A través de una nota dirigida a los ministerios de Transporte y Economía, la Federación Argentina de Entidades Empresarias del Autotransporte de Cargas (FADEEAC) solicitó la urgente intervención de la secretaría de Energía para normalizar el abastecimiento de gasoil y “evitar que se resienta el normal abastecimiento de mercaderías en general”.
Según la entidad, que nuclea a 4.500 pymes transportistas de todo el país, existen dificultades para conseguir gasoil en distintos lugares de la Argentina, en principio por una situación generada por diferencia de precios: el valor del combustible a granel aumentó el doble que el precios que pagan los transportistas en el surtidor. Esa distorsión dio lugar de diferentes situaciones que derivaron en los faltantes.
En la nota, Fadeeac transmitió “la enorme preocupación y perjuicio social y económico que provoca el faltante de gasoil que se viene registrando en las últimas semanas”, en las que sus afiliados reportaron “dificultades en el normal aprovisionamiento del combustible en diferentes puntos del país”.
“Nuevamente toda nuestra actividad –que moviliza más del 90% de la economía del país- se ve alterada por dificultades para poner en marcha las unidades ante la falta de un suministro clave como es el combustible” (Fadeeac)
“La situación, que comenzó a agudizarse a partir de la fuerte suba en el precio del gasoil a granel respecto del que se abona en surtidor (mientras que en agosto el aumento del combustible mayorista fue de 35% en las estaciones de servicio el incremento promedió el 18%), produjo primero, un desvío natural en la modalidad de repostaje, y luego, aumentos injustificados, cupos y maniobras espurias de diferente naturaleza”, aseguró la misiva.
“Nuevamente toda nuestra actividad –que moviliza más del 90% de la economía del país- se ve alterada por dificultades para poner en marcha las unidades ante la falta de un suministro clave como es el combustible”, señaló Fadeeac, haciendo mención al grave problema que existió a comienzos de 2022 con la provisión del combustible para el transporte. La entidad aseguró que la extensión de su representación gremial a toda clase de transporte de mercaderías le permite acceder a información de lo que ocurre, en tiempo real, en cada punto del país. “En ese sentido, los testimonios de nuestros asociados son elocuentes en cuanto a los padecimientos mencionados”, explicaron.
“La situación comenzó a agudizarse a partir de la fuerte suba en el precio del gasoil a granel respecto del que se abona en surtidor (mientras que en agosto el aumento del combustible mayorista fue de 35% en las estaciones de servicio el incremento promedió el 18%)” (Fadeeac)
“La mayoría de los camiones de las empresas socias de Fadeeac cargan combustible en estaciones de servicio de nuestra empresa nacional de bandera y es allí donde se encuentran las mayores dificultades para la provisión de gasoil, especialmente tipo 2, el más utilizado por el sector. En medio de la inflación de costos más elevada en los últimos 20 años (sólo en agosto los costos crecieron 20,3% y acumulan 92,5% de incremento en los primeros ocho meses de 2023), los transportistas quedan limitados a optar entre reabastecerse en otras petroleras a costos sustancialmente más elevados o esperar a la vera de la ruta el repostaje de los tanques de YPF con los consabidos problemas que ello genera, inseguridad vial para la unidad, la carga y para el propio conductor”, explicó Fadeeac en su comunicado.
“Lo que describimos es fácilmente demostrable a partir del importante descenso en el registro de la cantidad de combustible, así como de la frecuencia de reabastecimiento que YPF viene realizando desde hace un mes”, concluyó la entidad de los transportistas.
En 2022, la crisis del gasoil en el interior del país se desató hacia el fin del verano y se extendió a lo largo de un período crítico para la región de la pampa húmeda, ya que la escasez coincidió con la cosecha de soja y maíz. Atado a los faltantes, en ese momento los camioneros comenzaron a denunciar distintos inconvenientes del escaso suministro, ya que debían buscar pueblo por pueblo dónde poder cargar el combustible y en general lo hacían con cupos de 100 o 150 litros por vehículo, lo que impedía el normal desarrollo de su trabajo.