En medio de fuertes especulaciones acerca de cuáles son los planes de Javier Milei para estabilizar la economía argentina en caso de ganar las elecciones, uno de los economistas que participan del armado de La Libertad Avanza salió a negar que el espacio libertario tenga en su menú de opciones implementar un plan Bonex, que afecte los depósitos del público, o un default de la deuda pública, que impacte sobre los inversores.
Se trata de Darío Epstein, uno de los principales asesores del candidato libertario, quién también enfatizó que el programa de su partido procura evitar una hiperinflación, tal como la que sufrió la Argentina en 1989 y 1990.
“Jamás se me ocurriría un plan bonex, un default o una quita a los inversores. Tampoco una híper donde pierdan una vez más los de menos recursos. Hay que defender a la gente y a los inversores”, dijo Epstein en un posteo en la red social X.
“No se puede esperar un país distinto haciendo lo mismo de siempre! Viva la libertad!!!”, concluyó.
Epstein fue uno de los encargados de representar a Milei en los encuentros que mantuvo hasta ahora con inversores de Wall Street. Dos semanas atrás, junto al candidato a senador Juan Nápoli, viajó a Nueva York con el cometido de explicar la dolarización y las propuestas libertarias en el centro financiero mundial ante representantes de bancos y fondos de inversión.
En primera persona, ambos referentes de La Libertad Avanza percibieron el escepticismo y la desconfianza que generan en el exterior la Argentina y también las propuestas que impulsa Milei. Aunque ambos salieron conformes de los encuentros que mantuvieron con 75 traders, analistas y representantes de fondos de inversión, no pudieron dejar de advertir la frialdad para con “el caso argentino”. “La Argentina es un problema. No nos cree nadie”, admitió Epstein en esa oportunidad.
Al tiempo que el economista intentaba calmar la inquietud instalada en el mercado, otro de los asesores de Milei, Carlos Rodríguez, levantaba una nueva polémica. El fundador y rector del CEMA, posteó en sus redes sociales la conveniencia de revisar la fórmula de desagio aplicada a la indexación de plazos fijo durante el período de hiperinflación del gobierno de Raúl Alfonsin. “En 1989 yo era Tesorero de la Academia Nacional de Ciencias Económicas durante la híper. Puse los fondos de la Academia en plazo indexado al Indice de Precios (tenia un mes de rezago). Recuerdo que en julio hubo una inflacion altísima que se debia pagar en agosto y que sería una fortuna en dólares. El nuevo BCRA hizo una QUITA sobre el ajuste indexatorio y nadie protestó”, recordó Rodríguez. “Supongo que sería legal. Lo digo ahora porque el nuevo gobierno va a heredar una bola de deuda del Tesoro indexada a precios o dólares y sería interesante analizar el desagio que el BCRA aplicó en 1989 sobre los plazo fijos indexados, el que aparentemente fue legal y podria sentar un precedente”.
La sugerencia del economista, asesor jefe del consejo económico de Milei según se lo designó en su momento, casuó el previsible revuelo por lo que, a las pocas horas, el también ex funcionario del equipo económico de Carlos Menem debió aclarar su postura: “Muchos me critican por lo que pongo arriba (el posteo anterior) diciendo que estoy proponiendo romper los contratos. No es asi. Hay otras tres alternativas”, dijo y pasó a enumerar: en primer lugar, sostuvo que el Tesoro carece de fondos presupuestarios para pagar los Bonos duales o indexados emitidos y los que se emitirán hasta fin de año pero como el Tesoro no puede quebrar, la alternativa sería pedir al Congreso que haga una modificación al Presupuesto para habilitar nuevos fondos para pagar esos bonos que probablemente sean propiedad de grandes inversores. La alternativa será subir impuestos como el IVA o Ganancias y bajar gastos de inversion o sociales.
En segundo luguar, afirmó que “otra posibilidad es pagar todos esos bonos con emisión monetaria, lo que generaría una inmediata hiperinflación en la que los más pobres pagarían la mayor parte del costo” y en tercer lugar destacó la alternativa de tomar deuda externa para refinanciar esa deuda que localmente no es refinanciable. “Me parece injusto y poco ético que esa deuda de unos pocos la deban pagar muchos ciudadanos de las futuras generaciones. Ademas es muy improbable que los extranjeros quieran refinanciar lo que nosotros no queremos hacer. La decision no es mia”, concluyó.