomento de la confianza en el gobierno y en una actitud seria del gobierno para el control de la inflación”, aseguró. Al respecto, consideró que países como Brasil y Chile han logrado adoptar las medidas correctas para reducir la inflación y reducir así las tasas de interés de sus bancos centrales, a diferencia de la Argentina, que tiene la tasa nominal más alta de la región, aunque se mantenga negativa en términos reales.
Menos inflación en la región
Según indicó el banco en el informe “Conectados: Tecnologías digitales para la inclusión y el crecimiento, América Latina y el Caribe logró importantes avances en resiliencia macroeconómica en las décadas anteriores y atravesó las múltiples crisis de la post pandemia con relativo éxito. Sin embargo, el crecimiento sigue siendo insuficiente para reducir la pobreza y crear empleos, mientras las restricciones fiscales limitan la posibilidad de hacer las inversiones necesarias”.
“La ampliación de la conectividad digital, combinada con políticas complementarias, ofrece la posibilidad de crear sociedades más dinámicas e inclusivas, afirmó. El informe estima que el PBI regional crecerá un 2 % en 2023, ligeramente por encima del 1,4 % proyectado anteriormente, pero aún por debajo del de todas las demás regiones del mundo”, indicó el banco días antes del comienzo de la asamblea anual del banco y del Fondo Monetario Internacional (FMI) que se desarrollará del 9 al 15 de este mes en Marruecos. “Mientras mayor sea el nivel educativo en la región, mayor será el crecimiento económico”, dijo Maloney. Sobre los programas que aplican varios países para entregar computadoras a los niños, advirtió que si ese producto no se acompaña con la capacitación a los docentes y la seguridad de una buena conexión digital, el beneficio disminuye.
“Se esperan tasas del 2,3 y 2,6 % para 2024 y 2025. Estas tasas, similares a las de la década de 2010, no son suficientes para lograr los avances tan necesarios en materia de inclusión y reducción de la pobreza”.
“La región ha demostrado ser en gran medida resiliente a los diversos shocks externos posteriores a la pandemia, pero lamentablemente el crecimiento sigue siendo anémico”, dijo Carlos Felipe Jaramillo, vicepresidente del Banco Mundial para América Latina y el Caribe.
El BM destacó que “la región llevó a adelante reformas macroeconómicas apropiadas en las últimas tres décadas, que proporcionaron una mayor resiliencia ante shocks como las presiones inflacionarias, la incertidumbre derivada de la guerra en Ucrania, los bajos precios de las materias primas y la creciente deuda en la etapa post pandemia. La pobreza y el empleo han vuelto en general a sus niveles previos a la crisis, y la inflación, excluyendo a Argentina y Venezuela, ha caído a un promedio regional del 4,4 %, por debajo de los países de la OCDE”.
“Aunque mejor que seis meses atrás, el contexto global sigue siendo adverso, marcado por altas tasas de interés, bajo crecimiento en las economías avanzadas y perspectivas inciertas para China. Los gobiernos también seguirán enfrentando restricciones fiscales. Si bien la relación deuda-PIB se estima en 64 %, frente al 67 % de hace un año, todavía está por encima del 57 % registrado en 2019 y las altas tasas elevaron la carga que representa el servicio de la deuda”,sostuvo.
.”La inversión pública y privada en conectividad digital puede estimular nuevos sectores y empleos, ofrecer nuevas áreas de comercio y aumentar la eficiencia, la calidad y la inclusión de los programas gubernamentales que van desde la educación hasta la extensión agrícola en zonas rurales remotas”, dijo Maloney.
El Banco Mundial tiene una cartera de créditos de USD 8.920 millones con la Argentina en 28 proyectos y este año el país recibirá USD 2.005 millones según la estrategia acordada con el Gobierno. Esta deuda y la del BID ya equivalen al 50% de los pasivos que el país mantiene con el FMI.