El megaevento hidrocarburífero que anualmente organiza el Instituto Argentino del Petróleo y el Gas (IAPG) congregó en la última semana a centenares de empresas y expositores nacionales e internacionales, además de miles de visitantes, reflejo de la importancia del sector para la economía argentina y la altísima expectativa sobre su aporte a la salida de la crisis económica del país, vía mayores exportaciones, menores importaciones y fuerte aumento de la balanza energética y comercial del país, para proveer más de un bien hoy escaso para el normal funcionamiento del aparato productivo: dólares.
El fuerte crecimiento de la producción de petróleo y gas en la formación Vaca Muerta, en la cuenca neuquina, que hasta ahora compensa el declino productivo del resto de las cuentas del país, sigue siendo la principal realidad y la gran promesa, con proyecciones de superávits cercanos a los USD 30.000 millones a partir de la exportación de petróleo y gas “no convencionales”.
El fuerte crecimiento de la producción de petróleo y gas en la formación Vaca Muerta, hasta ahora compensa el declino productivo del resto de las cuentas del país
Una pregunta clave, sin embargo, es cuánto tiempo durará esa “ventana de oportunidad” para la Argentina.
Según Fatih Birol, director ejecutivo de la Agencia Internacional de Energía (AIE), menos de lo que antes se pensaba. Estamos “en el principio del fin” de la era de los combustibles fósiles advirtió Birol en un reciente artículo en Financial Times, en el que anticipó que el próximo informe anual de la agencia, en octubre, aportará evidencia al respecto.
Es cierto, dijo Birol, que ya hubo varias falsas alarmas sobre la inminencia del peak oil, como la industria denomina al eventual pico a partir del cual la demanda y producción mundial de combustibles fósiles empezará a declinar y cederá la primacía a las energías renovables.
Incluso sin nuevas políticas contra el cambio climático, enfatizó Birol, la demanda de los 3 fósiles (carbón, petróleo y gas) llegará a un máximo antes del fin de esta década. El profundo cambio, señaló, está siendo impulsado por el “espectacular crecimiento de la tecnología de energías limpias como los paneles solares y los vehículos eléctricos, los cambios estructurales en la economía china y las ramificaciones de la crisis energética global”.
La edad dorada del gas
No se trata solo del carbón y el petróleo, los fósiles más contaminantes. “La edad dorada del gas”, como la propia AIE la llamó en 2011, está llegando a su fin, subrayó Birol, que afirmó que la demanda de las economías avanzadas empezará a caer en esta década, “resultado de los renovables superando al gas en la producción de electricidad y el acelerado cambio en Europa para depender menos del gas luego de la invasión de Rusia y la guerra en Ucrania”.
Habrá, sin embargo, diferencias por región. “La caída en las economías avanzadas será en parte compensada por el continuo crecimiento en algunas economías en desarrollo y emergentes, particularmente para el gas”, resaltó el titular de la AIE.
El tantas veces erróneamente pronosticado “pico” de los fósile tiene esta vez no solo el componente de la lucha contra el cambio climático y los llamados a una rápida “transición energética”, sino también factores económicos.
Como muestra el gráfico de un reciente estudio de Daron Acemoglu y Simon Johnson, la fuerte caída de los precios de las tecnologías renovables (en relación a la energía producida) se apresta a perforar el piso del rango de precios de la energía producida a partir de combustibles fósiles.
El riesgo de que el boom de Vaca Muerta llegue tarde tuvo algún eco en AOG 2023 (por Argentina Oil & Gas), el evento hidrocarburífero. “La ventana de oportunidad que hoy el mundo ofrece a los recursos no convencionales de la Argentina es relativamente corta y nos obliga a estar a la altura de los retos del mercado”, dijo en uno de los paneles de CEOs Carlos Mundín, director de BTU, una de las constructoras que participó en el tendido del Gasoducto Néstor Kirchner.
Dado que los recursos no son infinitos, resultan indispensables las certezas; por estos días no es fácil lograr tiempos de suministro razonables (Mundín)
Mundín destacó la importancia de incorporar tecnología de punta y profesionalizar la cadena de suministros, pero advirtió el riesgo de que las trabas a la importación ahoguen ese potencial. “Dado que los recursos no son infinitos, resultan indispensables las certezas; por estos días no es fácil lograr tiempos de suministro razonables, lo cual pone en riesgo el cumplimiento de los objetivos de los proyectos”, alertó.
Mercado sudamericano
La urgencia es hacer de Vaca Muerta un gran jugador regional, con exportaciones a los países vecinos, en especial a Brasil y, más adelante, un jugador global, a través de la exportación de GNL por barco, proyecto que demanda más tiempo y requiere el tendido de nuevos gasoductos, al menos una planta de licuefacción de gas y el acondicionamiento o construcción de nuevos puertos. Esto es, decenas de miles de millones de dólares de inversión, en pocos años.
“Si la Argentina realmente va al millón de barriles por día de Vaca Muerta, va a haber que buscar un mercado de gas”, definió Ricardo Markous, CEO de Tecpetrol, en otro de los paneles de CEOs.
Tecpetrol, del grupo Techint, produce en Fortín de Piedra, la principal operación de shale gas de la Argentina, unos 24 millones de metros cúbicos de gas por día, casi un tercio de la producción total de gas de Vaca Muerta en los meses de invierno, el período de mayor consumo nacional.
Lo urgente es el desarrollo del mercado regional. Horacio Turri, director de Pampa Energía, enfatizó que la reversión del gasoducto del Norte y el tramo “Salliqueló-San Jerónimo” del gasoducto Kirchner (dos obras pendientes) podrían abrir el mercado brasileño, amén de la posibilidad de venderle más gas a Chile, para reducir su dependencia del carbón.
“Toda la infraestructura para llegar a San Pablo está dada. Hace unos años sonaba a ciencia ficción, pero en unos años vamos a ver gas argentino abasteciendo el TBG (Brasilera Gasoducto Bolivia-Brasil (TBG)”, dijo Daniel Ridelener, CEO de Transportadora de Gas de Norte, a condición de llegar a un precio competitivo, que estimó en unos USD 9 el millón de BTU, similar a lo que Brasil paga por importar GNL, pero antes los gobiernos de Argentina, Bolivia y Brasil tendrán que ponerse de acuerdo, puntualizó.
Toda la infraestructura para llegar a San Pablo está dada. Hace unos años sonaba a ciencia ficción, pero en unos años vamos a ver gas argentino abasteciendo el TBG (Ridelener)
E internamente, la política económica argentina tiene que ponerse de acuerdo con la producción. ”No podemos trabajar con 10 tipos de cambio diferentes”, apuntó Markous.
A más largo plazo, Turri dijo que es necesario apuntar al “mercado global” del gas, para lo cual hace falta, amén de grandes obras de infraestructura, un marco legal, que podría proveer la eventual aprobación del proyecto de ley de GNL.
Palermo Aike
En unos años, además, debería empezar a producir Palermo Aike, una formación a la que le calculan un potencial hidrocarburífero cercano a un tercio de Vaca Muerta, pero en Santa Cruz, que tiene menos de la mitad de población de Neuquén. El área ya fue licitada y se presentaron dos oferentes, YPF y CGC, recordó la ministra de Producción de Santa Cruz, Silvina Córdoba, quien contó a Infobae que ya recibió a Jaime Álvarez, enviado del gobernador electo, Claudio Vidal, el exkirchnerista que se impuso en las elecciones a gobernador, pero ahora aliado con sectores del PRO y de la UCR.
Álvarez fue funcionario en los gobiernos de Daniel Peralta y Alicia Kirchner y suena para manejar el tema energético a partir del próximo 10 de diciembre, cuando Vidal, que llegó a la política a partir de su condición de secretario general del sindicato de petroleros de la provincia, asuma la gobernación santacruceña. Habrá que ver qué efecto tiene este combo de poder político y sindical en el desarrollo del hermano menor de Vaca Muerta.
¿Darán los tiempos, o la “ventana de oportunidad” para el gas argentino y formaciones como Vaca Muerta y Palermo Aike, o se cerrará antes, como advirtió Birol?
Daniel Montamat, director de la consultora energética Montamat & Asociados, exsecretario de Energía y expresidente de YPF cree firmemente que sí y es más bien escéptico sobre la inminencia del peak oil.
Después del Covid y la invasión rusa de Ucrania, la agenda ambiental, que era muy exigente para sustituir, se volvió mucho más flexible (Montamat)
“Después del Covid y la invasión rusa de Ucrania, la agenda ambiental, que era muy exigente , se volvió mucho más flexible, porque en la guerra se privilegia la energía barata, accesible y sustituible”, dijo el experto a Infobae.
En 2022, recordó Montamat, el consumo mundial de carbón mineral (el fósil más contaminante) fue récord. Súbitamente desprovistos de gas, los europeos reactivaron operaciones carboníferas y recurrieron al GNL de proveedores como EEUU y Qatar. Y China, ante los altos precios del gas, recurrió aún más al carbón, que explica 60% de su dieta energética.
Transición apresurada
“En la AIE influye mucho Europa, que quiso saltarse la sustitución del gas por carbón sin haber resuelto aún la principal desventaja de las energías renovables, la intermitencia”, advirtió Montamat. Ni el viento sopla siempre con igual fuerza, ni todos los días son soleados.
Además, añadió el experto, “la fabricación de molinos eólicos, hidrolizadores, pantallas solares, requiere muchos minerales cuya producción y oferta responde a otra geopolítica, la del abastecimiento de cobre, litio, cobalto, tierras raras”.
“Todos estos reacomodamientos geopolíticos, por más que los europeos quieran acelerar los tiempos de la transición energética, tienen una cuota de voluntarismo. Sería más realista asumir una tendencia que ya se venía dando: el gas sustituyendo el carbón”, dijo Montamat. “EEUU fue uno de los países que más redujo las emisiones de carbono, porque usa menos carbón (que había llegado a explicar 35% su menú energético) y lo sustituyó por gas. Pero exporta carbón a países que todavía lo consumen”.
En definitiva, según el ahora consultor privado, el mundo debería ponerse de acuerdo en la sustitución “intra-fósiles”, a favor del gas, que genera menos emisiones que el petróleo y entre un tercio y la mitad que el carbón.
¿Hasta cuándo gas y petróleo?
Es posible que el petróleo tenga una demanda pico, aunque más bien en la próxima década, admitió. En ese contexto se clausurarían los proyectos más costosos, como el offshore, pero los de shale oil como Vaca Muerta seguirían siendo competitivos si los costos siguen bajando, como lo están haciendo.
La Argentina no pierde oportunidad de perder oportunidades (Borenstein)
“En una Argentina normal, con otra tasa de riesgo-país y con el precio del petróleo actualmente a USD 90 el barril por la entente entre la OPEP y Rusia (a partir del acuerdo con Arabia Saudita), Vaca Muerta seguirá siendo competitiva en petróleo por esta década y parte de la próxima, y para el Gas tenemos proyectos regionales para esta década y en la que viene, si se hacen las cosas bien, también para el mercado mundial”, dijo Montamat.
Hacia el final de la próxima década, concluyó el experto, empezaría a pesar más el hidrógeno, otra fuente energética en la que el país tiene buenas posibilidades.
Es cierto, como dice Andrés Borenstein, de EconViews, autor junto a Gabriel Llorens del flamante “Puede fallar”, un libro sobre la comunicación en materia económica en los últimos 40 años, que “la Argentina no pierde oportunidad de perder oportunidades”. Pero las oportunidades insisten.