El Ministerio de Economía avanzará este miércoles con una licitación de deuda que, sin mayores vencimientos en el horizonte corto, buscará hacer conseguir al Palacio de Hacienda un colchón de financiamiento más grueso ante el costo fiscal del extenso paquete de medidas que puso en marcha desde las elecciones primarias y tras la devaluación post PASO.
Sobre fin de septiembre vencerán unos $200.000 millones que corresponden a un bono dual, ese tipo de títulos del Tesoro que protege, en simultáneo, contra la inflación y la suba del tipo de cambio oficial. Todo lo que consiga la Secretaría de Finanzas por encima de ese umbral le servirá al equipo económico como financiamiento para un paquete de anuncios que ya excedió con comodidad un equivalente a 1 punto del PBI extra de gasto.
El último anuncio hecho este martes, de un ingreso extraordinario de refuerzo para trabajadores informales, será cubierto con un pago anticipado de Ganancias que AFIP cobrará a bancos, fintech y compañías de seguros. Pero el resto del paquete necesitará de financiamiento propio del Tesoro.
Según estimaciones hechas por la consultora Equilibra, sin el refuerzo de ingresos a informales, “entre todos los anuncios vigentes, se gastarán $2,4 billones adicionales (1,3% del PBI) sólo en lo que resta de 2023, de los cuales $1,5 billones (0,8% del PBI) se computarán como erogaciones sobre la línea y pasarán a abultar el déficit primario del gobierno nacional”, plantearon.
El Gobierno acumuló en lo que va de septiembre $931.000 millones de financiamiento neto, cerca de un 40% del costo fiscal del paquete de medidas
Esa consultora hizo una “apertura” de ese costo fiscal global para analizarlo medida por medida. Con mucha diferencia, las dos medidas con mayor impacto en las cuentas públicas serán el cambio en Ganancias (0,19% del PBI) y la devolución del 21% por compras con tarjeta de débito (0,25% del PBI). Más atrás están el pago de suma fija para empleados privados (el Estado se hace cargo de una parte en el caso de empresas pequeñas), por 0,1% del PBI, misma proporción para el bono de refuerzo para jubilaciones.
Parte del financiamiento de ese gasto extra podría venir a partir de la licitación que se lanzará este miércoles. En septiembre hubo dos operaciones de este tipo, una de ellas, sobre el inicio del mes, por fuera de la agenda. Entre esas dos primeras instancias consiguió fondeo neto de obligaciones de pago por $913.000 millones, lo que representaría, comparativamente, poco menos del 40% del total del costo fiscal de las medidas.
Para el caso de la licitación de este miércoles, el menú que ofrecerá Finanzas a los inversores incluye una Letra de Liquidez con vencimiento el 18 de octubre, exclusiva para los Fondos Comunes de Inversión, a tasa fija, cuyas necesidades de liquidez son mucho más altas que para otros tenedores de deuda en pesos, una de las razones por las que no ingresaron a los sucesivos canjes que hizo el ministerio.
Por otra parte, también se ofrecerán instrumentos para entidades (bancos y sociedades de bolsa) integran el Programa de Creadores de Mercado: una Letra del Tesoro ajustada por CER (es decir, por inflación) con vencimiento el 18 de enero, y otra similar, pero a descuento, pagadera el 20 de febrero.
A estas se le suman otros tres títulos que no forman parte del Programa de Creadores de Mercado como son un Bono ajustado por CER, más una sobre tasa del 3,75% con vencimiento el 20 de mayo y otro de similares características con una sobre tasa del 4% y pagadera el 14 de octubre del año próximo.
Por último, se ofrecerá un bono en moneda “dual”, en el que los tenedores podrán elegir si se ajusta por el costo de vida o la variación del dólar, a pagarse el 30 de junio del año próximo.
Sobre fin de septiembre vencerán unos $200.000 millones que corresponden a un bono dual, ese tipo de títulos del Tesoro que protege, en simultáneo, contra la inflación y la suba del tipo de cambio oficial
La cuestión del financiamiento que pueda conseguir Economía en el marco del déficit esperado hasta fin de año fue abordado por algunos informes privados. Equilibra calculó que “suponiendo que Finanzas logra refinanciar la totalidad de los vencimientos de deuda pendientes en 2023, estimamos que el Tesoro debería cubrir un gap financiero de al menos $3,3 billones en lo que resta del año (1,8% del PBI)”.
“Para cumplir con la meta de asistencia monetaria acordada con el FMI ($1,3 billones, equivalentes a 0,7% del PBI), el Tesoro debería devolver adelantos transitorios al BCRA por unos $400.000 millones, y el mercado de deuda local tendría que aportar unos $3,7 millones netos (2,1% del PBI) en los últimos 4 meses del año”, indicó.
En tanto, LCG apuntó que “las necesidades de financiamiento para lo que resta del año suman $7,4 billones (equivalentes a 3,9% del PBI) entre vencimientos de deuda en pesos ($4,4 billones) y gap fiscal ($2,9 billones). Sin la demanda de asistencia directa al BCRA, cubrir el total de necesidades implicará una tasa de rolleo de los vencimientos superior al 200%”, planteó.
“En medio de un proceso electoral que conlleva gran incertidumbre respecto a la situación económica de los próximos meses, cabe pensar que los giros del BCRA para financiar la brecha serán determinantes. Todavía cuenta con un margen de $3,2 billones, que cubrirían 40% del total. La contracara será el compromiso de más inflación en el corto plazo, pero ya incidirá sobre la próxima gestión”, concluyeron.