El empleo mostró en el segundo trimestre signos de que no se resintió a pesar de algunos síntomas de desaceleración de la actividad en general, en un contexto en el que los análisis privados coinciden en que la economía está lejos de tener un problema de desocupación sino más bien de ingresos: hoy es más probable encontrar personas con más de un trabajo que personas plenamente desempleadas.
La información oficial, entre la que dio a conocer el Ministerio de Trabajo, como los índices del mercado laboral que obtiene el Indec trimestralmente a través de la Encuesta Permanente de Hogares, da cuenta de mejoras en el período abril-junio. “El empleo formal no está, por el momento, sintiendo la recesión: creció 4,3% interanual en el sexto mes del año y acumula una mejora del 4,6% interanual en lo que va de 2023″, observó la consultora Ecolatina.
El índice de desocupación se redujo a 6,2% en el segundo trimestre del año, con lo que se registró una mejora de 0,7 puntos porcentuales en relación a igual mes del año previo. La tasa de actividad, que marca qué porcentaje de la población está económicamente activa, cayó levemente entre un año y otro, lo que muestra, como contrapartida, que hay menos cantidad de personas activas.
El empleo formal no está, por el momento, sintiendo la recesión: creció 4,3% interanual en el sexto mes del año y acumula una mejora del 4,6% interanual (Ecolatina)
Un informe del Centro de Economía Política Argentina (CEPA), midió otro elemento dentro del panorama laboral, que es el del nivel de formalidad: “Una aproximación al nivel de registración del empleo puede ser el análisis de la población ocupada dividida entre personas ocupadas con descuento jubilatorio, y la población ocupada sin descuento jubilatorio”.
“Así, en el segundo trimestre del 2023, el primer grupo representó 20,9% de la población total (0,5 puntos porcentuales por encima de la de igual trimestre del año anterior), mientras que el segundo abarcó al 12,2% (0,2 puntos porcentuales menos que el mismo trimestre de 2022)”, resaltó la consultora que dirige Hernán Letcher.
Y otra cuestión siempre observada por los analistas es que, a pesar de los datos positivos generales de empleo: la presión sobre el mercado laboral. “Podemos lograr una aproximación a la presión ejercida sobre el mercado de trabajo, considerando a la totalidad de las personas que se encuentran en la búsqueda de empleo, ya sea que se encuentren desocupadas, subocupadas, o bien, ocupadas demandando un nuevo puesto.
En este sentido, el número de personas que está en tal situación se redujo 2,1% respecto del segundo trimestre de 2022″, destacaron desde CEPA.
El índice de desocupación se redujo a 6,2% en el segundo trimestre del año, con lo que se registró una mejora de 0,7 puntos porcentuales en relación al año previo
En el mensaje que acompañó al proyecto de Presupuesto 2024, el Poder Ejecutivo citó datos del Ministerio de Trabajo para afirmar que el empleo formal tiene sus números más altos desde 2012.
“El total del empleo registrado creció en el primer semestre de 2023 a una tasa mensual promedio de 0,3% (serie sin estacionalidad), acumulando en ese período un crecimiento de 1,8%, equivalente a 235.300 nuevos ocupados. En comparación contra igual período de 2022, el crecimiento fue de 4,6% interanual. De esta forma, a junio de 2023 (último dato), el total del empleo registrado se encuentra en niveles máximos desde el inicio de la serie en 2012″, con 13,2 millones de trabajadores.
Luis Campos, director del Observatorio del Derecho Social de la CTA Autónoma consideró que “la mejora en los indicadores del mercado de fuerza de trabajo está condicionada por dos dimensiones: la persistencia de salarios muy deprimidos y una macroeconomía totalmente desequilibrada. En un futuro no muy lejano tal vez recordemos estos indicadores con mucho cariño”.
La cuestión del salario como contraste al de los números de empleo parece ser un elemento común en el análisis transversal de los datos. Hay mucho empleo pero con salarios bajos. Es un fenómeno que la consultora Ecolatina analizó, en lo que definió como un fenómeno que explica el pluriempleo.
En un futuro no muy lejano tal vez recordemos estos indicadores con mucho cariño (Campos)
“Prevemos que a lo largo del año la cantidad de personas con más de un empleo alcance los 1,4 millones (más del 10% de los ocupados), superando los 2 millones si extrapolamos este valor a la población total. Además, el 60% de personas con pluriempleo son mujeres, y casi la mitad son personas menores a 40 años”, apuntaron en CTA en un informe.
Y otro factor que caracteriza a ese pluriempleo es que no afecta solo al sector con menores ingresos de la población. “Los magros ingresos familiares que propulsaron el efecto trabajador adicional, incrementando notablemente la tasa de actividad y del empleo en estos últimos años, también provocaron un efecto ‘super-trabajador’. Este tiene como característica afectar más a los hogares de mayores ingresos: los dos deciles más altos exhiben un crecimiento de 22% respecto a 2018, el doble que el conjunto de los cuatros deciles de menores ingresos”, informó Ecolatina.
“Esto puede deberse a que los sectores más acomodados tienen un mayor acceso a un menú más amplio de opciones (por mayor nivel educativo, contactos, tiempo de viaje, posibilidad de teletrabajo, etc.) con las que apuntalar su poder adquisitivo”, completó Ecolatina.
Una conclusión a la que arribaron en la consultora de marras es que “a inicios de 2018 había un 30% más de desocupados que de ‘pluri-empleados’, pero esta tendencia se ha ido revirtiendo y en la actualidad los últimos superan un 15% a los primeros: es más frecuente encontrar una persona con más de un trabajo que un desempleado”.
La mejora en los indicadores del mercado de trabajo está condicionada por dos dimensiones: la persistencia de salarios muy deprimidos y una macroeconomía desequilibrada (Campos)
Hacia adelante, las últimas novedades de la macro, entre la devaluación, el repunte inflacionario aún mayor y los síntomas de freno en la actividad económica podrían hacer desacelerar el momentum del mercado laboral.
Para Luis Campos por esa razón es “imposible” realizar una estimación para el tercer y cuarto trimestres, pero que el tercero -que finalizará a fin de mes- podría no mostrar un cambio tan significativo y que el último trimestre “es futuro lejano”, en un contexto como el que atraviesa la economía.
Ecolatina, en tanto, concluyó que “al igual de lo que prevemos ocurrirá con la actividad económica, el crecimiento que se viene observando en el empleo formal, y en particular de los asalariados del sector privado, comenzará a desinflarse en la segunda mitad del año. Esto no solamente estará vinculado a la profundización del escenario recesivo sino también a la mayor incertidumbre acerca de lo que ocurrirá luego de los comicios”, consideraron.
“En cualquier caso, esperamos que, a diferencia de la actividad económica, el promedio del año cierre en terreno positivo, y el avance del empleo sea uno de los principales activos de la actual administración: terminados los 4 años de gobierno habrá crecido alrededor de 5% si tenemos en cuenta el crecimiento poblacional. La contracara ¿o la explicación?, sin embargo, estará en el salario real que, incluso en el caso de los trabajadores registrados, retrocederá más de 6% a lo largo del mandato”, contó el directivo del Observatorio del Derecho Social de la CTA Autónoma.