El dato de inflación de agosto corroboró un rápido traslado a precios de la devaluación. Luego del salto cambiario de casi 22% el 14 de agosto, horas después de conocido el resultado de las PASO, los precios minoristas se acoplaron rápido a la nueva realidad de un dólar mayorista a 350 pesos.
El IPC de 12,4% para el último mes, informado por el Indec el miércoles, fue el más elevado en el cotejo mensual desde el 27% de febrero de 1991, cuando la economía argentina buscaba superar aquella histórica hiperinflación.
La señal de alerta inflacionaria fue un fundamento alcista para el dólar libre, que terminó el viernes a $730 para la venta, con una ganancia semanal de 20 pesos o un 2,8 por ciento. En septiembre, no obstante, cede cinco pesos desde los $735 del cierre de agosto.
Tal lo comprometido por el Gobierno, el tipo de cambio oficial continuó en la zona de los 350 pesos y ahí se quedará hasta que que quede definido quién será el próximo Presidente, ya sea un la elección general del 22 de octubre o bien el 19 de noviembre si hay segunda vuelta. La brecha cambiaria con el libre quedó en el 108,6 por ciento.
A lo largo de la semana el Banco Central acumuló compras netas por USD 203 millones en el mercado de cambios, con la vigencia del dólar soja 4, que continuará hasta el 30 de septiembre. Así, la autoridad monetaria consiguió estirar a 24 ruedas consecutivas la racha con saldo positivo, que se inició con el salto discreto del tipo de cambio oficial del 14 de agosto. Se trata de la serie de compras más prolongada desde el período mayo-julio de 2021.
“Nuestro escenario base es que esta calma cambiaria se va a mantener durante septiembre, en la medida que el Banco Central continúe teniendo estos flujos positivos en el MULC que le permitan mantener su intervención en el mercado de dólar financiero, y mientras se mantenga también parte de esta oferta de la agroindustria en el mercado de dólar financiero”, consideró Martín Vauthier, director de Anker Latinoamérica.
En cuanto a las acciones y los bonos, está claro que los activos bursátiles intentan reacomodar sus precios en medio de las especulaciones electorales. Al rally alcista de mediados de año le sucedió un ajuste drástico que se disparó el 31 de agosto, cuando el S&P Merval medido en dólares llegó a su pico más alto desde las PASO de 2019.
A lo largo de la semana, el panel líder de la Bolsa de Comercio porteña subió 6,6% en pesos, a 567.513 puntos, y también 6,6% en dólares “contado con liquidación”, la paridad implícita en los ADR argentinos que cotizan en Wall Street. En este aspecto, hay que recordar que el Merval sigue en septiembre un 13,2% negativo en pesos, y 8,4% abajo en dólares, distanciado de sus máximos de este año.
“Al déficit fiscal sin financiamiento genuino, se le superponen las recientes medidas anunciadas por el Ministro de Economía. Se tiene así un escenario de desborde de la expansión monetaria y una simultánea caída de la demanda de dinero, variable asociada con las expectativas de inflación, en persistente deterioro. Son estas presiones las que empujan todos los precios al alza cuando son medidos en pesos, incluyendo el tipo de cambio, que solo actúa como mecanismo de propagación y no como origen de la inflación”, describió Maximiliano Gutiérrez, economista del IERAL de la Fundación Mediterránea.
Germán Fermo, Head of Global Markets Strategy en el Grupo IEB (Invertir en Bolsa), subrayó el “concepto de dólar instantáneo” para tener en cuenta con la llegada de un nuevo Gobierno a partir del 10 de diciembre. “Si Argentina no tiene dólar instantáneo, surgen dos alternativas: o una cruel licuación hiperinflacionaria –si vas por ella– o una lenta liberación del corralito en la medida que nos empecemos a hacer de dólares de mediano plazo”.
En cuanto a la renta fija, los valores se mantuvieron estabilizados y sujetos a la incertidumbre general que pesa sobre los negocios bursátiles. Los bonos Globales del canje -en dólares con ley extranjera- recortaron un mínimo 0,5% en promedio, con un riesgo país de JP Morgan que marcaba los 2.169 puntos para Argentina, en su nivel más alto en un mes.
“La deuda en dólares argentina tuvo una performance relativa algo menor a la de sus pares emergentes en las últimas semanas. Cabe destacar que, si la deuda en dólares local se hubiese movido la misma manera que la deuda del resto de los mercados emergentes -ajustando por el mayor beta de los activos argentinos- el precio promedio ponderado por outstanding rondaría los USD 35,90 en vez de los USD 31,30 que se encuentra actualmente”, explicaron los analistas de Portfolio Personal Inversiones.
“En este sentido, en lo que va de septiembre, los títulos emergentes con mismo riesgo crediticio similar al de Argentina tuvieron un mejor desempeño. En esta línea, como destacamos, es posible que el mercado haya aumentado la percepción del riesgo de la deuda local, de cara a las elecciones de este año”, agregaron desde Portfolio Personal.
En el plano externo, los analistas de Balanz Capital precisaron que “los efectos acumulativos de una política monetaria restrictiva traerán consigo mayor tensión en el crecimiento de desarrollados. La última etapa del combate inflacionario requerirá tasas de interés elevadas por un tiempo prolongado, aumentando las probabilidades de un mayor impacto sobre actividad, particularmente en 2024″.
Los expertos de Puente detallaron que “las cotizaciones de los bonos globales terminaron positivas en la última semana y registraron una leve suba de +0,1%. Los rendimientos de los bonos del Tesoro americano se ampliaron a lo largo de los vencimientos y el rendimiento del bono con vencimiento a 10 años se acercó a finales de la semana a 4,3%, mientras que el correspondiente a 2 años se amplió a 5%”.