Era previsible que la cercanía a las elecciones presidenciales provocara un aumento de la presión de los ahorristas y las empresas por protegerse en moneda dura. Y eso es exactamente lo que viene pasando en el arranque de octubre. Ayer fue otra jornada de fuerte demanda en busca de dólares, como se notó tanto en la suba de las cotizaciones financieras como en la caída de las reservas del Banco Central. Ayer finalizaron en USD 26.566 millones, una merma de USD 69 millones.
El contado con liquidación (CCL) fue el que mostró los síntomas más claro del nerviosismo de los inversores. La cotización por transformar pesos y sacar luego los dólares subió 4,1% y finalizó a $864, acercándose ya peligrosamente a los $900.
La escalada del tipo de cambio también se manifestó en los futuros de dólar. El contrato para fin de diciembre siguió en alza y cerró a $707. Esto significa que el mercado ya está viendo un ajuste del dólar oficial superior a 100% hasta fin de año, teniendo en cuenta que se mantiene congelado a $350 desde el día posterior a las PASO.
Además, el Central no pudo sostener su racha de compras (leves) en el mercado oficial y cerró la jornada con ventas por USD 19 millones, algo que no sucedía desde fines de agosto.
Para muchos inversores que buscan protección, ahora ya ni la elevada tasa de interés alcanza para mantenerlos en pesos. En medio de una elevada inflación, extrema incertidumbre electoral y un panorama de los mercados internacionales más complejo, no sorprendió que la válvula de escape sea la moneda norteamericana.
También continuó en alza el dólar libre, que aumentó 10 pesos hasta los $810. Pero si el Gobierno no tiene éxito en mantener bajo control el CCL, lo más probable es que la suba del tipo de cambio informal se acelere.
La intervención oficial mantiene al dólar MEP como la opción más barata para dolarizarse y es utilizado por el público como por pymes. Pero esta cotización ayer también operó para arriba y finalizó a $720, un incremento de 1,5%.
El nerviosismo y la necesidad de cobertura en la previa electoral desató una pulseada entre el Gobierno y los inversores. Para Sergio Massa es fundamental evitar que se vuelva a disparar el dólar justo antes de las elecciones para no repetir lo que sucedió en la previa a las PASO. En las semanas previas a las primarias, entre fines de julio y mediados de agosto, el tipo de cambio libre saltó de $490 a $600, generando zozobra y un mayor salto inflacionario. Luego sobrevendría otro salto del dólar luego del sorpresivo resultado electoral.
La evolución del contado con liquidación es el que refleja con mayor claridad la fuerte presión polarizadora, sobre todo por parte de las empresas. Las intervenciones oficiales para mantener el tipo de cambio a raya son insuficientes, aunque se acerca a los USD 100 millones diarios. Los futuros de dólar Rofex también volaron: $707 para fin de año
Según estimaciones de brokers, ayer el Central habría utilizado unos USD 82 millones de sus reservas para mantener a raya los dólares financieros. Sin embargo no fue suficiente para evitar otra escalada, en especial del CCL.
La caída en los precios de los bonos, tanto en pesos como en dólares, también el momento dramático que se está viviendo en los mercados. El riesgo país continuó en ascenso hasta superar los 2.637 puntos básicos.
Aunque no hubo información oficial, además de vender reservas el Central también habría salido a rescatar bonos en pesos. Se repite así el escenario crítico que se vivió en junio y julio del año pasado, cuando también fue necesario salir a ponerle un piso a la deuda en moneda local en medio de la crisis desatada por la renuncia de Martín Guzmán.
Según estimaciones de mercado, ayer la emisión de pesos habría llegado a unos $ 200.000 millones, en lo que representa una nueva ventana de expansión monetaria. El objetivo es ponerle un piso a los bonos en pesos, ya que vienen sufriendo caídas significativas en las últimas jornadas. Incluso los que ajustan por CER rinden más del 10% anual para los que rinden a partir de 2024.
Esta caída no refleja tanto el temor a un reperfilamiento de la deuda en moneda local como sucedió en 2019. Más bien se trata de la venta de cualquier activo para pasarse a dólares. Incluso títulos que ajustan según el tipo de cambio oficial también sufrieron una ola de ventas.