Los consumidores que hayan quedado incluidos en la lista de beneficiarios del reintegro del 21% del IVA empezarán a ver este jueves acreditadas las devoluciones de los consumos que realizaron a partir del lunes, el día que comenzó a regir la medida. Fuentes oficiales aseguraron que los bancos demoraron algunos días en ajustar los sistemas para poder hacer las devoluciones a los CBU correspondientes, pero que ya hoy deberían poder concretarse.
Se trata de una medida que alcanza a 21 millones de personas (entre trabajadores en relación de dependencia y monotributistas con ingresos inferiores a $708.000, jubilados y pensionados que perciban hasta seis haberes mínimos y titulares de la Asignación Universal por Hijo (AUH), Tarjeta Alimentar o Potenciar Trabajo.
La norma comenzó a regir a comienzos de esta semana, pero los comercios aún no reflejaron un aluvión de ventas con tarjetas de débito o billeteras virtuales (hasta ahora, las únicas que se sumaron fueron Cuenta DNI, del Banco Provincia, Modo y Mercado Pago, pero estas dos últimas con la opción de pagar con una tarjeta adherida de un banco). La medida no sólo es reciente, sino que comenzó a aplicarse a mediados de mes, cuando los consumidores ya se gastaron gran parte de los ingresos.
En una importante cadena de supermercados afirmaron que las ventas durante los primeros días se mantuvieron con la misma variación de la semana anterior, por lo que “no se percibe un impacto muy significativo aún”. Pero la interpretación que hacen es que los consumidores no cuentan con el dinero disponible en la cuenta para hacer uso del beneficio.
Lo mismo manifestó el presidente de la Federación de Almaceneros de la Provincia de Buenos Aires (FABA), Fernando Savore: “Va a ser más fuerte cuando la gente cobre. Comenzó en una fecha en la que el bolsillo del consumidor está muy debilitado”. Según el directivo, “pagar con débito ya está instalado en los almacenes de barrio; casi el 70% de las ventas en este canal es con débito, transferencias o billeteras, con el QR, por lo que es algo más. Lo único que puede cambiar es que tal vez el que hacía una transferencia, ahora venga con la tarjeta”.
¿Reaccionará el consumo con las medidas?
El ministro de Economía y candidato a presidente de Unión por la Patria, Sergio Massa, lanzó esta medida junto con otras tantas (entre las que se incluye la eliminación del impuesto a las Ganancias para los trabajadores con ingresos de hasta $1,8 millones brutos) con el objetivo de compensar parte del impacto que la devaluación pos PASO y la consecuente mayor inflación generó en los salarios. De acuerdo con estimaciones de la consultora Analytica, el costo fiscal de todas las medidas ascenderá a $2,5 billones, equivalentes a 1,4% del PBI, de los cuales el 75% -es decir, $1,9 billones o 1 punto del producto- iría al consumo. ¿Por qué? Por la sencilla razón de que la mayoría de los anuncios están dirigidos a los sectores más postergados, que destinan gran parte de sus recursos al consumo, enfatizó el titular de la consultora, Ricardo Delgado, en diálogo con Infobae.
Distinto es el caso de la medida de Ganancias, destinada a sectores trabajadores de ingresos altos. “Una parte de esos ingresos va a ir seguramente a dolarizarse, lo que generará más presión cambiaria y más inflación. Ninguna de las medidas anunciadas busca bajar la inflación”, remarcó el economista. La eliminación de este impuesto implicará que unas 800.000 personas tendrán $292.000 millones (0,16% del PBI hasta diciembre) más en sus bolsillos. Según los cálculos de Analytica, con estas medidas, el consumo podría pasar de no crecer en el cuarto trimestre a trepar 1% respecto del trimestre anterior.
Consultado al respecto, el economista de Equilibra, Lorenzo Sigaut Gravina, no avizora un horizonte tan claro en materia de consumo, ya que las medidas anunciadas tienen un “fuerte contrapeso, que es la aceleración de la inflación de los últimos dos meses”. “El shock inflacionario fue muy fuerte. Entre agosto y septiembre, la inflación habrá sido de 25% y no hay ingresos que hayan mejorado ese porcentaje antes de las medidas. Está claro es que se venía una contraccción de la demanda a partir de la inflación. Con las medidas, el consumo podría estabilizarse o la caída ser más moderada”, explicó el analista.
Sigaut Gravina también planteó dudas sobre lo que harán los trabajadores de mayores ingresos que verán mejorados sus sueldos por la quita de Ganancias. ¿Destinarán esos fondos en vacaciones, un auto o la compra de dólares? Según él, en este momento pre-electoral, “la gente se va a querer dolarizar y eso le quita fuerza al consumo, además de que implica más presión cambiaria y más inflación”. También mencionó que los consumidores se stockearon fuerte durante la tercera semana de agosto, post devaluación, especialmente de productos no perecederos, y que ese consumo preventivo podría disminuir la demanda en los próximos meses.
A su turno, el economista Ramiro Castiñeira consideró que “el impacto se verá más en la inflación que en el consumo” y que por esta aceleración de los precios, la demanda caerá igual, a pesar del paquete de medidas anunciado por Massa. Según el Latin American Consensus Forecast, la economía caerá este año 3% y otro 1,3% en 2024.
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